Capítulo 3

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Zoe Blake

-¡Zoe!- pude escuchar a lo lejos a Emily. Me giré para mirarla y puse observar que se dirigía en mi dirección. -No nos tocó juntas pero nos tocó muy cerca ¿No es asombroso?- me dijo mi amiga llena de emoción.

Sinceramente ni siquiera pude observar que casillero me habían designado. -¡Te tocó el K-212 y a mí el K-217! Es genial que hayamos podido quedar tan cerca- me dijo con una gran sonrisa dándome un cálido abrazo, se notaba mucho su emoción.
-Sí Emily, creo que es genial- dije mientras le respondía el abrazo.

Al día siguiente me encontraba guardando mis cosas en mi casillero, así mismo tomaba lo necesario para mí siguiente clase. Una vez que me aseguré de que tenía todo lo necesario me dirigí a mi aula de clases.
No dejaba de pensar en el chico de ayer, quería volver a verlo y pedirle una disculpa.

No tardé en llegar al salón, como era de esperarse todos estaban en sus asientos esperando al profesor. Con la mirada dí un pequeño recorrido por todo el salón, de repente me detuve abruptamente en una persona; inmediatamente en mi cara se formaba un gesto de asombro, ¡Era el chico de ayer! ¿Cómo es que estaba en mi clase?
Mientras me hacía miles de cuestionamientos me percaté que se acercaba el profesor, me limité a ir a mi asiento y prepararme para la clase.

Había pasado una semana desde mi vergonzoso encuentro con aquel chico, que hasta hace poco descubrí que también está en mi clase y ni siquiera sabía su nombre.

Eso te pasa por no prestarle atención el primer día

Quería hablar con él y disculparme adecuadamente pero nunca tuve la oportunidad de hacerlo, en la hora del almuerzo ni siquiera lo veía y siempre es el primero en salir del aula.

Me apresuré a ir a mi casillero y tomar lo necesario para la siguiente clase, matemáticas. Siempre he sido buena en matemáticas, hasta se podría decir que me gustaba la materia.

Justo cuando cerré la puerta de mi casillero me percaté que alguien estaba en el casillero de al lado tomando una libreta. Alcé mi mirada y me topé con aquel perfil que era difícil de olvidar. Él chico era muy guapo eso no podía negarlo.

- ¿Acostumbras mirar fijamente a las personas?- Dijo mientras guardaba aquella libreta en su mochila. Dios, ni siquiera me había percatado que lo estaba mirando tan fijamente. Bajé mi mirada hasta mis manos y mis mejillas se tornaron levemente de un color carmesí. -Lo siento- dije mirando mis manos.

-Tranquila, estoy acostumbrado - dijo curvando sus labios en una sonrisa haciendo notar un pequeño hoyuelo en su mejilla izquierda.

-Narcisista- murmuré por lo bajo.

-Pecosa- respondió con un tono burlón.

-¡Oye!- amaba mis pecas, pero él tono en el que lo dijo era realmente irritante. Aunque mi queja fue en vano, él se alejó dándome un simple adiós con la mano.

Era la clase de historia y el profesor nos comentaba acerca de una exposición, para mí mala suerte sería en duplas, esto con el fin de conocernos más como compañeros y que él pudiera evaluar nuestro trabajo en equipo. La idea de conocer a mis compañeros no me desagradaba pero siempre existía la posibilidad de no llevarnos bien

-Muy bien, yo haré las duplas- dijo el profesor -Cuando escuchen su apellido sean tan amables de responder.

El profesor comenzó a nombrarnos de dos en dos. Todo iba bien hasta que escuché mi apellido.
-Señorita Blake- dijo el profesor.
-¡Sí!- respondí ante su llamado.
-Joven O'brien- añadió aquel hombre mirando a la parte trasera del aula. Yo solo me hacía una pregunta ¿Ese quien era?
-Sí- respondió una voz ronca que conocía.
-Ustedes conformaran una dupla, les tocará el tercer tema- dijo mirándonos a ambos.

Amor en 2 palabras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora