Evan O'brien
El agua era fría, podía sentir como cada gota al caer perfilaba mi rostro llevándose así, todo signo de cansancio.
Tenía sueño cabía decirlo, pero el despertarse temprano era una regla en esta familia.Cerré la llave y salí de la ducha con la bata de baño puesta, al salir observé mi ropa delicadamente colocada sobre un pequeño estante. Me apresuré a vestirme, al terminar dirigí mi vista al espejo para observar mi reflejo, el día de hoy habían escogido una camisa manga larga color negro y un pantalón del mismo color.
Salí del área de baño para terminar de arreglarme, unos mocasines negros se encontraban sobre la alfombra.
-Al parecer el negro es el protagonista hoy- susurré con poco ánimo.
Cuando estaba por terminar de colocarme los zapatos escuché como la puerta de mi habitación se abría.
Y solo había una persona que se tomaba tal libertad...
-Te ves bien, hijo- comentó mientras me daba un repaso con la mirada. -Aunque te ves algo pálido, date prisa y ve a qué te arreglen esa cara. Eres un O'brien después de todo y no permitiré que te veas mal en tú primer día de instituto.- añadió tajantemente.
-Lo sé, no querrás que tú "hijo" manche tú distinguido apellido- añadí irónico.
-Y por esa misma razón te tengo un pequeño regalo. Toma.
"Qué emoción", un regalo de mi no tan agradable padre.
-¿Ahora qué es? ¿Joyas? ¿dinero? ¿ropa?- pregunté con una mirada no tan grata en su dirección. Siempre era lo mismo, quería hacerme un reflejo de él.
-Ábrelo- demandó.
Tomé la porque caja color rojo que había extendido en mi dirección y procedí a abrirla. Su contenido era un reloj de un tono dorado brillante.
Vaya, un reloj de oro.
-Ese es un reloj de oro, lo mandé a hacer para tí. ¿No es grandioso? Con eso nadie podrá pasar por alto que eres mi hijo.
Solo buscaba enaltecerse más, ese era él.
El gran Taylor O'brien.
Lo miré por un momento con cierto desafío, sabía lo que quería. Con esto solo buscaba marcarme, que lo reconocieran cómo el gran padre que por supuesto no es.
-Deberás usarlo hoy- comentó acercándose hacia mí -no aceptaré un no por respuesta.
-Como sea- añadí sarcástico.
Me miró y se dió media vuelta con dirección a la salida de mi habitación.
Antes de salir se detuvo y me dió una mirada amenazante -Ese reloj va bien con tus anillos de oro, solo como sugerencia "hijo"- remarcó fuertemente esa última palabra mientras cerraba la puerta.
Me repugnaba solo escucharlo decirme así, nunca me había considerado su hijo y ahora me sale con esto. Es un idiota.
De mala gana le hice caso, me coloqué ese estúpido reloj con los demás accesorios.
Odiaba todo este tipo de cosas, él se encarga de escoger mi ropa, mis zapatos, las cosas que debía o no usar, todo eso era un verdadero fastidio. Controlaba mi vida y ahora viene a decirme "hijo" cuando nunca me trató como tal.
Era un completo fastidio de padre.
Al terminar, bajé las escaleras para ir a la cocina.
-Buenos días, hermanito- pude escuchar detrás de mí. Se trataba de mi hermano mayor Dylan, la única persona por la que sentía afecto en esta podrida familia.
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Amor en 2 palabras
Teen FictionSi pudieras definir el amor en solo 2 palabras ¿Cuáles serían? Para Zoe Blake el amor tenía nombre y apellido y ese era Evan O'brien. -Narcisista -Pecosa -Tonto -Infantil -Cabeza hueca -Otaku Estos dos chicos se encuentran de manera algo turbulenta...