Capítulo 1

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Zoe Blake

"Primer día de clases" para muchos era sinónimo de presentaciones, comer su almuerzo y tener un día relajado. Pero eso no aplicaba en una escuela distinguida como esta, las clases empezaban desde el primer momento en el que pisabas el instituto, por algo se ha ganado el puesto de ser una de las mejores escuelas en todo el país.

Faltaban 5 minutos para que acabara la clase, la profesora de Filosofía se encontraba guardando sus cosas para retirarse en cuanto la campana diera el aviso del fin de la primera clase y diera paso a la segunda.

Recuerdo haber visto que la siguiente clase sería Historia con el profesor Francis un hombre distinguido y respetado por todos, muchos lo consideraban como uno de los mejores maestros del instituto.

Recién había sonado la campana, la profesora salió del aula sin antes haberse despedido de nosotros y deseandonos lo mejor en esta escuela.

No tardó en llegar el profesor de Historia. Saludando así a todo el salón -Muy buenos días jóvenes- comentó aquel hombre mientras cerraba la puerta del aula.
-Buenos días- respondió el grupo al unisono.

El profesor acomodó sus cosas y estaba a punto de comenzar su clase cuando de repente se escucharon 2 golpes en la puerta. Me quedé extrañada pensando en quien podría ser; los demás maestros estaban en clase sin mencionar a los alumnos, en cuanto a la directora y a los supervisores no acostumbraban a interrumpir en las clases.

Por un momento pensé que podría ser un alumno que había llegado tarde pero esa idea se borró de mi mente al instante. Nadie sería capaz de llegar tarde el primer día de preparatoria ¿Cierto?

Odio decirlo pero estaba muy equivocada

En cuanto el profesor Francis abrió dicha puerta, al otro lado se podía divisar a un joven alto, se podía intuir que era un alumno de esta clase.

El profesor inmediatamente le preguntó al chico por su hora de llegada y este se apresuró a responderle. Opté por no tomarle mucha importancia y preferí prepararme para la clase, saqué mi cuaderno, mis plumas y todo lo que necesitaba para la clase.

Después de escuchar como el chico justificaba el porque había llegado a esa hora el profesor lo dejó pasar, inmediatamente el chico se dirigió al único asiento vacío en la parte de atrás. Había lugar en la parte de enfrente pero pensé que él no quería destacar más de lo normal, en especial cuando había llegado tarde el primer día de clases en preparatoria.

Después de ese pequeño incidente la clase continuó.

Pronto se escuchó la campana que avisaba que era hora del almuerzo. Me aseguré de acomodar en orden todas mis cosas y así poder salir del aula, cuando me percaté ya todo el salón estaba vacío, la única que faltaba por salir era yo. A veces me sorprendía lo rápido que eran los alumnos al salir del salón de clases cuando se trataba de la hora del almuerzo.

Me dirigí a la cafetería, como era de esperarse estaba llena por alumnos de segundo y tercer grado. Ellos ya tenían sus grupos formados igual que la mayoría de mis compañeros de clase, yo era una de los pocos que no conocía a nadie.
Me limité a comprar un jugo de uva y salí de la cafetería, estaba conciente que debía comer mi almuerzo pero ahí no había espacio para nadie más, preferí dar un ligero paseo por la escuela en busca de un buen lugar.

Me encontraba caminando al rededor del campo deportivo y pude observar a lo lejos un gran árbol, el cuál se encontraba detrás de las gradas; me pareció un buen lugar para pasar el tiempo a solas y disfrutar mi almuerzo. Decidí sentarme en el pasto justo debajo de aquel árbol, el aire era refrescante y transmitía mucha paz. Estaba a punto de empezar a comer cuando una chica castaña con bellos ojos color esmeralda apareció frente a mí.

Amor en 2 palabras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora