Kaashima'ana

4. Muerte

Mis hermanos y yo celebrábamos por todo lo alto las ganancias obtenidas. Hubo derroche de chirrinchi y carne asada para todo el mundo. Tocaban el kaasha hasta el amanecer mientras unas hermosas chicas danzaban para entretenernos. No eran mujeres wayuu, sino unas exóticas alijunas vestidas en mantas para complacernos. Ellas acudían por la cantidad de dinero que les daban para entretenernos. En esa ocasión pasé la noche con una de esas bellezas, tenía la piel tan suave y blanca como los pétalos de una flor ¡Uf!... ¡Esa mujer si que era complaciente!, pero fue solo un momento de placer, no cambiaría a mi amada Yosusi por una extraña que solo acude por dinero. Aunque pensándolo bien, mi esposa no estaba tan lejos de esa situación.

El dinero solo nos duró un par de meses, les regalamos a cualquier persona que nos pedía, no nos importó ahorrar ni buscar otra manera de obtener más ganancias. Cuando nos quedamos sin nada, organizábamos todo otra vez.

Analizamos bien quien tenía tantos animales y en qué momento podíamos ir a arrebatárselos. Fue como un juego de niños que consistía en quitarles su dulce para dejarlos llorando... Era divertido en cierta manera.

Llegó el día planeado, fuimos otra vez en la media noche, la oscuridad fue nuestra cómplice, bebí varios tragos de chirrinchi para no vacilar en mis actos. Cuando llegamos al lugar del delito, violentamos el corral de la familia Jusayuu y les arrebatamos 40 vacas, hicimos lo mismo de la otra vez, las condujimos muy lejos de allí y realizamos el negocio de la venta. Me acostumbré rápido a este tipo de negocio. A cada uno les tocó una muy buena cantidad ¿Quién no se alegraría por obtener dinero rápido y fácil?

Nos sentíamos como los dioses de la Guajira, nadie nos podía reclamar porque nos tenían miedo. Celebramos nuestra victoria realizando un enorme festín, hubo chirrinchi para todo el que se acercaba y el kaasha sonaba hasta el amanecer.

Siempre nos manteníamos unidos , mi hermano mayor decía que en la unión estaba la fuerza, pero esa noche mi sobrino salió de la casa a encontrarse con una de sus novias, se fue a celebrar en una cantina lejos de nuestros terrenos.

Cuando me enteré de su salida tuve un mal presentimiento, mientras brindabamos con el chirrinchi vi revolotear por los alrededores una mariposa negra, luego se posó en una de las esquinas del techo de la enramada, pero estábamos tan distraídos y entretenidos que lo ignoramos.

Al rato nos trajeron la mala noticia de que mi sobrino fue asesinado en esa cantina... Esa zorra asquerosa lo llevó con engaños para que los hijos de la familia Epieyu lo mataran.

Se formó el mismo infierno en nuestra familia, mi hermano Wasashi parecía un energúmeno cuando se enteró de la muerte de su hijo. Comenzó a echar tiros por todas partes, rompió todo lo que se atravesaba en su paso. Fue muy difícil calmarlo, ese muchacho era su adoración, apenas tenía 16 años. La única manera de calmar a Wasashi fue cuando le dijimos que lo íbamos a vengar, que por su hijo morirían otros más.

Mi madre quería enterrar al muchacho directamente en la tierra cubierto con cuero de vaca sin utilizar algún tipo de ataúd para evitar que muera otro integrante de nuestra familia y el muerto sería vengado, pero mi hermano se opuso, no quiso que el cuerpo de su hijo fuese enterrado de esa forma, por lo tanto lo pusieron en un ataúd de madera y lo velorearon por tres días como si hubiese muerto de forma natural.

Nadie se imaginó que esto sería el inicio de nuestra desgracia. Ya era imposible librarse de nuestro destino...

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Traducción de algunas palabras:

Alijunas: mujeres blancas.

Jusayuu: clan wayuu.