Fred & George Weasley One Shots

Tangled up

Fred Weasley x Gryffindor Female Reader

El aire fresco de Octubre tenía un poco de fuerza, parecía como si la boda de Bill y Fleur hubiera sido hace años. Te abrigaste con una manta alrededor de los hombros para reducir el frío en tus huesos.

De repente, dos figuras pelirrojas aparecieron con un ¡pop! en el campo fuera de tu casa. Por lo que pudiste ver, habían aparecido justo antes de la línea de encantamientos protectores, un tipo de magia avanzada que sólo podía hacer un mago muy inteligente.

"Maldita sea, eres un salvavidas, ¿lo sabías?" exclamó George cuando por fin llegó hasta ti, envolviéndote en un cálido abrazo. "No podía estar ahí ni un momento más"

Fred puso los ojos en blanco y explicó: "Se refiere a donde la tía Muriel. Estamos siendo un poco exagerados, ¿verdad, George?"

El gemelo mayor lanzó una mirada de diversión a su hermano menor mientras George dejaba caer su bolsa al suelo y se pasaba una mano por el pelo. "¿Exceso de dramatismo? Dime, Fred, ¿te gustaría volver?"

Fred pasó entonces un brazo por encima de su hombro y miró a su hermano. "¿Y rechazar la oferta de nuestra mejor amiga de pasar un tiempo en su encantadora casa? Eso sería muy grosero". George juró que vio a su gemelo estremecerse un poco, sin duda ante la idea de volver a casa de su tía Muriel para soportar más gritos y críticas. George le lanzó una mirada muy socarrona y se rió ligeramente.

"Me alegro de que hayan decidido venir, será agradable tener a alguien más en la casa. Hace meses que no duermo bien" agitó la varita para sacar tres tazas de té del armario de la cocina y puso en marcha la tetera. Te sentiste tranquila al tener a tus dos amigos más cercanos aquí. "Debería estar bien aquí, al menos por un tiempo"

Fred echó un vistazo a tu pequeña casa. Era pequeña, pero excepcionalmente ordenada y con una sensación muy acogedora. Tenía un aspecto muy diferente al de la Madriguera, pero seguía emanando esa sensación de hogar. "Tienes una casa preciosa"

"Gracias, Freddie" respondiste, entregándole una humeante taza de té. Él te la quitó de las manos con delicadeza. "Sólo hay un problema"

Los gemelos corearon juntos, "¿Qué?"

"Sólo tengo una cama extra"

Si la habitación no se hubiera quedado tan inquietantemente quieta ante tu comentario, nunca habrías notado el pequeño golpe en la cadera que George le dio a su gemelo. Fred gruñó un poco y ahogó una tos. "Oh, no te preocupes, George ya dijo que tomará el piso"

Fred se ganó una mirada de reojo y otro golpe.

Les hizo un gesto a ambos para que no se acercaran y sopló sobre su té. "¡No sean tontos! Yo tomaré el piso. Ustedes dos tienen que pelear por quién se queda con la cama más grande"

Como si estuviera en cola, George se colgó inmediatamente su bolsa al hombro. Comenzó a alejarse y señaló hacia su diminuta habitación de invitados, situada junto a la cocina. "Esta de aquí, ¿sí? Gracias de nuevo, _____, te agradezco mucho que nos hayas dejado escapar de la ira de nuestra tía. Estoy absolutamente agotado, ¡espero que no les importe que me acueste!" Y con un rápido saludo a ti y a Fred, George cerró la puerta y ambos oyeron casi inmediatamente unos ronquidos muy fuertes. Fred y tú intercambiaron una risa.

Te aseguraste de que todo estaba en orden para Fred antes de conducirlo a tu habitación. Pero te diste cuenta de que no había traído sus cosas, viste sus pertenencias cerca de la puerta de entrada. Con un movimiento de tu varita, lo hiciste avanzar.

"Realmente estoy bien para dormir en el sofá" te dijo, señalando hacia el frente.

"No voy a hacer que duermas en el sofá" respondiste, negando con la cabeza. "Además, no te vas a quedar ahí fuera. Puede que sea un poco dramática, pero el sofá está demasiado cerca de las ventanas y de la puerta principal, y aunque he estado a salvo aquí durante un tiempo..." se te cortó la voz un poco, y te tragaste los nervios que bullían en tu interior. "Sólo... nunca sabemos dónde están los mortífagos. Tú te quedas con la cama, yo con el sofá"