𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍 | ❝Jungkook no había sido el mejor de los alfas: Infiel, Coqueto, Irrespetuoso, Humillante...
Y Jimin por desgracia no era el más feliz de los omegas.
Su relación saltó en caída libre, lista para terminar en cualquier momento.
Una no...
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《No pensé que me fuera a importar, el tono de tu mensaje, me dejaste la sensación, de haber sido un peso más en tu equipaje...》 《No respondo a otro timón que a esta rara devoción... Por ti》
Ese día desperté sin saber qué ocurría conmigo, solo recordaba el compromiso que pactamos para la noche con unos amigos. Me hallaba solo en la habitación hasta que te vi aparecer desde el baño, envuelto en una bata blanca. Joder, te veías tan sexy Park Jimin, las gotas de agua que se atrevían a permanecer en tu piel la hacían brillar, de forma sedosa y deseable.
Me levanté y caminé hasta quedar detrás de ti, mirándote por el espejo, abracé tu pequeña cintura que se sentía tan perfecta, ideal para tener entre mis brazos. La erección que llevaba escondida en mis pantalones de chándal, se hizo un lugar entre tus glúteos desnudos que apenas estaban cubiertos por la tela de la toalla. Estire la mano derecha sobre tu hombro, ansioso por quitarte esa molesta bata. Tú, indiferente, corriste mis manos aún lado y te fuiste hacia el armario.
―¿Estás enojado? ―pregunte confundido, me costaba razonar el porqué de tu comportamiento.
―No me toques. ―bufaste mirándome de reojo.
Deje que te vistieras, y entre al baño, saciando mi sed con tu imagen dentro de mi cabeza, tenía tantas ganas de tocarte, pero no pude ni podría...
Sumido en mi burbuja de placer perdí la noción del tiempo, cuando di por concluida mi travesía sexual y abandoné el baño, no estabas más.
Solo quedo la soledad de nuestra habitación. Traté de vestirme rápido con lo primero que encontré, una camisa negra y jeans.
Luego baje al living, dando por hecho que no me esperaste.
Salí de casa, protestando porque ni el auto me dejaste. Tuve que marcarle a Namjoon para que viniera a buscarme, tardó una media hora en acercarse con su coche. Una vez dentro le pregunté por ti.
―Jimin, ¿Llegó a la fiesta? ―lo miré esperando una respuesta a mi pregunta.
Kim tragó saliva, algo tenía para decirme y seguro no era bueno.
―Si...
Se contuvo de hablar más, dejando la respuesta hasta ahí.
―¿Sí qué? Habla sin vueltas. ―exigí golpeando su pecho con la palma abierta.
―Mejor velo tú mismo, no quiero que nos vayamos a accidentar porque te encabronaste.―Namjoon rodó los ojos, cansado de mí.
Mantuvimos silencio hasta llegar al Club, nunca me había parecido un lugar tan mierda como en ese momento, pensé en lo mucho que siempre te disgustaron ese tipo de lugares, y a mí me solían gustar en demasía.
Pisando la entrada me sentí incómodo, solía ser yo el que decía que un poco de calor corporal no hacía mal, ahora mismo sentía repulsión por tantos cuerpos sudados chocando entre sí, pieles tocándose sin razón alguna y feromonas mezcladas de todos los aromas.
