El destino de un sufrimiento

Capítulo 3

En una amigable mañana, cuando todos salieron a receso, Isaac buscó a sus cuatro amigas. Quería desayunar con ellas. Eso era lo mejor que podía experimentar en ese divertido espacio. Cuando las encontró, empezaron a hablar de los diversos temas que habían visto en cada clase. Verónica mencionó un dato muy importante de su libro favorito.

—Chicos, ¿sabían que el descubridor del psicoanálisis fue Freud? Me alegra saber que en este mundo han existido personas tan importantes como él.

Ashley, la chica con mejor sentido del humor, recalcó:

—¿Sabían que Solón, un legislador de la antigua Grecia, estableció burdeles en el siglo VI antes de Cristo? Desde entonces, se ha llevado a cabo una de las profesiones más famosas del mundo: la prostitución.

—¿Por qué conocerías la historia de la prostitución, sabiendo que es un poco incómodo hablar de eso? —preguntó Hazel.

—Porque va más allá de lo que crees —respondió Ashley—. Muchos piensan que ese trabajo decepciona. Sin embargo, en países como Suiza, es algo muy respetado. Muchas prostitutas forman parte de la vida política de su ciudad.

—Eso es muy interesante —agregó Isaac—. ¿Por qué no hablamos de los grandes escritores? Por ejemplo, Miguel de Cervantes, autor de una de las obras más importantes de la literatura universal "Don Quijote de la Mancha", era tan amante de la lectura que en su proceso de estudio, leía hasta los trozos pequeños de papel que encontraba en la calle.

—Sí, ¿y sabían también que la imprenta fue inventada por Gutenberg en el siglo XV? —mencionó Jennifer.

Cuánto conocimiento de estos chicos. ¡Era maravilloso!

En un inesperado momento, después de hablar de grandes personajes y acontecimientos históricos, Isaac, sin imaginarlo ni haberlo planeado, miró a una de estas cuatro chicas: Hazel. La observó durante unos segundos. Notó que era muy simpática. Cuando ella le regresó la mirada, se sonrieron entre sí. Ninguna de las otras tres se enteró de que había surgido algo más que una simple cruzada de ojos entre ellos. ¿Acaso fue algo muy significativo, como una conexión? ¿Fue más que un simple saludo de amigos? ¿Estaban declarándose un posible amor? ¿O solo fue una gota más en el vaso de agua? Nadie supo lo que pudo haber sido. Sin embargo, la mirada de Isaac se enfocaba más en esa chica que en las otras tres. Sabía que las cuatro eran muy lindas, pero Hazel era más que linda ante sus ojos. Era como si en ella existiera algo inexplicable. Todos saben que cada chica contiene algo único. Aunque para él era imposible expresarlo con palabras, lo notaba en los gestos y sonrisa de esa linda chica de pelo castaño, ojos color marrón y piel blanca.

Otro día, mientras el sol y una inmensa nube oscura se peleaban para ver cuál dominaba el clima en esa mañana, las amigas de Isaac, a excepción de Hazel, se levantaron de las bancas para comprar sus respectivos desayunos. ¿Por qué no fue aquella chica? Quizá ya había consumido sus alimentos. O tal vez la vida le estaba ofreciendo a este adolescente una oportunidad para hablar con ella. ¡Era la primera vez que estaban a solas! Sin miedo a lo que podría pasar, Isaac le sonrió.

—Hola. ¿Cómo estás? 

—Bien —respondió ella, un poco desinteresada.

—Esta es la primera vez que hablo solo contigo. —Isaac trató de hacer el mayor esfuerzo para que ella no notara que estaba nervioso.

—¿No lo habíamos hecho antes?

—No, así que me gustaría conocerte más.

—¿Qué quieres saber de mí? —preguntó ella.

—Solo háblame de tus gustos.

—Bueno, me gusta escuchar música. Mi cantante favorito es Travis Scott. Mi escritor favorito es Truman Capote. Me gustan los poetas, en especial Walt Withman y Emily Dickinson. Amo las películas románticas. Mi actor favorito es Jacob Elordi.