Capítulo 21

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Por fin llegaron a aquel restaurante. Julissa y Steven ya habían ido en diversas ocasiones. Al estar dentro, Chris vio a aquel director de teatro sentado en una de las mesas.

-¡Mi gran amigo Willy! ¿Cómo estás? -le dijo mientras el director se levantaba para darle un fuerte abrazo.

-¡El inigualable Chris! -El director de teatro era un hombre moreno de bigote. A primera vista, parecía alguien serio, pero su alegría se hizo presente al ver a Chris-. Siempre es bueno verte. Pero ¿sabes a quién quiero ver también?

-¿A quién? -preguntó Chris.

-A la talentosa adolescente que escribió esa historia que tanto me ha gustado.

-Es ella -mencionó Chris mientras rodeaba los hombros de la chica con el brazo-. Su nombre es Julissa Barrera.

-Hola, Julissa -le dijo Willy-. Chris me ha hablado muy bien de ti, ¿sabes? Él es un hombre que conoce mucho el medio teatral. Hace un par de años, ocupó el puesto que tengo yo ahora. Eso significa que, si Chris lee una historia y me la presenta, es porque en verdad vale la pena convertirla en obra.

-Gracias, señor director -respondió Julissa con una agradable sonrisa.

-Llámame Willy. Desde ahora en adelante, tú y yo trabajaremos juntos.

Julissa asintió con la cabeza. Le dijo a Steven que se acercara.

-Mi padre viene conmigo -dijo-. Su nombre es Steven.

-Es un placer -le dijo Willy mientras le extendía la mano en muestra de saludo.

-Es un placer para mí también, señor director. -Steven estrechó su mano.

Cuando se sentaron en la mesa, Willy les propuso que él pagaría la comida de todos. Steven no quería. No lo veía justo, pero el director de teatro no tenía ningún problema con pagar la cuenta.

-Realmente, quiero invitarlos -dijo Willy. Miró a Julissa, que estaba sentada junto a Steven-. Julissa, ¿te gustaría que el manuscrito que Chris me entregó sea una obra de teatro?

-Es lo que más deseo -respondió la chica, segura de sí misma, justo como Chris le había recomendado.

-Miren -continuó Willy-, han llegado en un excelente momento. Últimamente, las obras han sido escasas. Y estoy seguro de que "Cuando el silencio habla" conquistará a todos los que la vean en un escenario. Así que..., Julissa, manos a la obra.

Ella sonrió, muy contenta, y asintió con la cabeza. Steven nunca la había visto tan motivada.

-¿Usted qué dice, señor Steven? -le preguntó Willy.

-Manos a la obra -respondió él.

-Entonces la siguiente semana Julissa estará escribiendo el guion oficial de la obra. Seleccionaremos a los actores. Les enseñaremos el guion para que lo repasen. Y en unos cuantos meses, "Cuando el silencio habla" estará siendo presentada en el teatro Francisco Gavidia. Si tiene éxito en San Miguel, es muy probable que otros teatros del país estén pidiendo la autorización para que ellos también presenten la obra... Obviamente, Julissa obtendrá un pago por escribir el guion... Los veré el miércoles de la siguiente semana. Me pondré en contacto con Chris por cualquier cosa que se presente. ¡Manos a la obra!

Se despidieron. Willy parecía ser alguien serio con su trabajo. Julissa sabía que ese proyecto iba a ser algo grande.

Chris fue a dejarla a ella y a Steven a casa, pero antes de bajarse del auto del profesor, Julissa lo miró fijamente.

-No sé cómo agradecerle todo lo que ha hecho por mí. Usted es un ángel en mi vida, ¿sabe? Escribo mi diario personal. Como soy tímida, no suelo expresar mis sentimientos. Por tal razón, los escribo en mi diario. Y usted es tan importante que su nombre está escrito en esas páginas.

Chris sintió un cariño muy grande hacia Julissa después de escuchar esas hermosas palabras.

-¿Algún día tendré la oportunidad de leer ese diario?

-Bueno, en realidad, he prometido no mostrárselo a nadie. -Julissa lo pensó un momento-. Es algo muy personal, pero... como he dicho, usted es muy especial para mí, así que algún día se lo mostraré.

Antes de entrar a casa, Steven le agradeció a Chris por todo.

-Profesor, al principio, pensé que usted quería hacerle daño a Julissa. Pero he visto su sinceridad, y me he dado cuenta de que es una persona altruista. La verdad, todos los profesores deberían ser como usted.

-Gracias, señor Steven... Y usted también es una gran persona. Apoya a Julissa en sus metas a pesar de que...

Chris se cortó. Quizá decir aquello no era lo ideal.

-A pesar de que no soy su verdadero padre -aclaró Steven, como si hubiera leído la mente del profesor-. No se preocupe. A veces lo olvido y siento que sí lo soy.

Ambos se estrecharon las manos.

-Profesor Chris -le dijo Julissa.

-Dime.

-¿Sabe algo?... Usted es el mejor profesor que he tenido en mi vida.

Chris sonrió. La miró con un cariño tan profundo que le brillaban los ojos.

-Gracias, Julissa. Y ¿sabes algo?... Tú eres la mejor alumna que he tenido en mi vida.

Ella lo abrazó. Luego entró a casa junto a Steven. Chris se marchó contento porque esa adolescente haría historia en aquella ciudad.



Pasaron las semanas. Julissa ya había escrito aquel guion. El director Willy estaba sorprendido por el talento de esa chica en la escritura. Julissa le contó a Chris la hermosa experiencia que estaba viviendo como dramaturga.

-No sabes lo feliz que me siento, Julissa -mencionó él-. Te mereces eso y más. Verás que esa obra será un gran éxito.

-Gracias, profe.

Él estaba a punto de ir a impartir una clase cuando ella lo detuvo.

-Profesor Chris..., sé que usted me ha apoyado sin buscar nada a cambio, pero déjeme darle un obsequio.

Sacó de su mochila una pequeña caja negra. Se la entregó. Cuando Chris la abrió, vio que dentro de ella se encontraba un hermoso reloj plateado, de esos que te hacen abrir más los ojos por lo relucientes que son.

-Julissa -expresó Chris, sorprendido-. Me has dejado sin palabras... No lo puedo creer. Este reloj es carísimo.

-Eso no importa. Es lo menos que puedo darle a una persona tan buena como usted. Espero que le guste.

Él sacó el reloj de la caja, lo contempló por unos segundos y abrazó a la chica.

-Gracias, Julissa. Eres la mejor.

Ella sonrió y se fue a clase. Antes de ingresar al salón de Matemáticas, recordó una frase que Isaac le había dicho: "El dolor que has sentido desde que tus padres te abandonaron valdrá la pena algún día". Y se dio cuenta de que era verdad. Julissa siempre había creído que no cumpliría sus sueños porque sus padres no estaban con ella. "Tenías razón, Isaac. Aunque solo compartimos una Navidad juntos, me hiciste entender que detrás del dolor viene una recompensa", dijo Julissa para sus adentros. Luego ingresó a su clase.

El destino de un sufrimiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora