El colegio suspendió las clases el primer día de la siguiente semana. Todos los profesores recibirían una capacitación, lo que hizo que los chicos se alegraran. Un fin de semana de tres días. No podía ser mejor.
Frank, para no pasar ese día encerrado en el cuarto del colegio, le llamó a Katherine para salir con ella. Tenía pensado invitar también a Isaac. Quería ir con ellos al mirador de Los Planes de Renderos.
Le llamó a su novia. Ella respondió a los pocos segundos.
—Cariño —dijo Katherine, hablando en voz baja.
—¿Por qué susurras? —le preguntó Frank.
—Es que mis padres están cerca de mi habitación. Y si hablo en voz alta, sabrán que estoy conversando contigo. Y pues..., ya sabes..., ellos...
—Sí, sí —dijo él, poniendo los ojos en blanco—. La misma historia de siempre. —Katherine guardó silencio, esperando a que él continuara—. Te llamaba para invitarte a nuestro lugar favorito. Esta vez, quiero que vaya Isaac.
—Me encantaría, pero mi padre quiere llevarnos a comer a mi madre y a mí. Claro que deseo ir contigo, pero si les digo que saldré con mi novio...
—No aceptarán y, con mucha más razón, irás con ellos —la cortó Frank—. Me está empezando a disgustar que salgas conmigo a escondidas de tus padres.
Katherine se dirigió a pasos lentos hacia la puerta de su cuarto, intentando descubrir si sus padres seguían cerca. Sí, no se habían movido del pasillo que conectaba al cuarto de ella. Katherine se vio obligada a seguir susurrando.
—A mí tampoco me gusta salir a escondidas de mis padres, pero solo así nos podemos ver fuera del colegio. Prefiero esto antes que estar en la triste situación de Hazel e Isaac, quienes solo han salido una vez y dudo mucho que lo vuelvan a hacer. Mis padres son estrictos, pero no son locos como los de Hazel.
Frank guardó silencio. Sabía que, en el fondo, aunque en verdad era algo triste, no le gustaría estar como Isaac, que mantenía una relación con una chica cuyo padre podía hacer cualquier locura si se enteraba de que su hija tenía novio.
—Bueno —dijo Frank por fin—. Quizá iré a la casa de Isaac. Si no vamos al mirador de Los Planes de Renderos, estaré con él en su cuarto. Cualquier cosa es buena que no sea estar aquí en este colegio viendo a los aburridos maestros recibir unas aburridas capacitaciones.
Katherine rio.
—Te dejo, amor. Tengo que alistarme para ir con mis padres a quién sabe dónde.
—Te amo.
—Yo te amo más, mi niño gracioso.
Una vez terminó de hablar con Katherine, el móvil de Frank sonó. Era un mensaje de Isaac, quien le acababa de mandar una foto con una caja de pizza. Frank soltó una carcajada al ver que en la foto, Isaac salía con los ojos cerrados y mandándole un beso.
Isaac: ¿No quieres venir y comer pizza conmigo? Si quieres, puedes comerte mis labios también. Vamos, Katherine no se enterará.
A Frank se le salieron algunas lágrimas por la risa que ese mensaje y la foto le causaron.
Tomó un bus para ir a la casa de su amigo. Le habría pedido que fuera a traerlo, pero no quería hacerlo gastar gasolina.
Al llegar, Frank tocó la puerta. Isaac abrió y, sin decir nada, con una sonrisa de oreja a oreja, lo invitó a pasar. Erick y Susana estaban viendo una película. Ulises estaba en la casa de un amiguito que vivía justo enfrente. Frank e Isaac se fueron al cuarto de este último y empezaron a comer pizza. Isaac andaba de un sentido del humor tan alto que Frank por poco se orinaba de tanto reírse.
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El destino de un sufrimiento
Teen Fiction"¿Para qué intentar huir del sufrimiento? Si tarde o temprano nos va a encontrar". Después de las vacaciones de fin de año, Isaac regresa a su ciudad natal, San Salvador, pero nunca olvidará a esa chica que conoció en Usulután, Julissa, quien atrajo...