011. ENCUENTRO

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El viento estaba despeinando su pelo, y eso lo molestaba de sobremanera. Aunque no era la única razón por la que Manjiro estaba enojado, había varias razones por las que se encontraba malhumorado.

Primero, porque había llegado cinco minutos antes de la hora acordada. Habían pasado exactamente diez minutos y el líder de Mantra no había aparecido.

Segundo, el viento estaba despeinando toda la coleta que le había hecho Kenchin antes de irse.

Tercero, había olvidado por completo comer algo antes de ir al lugar acordado. Por lo mismo estaba de un muy mal genio por el hambre que tenia.

Toda aquella situación lo hacia imaginar como golpearía en la cara al líder de Mantra, iba a destrozarle los huesos hasta que llore de dolor. Estaba creando en su cabeza el escenario perfecto en donde el patético líder de aquella irrelevante pandilla le pedía disculpas por hacerle perder su valioso tiempo.

Cualquiera que mirara a Mikey en ese estado pensaría que el rubio se encontraba planificando un homicidio múltiple con lujo de detalles. Cosa que no estaba tan alejada de la realidad. A pesar del odio interno que Mikey tenia en sus adentros, tenia un mínimo de curiosidad de saber quien era el líder de aquella pandilla. Había escuchado de la boca de muchas personas como dos del grupo habían podido con Baji y Kazutora, fue algo de no creer en su momento. Por lo mismo Mikey había llegado a la conclusión de que si los capitanes de aquella agrupación eran así de fuertes, entonces el líder debería estar al nivel de personas como Izana o Senju.

A Mikey le interesaba conocerlo.

Pero le parecía mas interesante molerlo a golpes por haberlo hecho esperar tanto.

─ ¿Era necesario comprar todo esto? ─preguntó Minoru entrando al auto con los dos vasos de plástico que tenían perfait de crema y chocolate

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─ ¿Era necesario comprar todo esto? ─preguntó Minoru entrando al auto con los dos vasos de plástico que tenían perfait de crema y chocolate. Observó como su hermana en el asiento de copiloto contaba lentamente la cantidad de Takoyakis en la bandeja, asegurándose de que le habían dado la cantidad justa. Se veía muy concentrada, por lo mismo Minoru prefirió centrarse en otra cosa y no molestarla.

─ Déjala, si Suri-chan quiere compartir, que lo haga. ─dijo Tao dirigiéndose por primera vez en mucho tiempo al pelinegro.─ Incluso si es con el idiota de Sano Manjiro... ─bufó lo último con una vena marcándose en su cuello. Notablemente enojado con la idea de que la menor de los Hirano se involucrara con el líder de la Toman.

─ ¡Oh, wow! ¿Tu hablabas? Pensé que te habían cortado la lengua. Idiota. ─Minoru susurró lo último mientras ponía los postres en los porta vasos. Luego colocó la llave del auto para prender el motor.

De repente ambos mayores se congelaron al oír como la menor soltaba un chillido detrás de su cubrebocas.

¿Qué-...?

─ ¡¿QUE PASO SURI-CHAN?! ¡¿ESTAS BIEN?! ¡¿TIENES FIEBRE?! ─Tao se apresuro a inclinarse sobre su asiento para mirar a la menor, notablemente alarmado. Minoru quiso romperle la cara al rubio por su ensordecedor grito. Tao exageraba mucho cuando se trataba de la menor.

MANTRA  ҂  Tokyorev +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora