MANTRA ҂ Tokyorev +18

024. TRES SON MULTITUD

Estaba en su habitación con la vista perdida en la noche estrellada. Aunque el tratado de paz con Mantra estaba firmado, su mente estaba lejos de estar en paz. Los recuerdos de la última reunión, con Max llevando el uniforme de líder de Mantra, le rondaban la cabeza, creando una mezcla de confusión y preocupación.

Mikey estaba perdido en sus pensamientos, algo confundido por como se estaba sintiendo ultimamente.

Se levantó de su cama y, con pasos decididos, se dirigió hacia la sala de estar donde sabía que encontraría a dos personas que, de alguna manera, siempre tenían respuestas sabias: Izana y Shinichiro.

Izana estaba ocupado leyendo unos papeles, mientras que Shinichiro disfrutaba de una taza de café mientras charlaba con el peliblanco. Al ver a Mikey entrar, ambos levantaron la vista, captando de inmediato la seriedad en el rostro del líder de la Toman.

─ Necesito su ayuda.

Izana lo miró unos segundos con el entrecejo fruncido, antes de devolver su atención a los papeles entre sus manos.

─ ¿Necesitas que te corte el pelo de nuevo? Son 500 yenes.

Shinichiro le dio una patada debajo de la mesa a su hermano. Izana lo miró unos segundos con fastidio.

─ Bien, 450 yenes.

─ ¡Izana! ─el hermano mayor se levantó un poco para darle un golpe en la cabeza al peliblanco quien alcanzo a cubrir su cabeza a tiempo para que no le doliera tanto.

Mikey observo toda la situación con los cachetes inflados y una cara de molestia y frustración. Luego se sento en la cabecera y apoyó su frente contra la mesa. Siendo observado por sus dos hermanos mayores.

─ Es sobre Max.

El mayor de los Sano levanto las cejas con sorpresa al escuchar aquello. Miró a Izana rápidamente.

─ ¿La líder de Mantra?

Izana asintió con una mueca dejando los papeles de lado un segundo.

─ Si. ─Dijo el rubio un tanto abatido. ─ Después de la reunión, todo se siente extraño. No sé cómo acercarme a ella.

A Izana y Shinichiro les basto compartir tan solo una mirada para compartir mutuamente sus pensamientos.

─ ¡Ya era hora! ─Shinichiro frotó sus manos repetidas veces entre si.─ Pondre la tetera.

Izana miró confundido a su hermano mayor y como este se levantaba rápidamente para calentar agua. Luego volteo a mirar al rubio castroso que seguía con la cara contra la mesa.

─ El líder de una de las pandillas mas grandes preocupándose por cuestiones del corazón. ─habló el peliblanco de ojos lilas, haciendo que Mikey levante la cabeza rápidamente.─ Quién lo diría.

─ ¿Que quieres decir con eso? ─preguntó el rubio un tanto curioso.

Shinichiro soltó una risotada mientras preparaba las tazas con té y café respectivamente en tanto respondia  la duda de su hermano menor.

─ ¡Que estás enamorado, Mikey!

El rubio sintio su cuerpo acalorado repentinamente. Izana fue testigo de como el tono del rostro de su hermano cambiaba drasticamente a uno colorado. Cosa que le hizo soltar una risa pequeña, algo que enfurecio a Mikey.

─ ¡NO ES ESO! ¡CALLENSE!

Izana rió antes de contestarle calmadamente.

─ Pero algo te preocupa, ¿no es asi?

Manjiro calmo sus nervios al oir la pregunta de su hermano, pronto llego una taza de té caliente a sus manos. Mikey explicó la confusión que sentía, cómo la imagen de Max liderando Mantra chocaba con la idea que tenía de ella después de la firma del tratado. Izana asintió, comprendiendo la complejidad de la situación. Mientras Shinichiro solo oía todo con atención, esperando un momento adecuado para dar su opinión.