Matando la pena

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Narro yo,

En dos partes muy diferentes de Orario podemos observar a un deprimido Bell y una preocupada Riveria dando el pésame. Bell, en su habitación de la Mansión Chimenea, descansaba después de haber estado por más de 2 horas llorando; y Riveria, aún en el cementerio, daba el pésame por la muerte de la Familia Hestia y los Xenos.

Narra Riveria, 

Llevaba un rato sin ver a Bell y el resto de mi familia tampoco sabía nada. Algunos decían que se habría ido a desahogarse bebiendo, pero el no bebí, otros que se habría ido sin despedirse de sus amigos, pero el no es de esos, y otros más decían que lo habían odio hablar de reunirse pronto con su familia, eso me preocupa.

Riveria - Loki, creo que deberíamos buscar a Bell.

Loki - Pero debemos terminar aquí, sino será mal visto y sobre todo si la vice capitana es la que desaparece. Solo son 5h, luego lo buscamos, si no se ha teletransportado Bete puede seguirlo.

Riveria - Vale, pero que no se enteren todos. Puede ser malo si Freya se entera que estas buscando a Bell.

Loki - Vale, ¿qué te pareces enviar sólo a los ejecutivos?

Riveria - Vale, pero hará falta algo con su olor para que Bete encuentre el rastro, antes hay que pasar por la Mansión Crepúsculo.

Loki - Pero no salgáis corriendo, alarmaríais a Ottar así que hasta llegar a la Mansión está terminantemente prohibido hablar de ello.

Riveria - Vale.

Narra Bell,

Creo que han pasado unas 3h desde que me dormí. No sé si debería seguir aquí. Ellos me esperan allá donde estén. Iré en busca de Miach, seguro que puede hacer alguna poción capaz de permitirme dejar este mundo para ir con ellos. Después de ese conversación conmigo mismo fui a prepararme, ya que duermo sin ropa desde que tenía habitación propia. Me puse el traje que me había quitado y la armadura negra y roja que fue lo último que me hizo Welf. 

Me teletransporte a la entrada de la tienda del Dios Miach

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Me teletransporte a la entrada de la tienda del Dios Miach. Rondaban las 9 de la noche, era un callejón oscuro y un viejo local de un piso era lo único que iluminaba la calle. Entré a dicho local y Naaza me saludó, así llamando la atención del Dios que estaba de espaldas a ella.

Miach - Saludos Bell, ¿cómo te encuentras?

Bell - Ciertamente no estoy en mi mejor momento, me siento desolado y abandonado, quisiera volver con ellos y sé que tienes alguna poción que me lo permita.

Miach - Bell, estamos hablando de algo muy importante, lo sabes. No puedo darte tal poción.

Naaza - Yo opino que deberías dársela, es su decisión, quiere volver a estar con los suyos. Yo en su lugar también lo haría.

Bell - Sé que no es algo a tomar a la ligera pero, como Naaza a dicho, es mi decisión y fue muy dura tomarla.

Vi como Miach daba un gran suspiro, parecía como si lo hubiesen abatido. Parecía estar dispuesto a ceder ante mi petición con el apoyo de la chica bestia que lo acompañaba.

Danmachi | Después de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora