Nuevo comienzo

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Narro yo,

En el salón principal de la Mansión Crepúsculo se celebra un gran banquete con diversas familias de Orario. Una peculiar pareja se estaban besando en medio de la sala, debido a ello muchos de los miembros de dicha reunión gritaban y se alteraban, otros solo callaban con cara de sorpresa, por el fondo  cuchicheaban cosas entre ellos. Nada parecía moverse hasta que por el fondo alguien comenzó a hablar lo suficientemente alto como para que la alta elfa y el humano peliblanco le escucharan.

Lefiya - Pienso matarte maldito conejo blanco. ¡Denle caza, por nuestra princesa!

Elfos - ¡AAAHHHHH!

Narra Bell,

Iba a morir. Estaba en el centro de la sala rodeado por una avalancha de elfos que venían con claras intenciones asesinas. Mirara donde mirara siempre había una multitud de elfos. Sabía perfectamente que a excepción de Lefiya si superaba al resto de elfos en nivel y seguramente en velocidad, pero enfrentarme a ellos no creo que fuese bien visto por Riveria. Decidí quedarme estático con fe en que entraran en razón pero...

Riveria - Alto.

Inmediatamente todos los elfos frenaron y se arrodillaron cabizbajos. Miré a la organizadora del motín. Aquella niña pelinaranja estaba llorando y con su rostro completamente rojo.

Lefiya - Señorita Riveria, no podemos perdonar a ese sucio humano después de tal atrevimiento con usted.

Riveria - Lefiya.

La chica de ojos zafiro tragó saliva y apretó su mirada y sus puños mientras seguía arrodillada. La tensión aumentaba mientras el silencio de Riveria se incrementaba. El resto de elfos parecían abatidos.

Riveria - Si intentas crear un motín en contra de un futuro miembro de la familia real serás exiliada de nuestro país y rechazada por nuestra raza.

La sentencia dictaminada por la princesa de la raza élfica creó tal impacto que no solo Lefiya estaba sin habla, sino que el resto de personas que se encontraban en la sala, incluyéndome entre ellos, quedamos en completo shock creando un ambiente de silencio absoluto. Todos quedamos inmóviles por unos segundos hasta que Riveria me cogió de la muñeca y me arrastró con ella.

Riveria - Ahora me retiro a mi habitación, no quiero molestias, sigan con la fiesta.

Con eso salimos por la gran entrada principal y nos fuimos de la fiesta en dirección de la habitación suya. Antes de girar la esquina pude ver como las chicas de la Familia Loki animaban a Lefiya y mis amigos intentaban animar el ambiente. La entrada iba alejándose y, poco a poco, llegamos a la puerta de la habitación de Riveria.

Bell - Bueno..., yo ya me voy, adiós.

Me giré y estaba dispuesto a salir corriendo justo cuando su mano me agarró de la manga y comenzó a desprender un aura asesina.

Riveria - ¿A dónde crees que vas?

Bell - A ningún lado...

Me giré lentamente y al ver a Riveria sentí el verdadero temor. Su mirada emanaba su sentimiento asesino ante mi intento de huida. Conforme pasaba los segundos iba apretando más y más mi manga. Si no decía algo ese sería mi lecho de muerte.

Bell - ¿Entramos?

Parece que esa palabra la relajó. Me soltó la  manga y una pasiva sonrisa me indicaba que estaba a salvo..., por el momento. Entramos y se sentó en la orilla de la cama. Con un delicado movimiento se apartó un mechón de pelo tras la oreja y con la mirada en la luna susurró.

Riveria - Solo quería pasar una noche tranquila contigo.

Tenía el pulso acelerado, estaba boquiabierto y hasta yo notaba mi sonrojo, pero todo eso aumentó cuando mi nueva novia se puso de espaldas y se bajó la cremallera del vestido el cual se deslizó velozmente hasta el suelo. A continuación quitó el resto de accesorios que llevaba, se tumbó en la cama y se cubrió con la suave seda blanca que tenía por sábanas.

Danmachi | Después de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora