Capítulo 3

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El gimnasio estaba lleno de personas, las porristas haciendo en la cancha sus rutinas.

Conocía a dos porristas, Wanda y Chrissy, ambas eran mayores que yo, aun así eran buenas personas y gentiles.

Me enseñaron la escuela y me dieron su amistad.

Estaba en la parte media de las escaleras/asientos, Dustin y Mike estaban a mi derecha y Max que acababa de llegar se encontraba a mi izquierda.

Los gritos de las demás personas me aturdían, me estresaba no poder escucharme.

Escuchaba susurros o más bien se oían así, por parte de Mike y Dustin, al parecer tenían una guerra de novias, no me interesaba, solo quería irme.

Cuando la banda dejo de tocar, el director anuncio por el micrófono.

— Un aplauso para los tigres— en eso los aplausos acapararán el gimnasio, y de un cartel salen el equipo de Básquet, de dónde Lucas es jugador.

Max se encontraba callada viendo sin ninguna expresión la salida de su exnovio por el pedazo de papel.

Si somos sinceras, creo que Max y yo hemos sido las más unidas después de todo esto, aun así no somos uña y mugre.

—... Oigan — en ese momento le empecé a prestar atención al capitán del equipo, no tenía algo mejor que hacer para ese momento—
Creo que todos estarán de acuerdo en que este a Sido un año difícil, muchas pérdidas, a veces me preguntó "¿Cuántas pérdidas puede soportar un pueblo?" en días sombríos, cómo estos necesitamos creer en algo. Anoche, cuando íbamos perdiendo 10-0 contra la academia cristiana, mire a mi equipo Y les dije; piensen muchachos, piensen en Félix, piensen en Heather, piensen en Billy.

Por instinto miré a Max, quien parecía consternada, no iba a llorar, Max no lloraría enfrente de alrededor de más de 200 personas.

— En nuestro Jefe de policía Jim Hopper. Piensen en todos nuestros amigos, en todos los que murieron, para qué murieron, para que perdamos contra una pésima escuela.

Cómo si ganar el partido fuera la meta de todos.

El discurso siguió, el chico continuo aprovechándose del luto de las personas para animarlas a qué vayan al juego.

—... ¡ESTA NOCHE, VAMOS A GANAR EL TROFEO DEL CAMPEONATO!

—¿Esta noche?— pregunto algo preocupado Mike.

— ¿Cómo es posible? —

— Así es un torneo — Les explico Max — si ganas un partido, juegas en el siguiente, así hasta que solo quede un equipo.

— no entiendo que te preocupa — trate de conversar con Mike.

— no importa, nos vemos luego — se despidió de mí y de Max para irse junto con Dustin

Las personas seguían gritando, y yo solo ya me quería ir.

— Vamos, se nos hace tarde para la clase de español — hablo Max a mi lado, mirando como todos ya se marchaban del gimnasio.

Respiré hondo y me fui con ella.

• • • • • •

A la hora de comer, me senté en la mesa de las porristas, Wanda me invitó cuando llegue, y dijo que si me lo proponía para el próximo año podría entrar en el equipo.

Al otro lado del comedor estaba la mesa de Mike, su amigo Eddie era el amor platónico de muchas de las porristas.

Y aunque yo no lo quiera aceptar, Eddie es un tanto agraciado por la vida.

— ¿y qué van a hacer después de que ganen el partido? — Le pregunté a Jason, quien al parecer se encontraba al pendiente de Eddie.

- con los jugadores vamos a ir a festejar.-

y si pierden?-

- no vamos a perder, pero en ese caso, no vamos a hacer nada -

Lucas estaba a un lado de mí, mirándome extrañado.

-Que? - lo mire raro

- por qué no comes? - me preguntó curioso

-Comí mucho esta mañana - conteste simple.

- ¿siempre comes demás en las mañanas?- continuo con tono de detective

- La mayoría del tiempo, si - dije apretando mis labios con una mirada inocente.

Era obvio que no le iba a decir que no desayuno y que no como la mayoría del tiempo, al ver su rostro supuse que quería decir algo más, pero se quedó callado al escuchar una voz gritar a nuestra mesa.

- O encestar pelotas en una cesta de ropa sucia ... — venía de Eddie y de la mesa de los que juegan calabozos y dragones

— ¿Que? se te perdió algo friki— atacó Jason a la defensiva y Eddie le hizo una cara de burla haciendo que Jason se quedará en Paz.

Sacudí mi nariz para ocultar mi sonrisa, Wanda me golpeó leve una costilla mientras ella también reía.

Cuándo la escuela había terminado, decidí ir al lugar de renta de películas, dónde trabajaba Steve y Robin.

— ______ Wheeler, que sorpresa tenerte aquí — me dijo Steve con cierto sarcasmo, si no estaba con Max o con Wanda estaba con ellos.

Había desarrollado un aprecio de buena manera hacía ellos.

Trataban de sacarme una sonrisa cuando me veían un tanto decaída.

— y que se te ofrece ahora pequeña — Hablo Steve con una sonrisa mientras sacudía mi cabello.

—Esperar hasta que sea el partido— dije mientras entraba a la caja registradora.

— claro, puedes entrar —

— lo siento — dije con una sonrisa apenada.

—¿No te preocupes, pero te veo un poco más triste de lo normal que tienes?—

— creo que estoy nerviosa — Steve se sentó enfrente de mi para prestarme atención.

— Mira mañana iré a ver al Will a California, y la última vez que nos vimos fue en las vacaciones de Navidad, y estábamos bien, pero luego paso lo de ... — mi garganta no podía pronunciar esas palabras, y mis ojos se empezaron a humedecer — lo de Samuel — el nudo en la garganta desapareció, y suspiré con lágrimas.

— tranquila — Steve me abrazó de una forma que me hacía sentir bien, no era algo romántico, pero era reconfortante.

— gracias por esto — dije agradecida mientras me separaba de él, y secaba mis lágrimas.

— recuerda el consejo de Robin, si te sientes nerviosa cuenta del 1 al 100 o hasta que estés tranquila — dijo el mientras me veía, tratando de que esté tranquila.

— lo hago, créeme —

El sonrió convencido, estuve hablando de lo nerviosa que me ponía ver a Will de nuevo, aún así lo extraño.

Robin llegó horas después, los ayude a acomodar algunas películas y atender a algunas personas.

— si le avisaste a tu madre que estabas aquí?— pregunto Robin mientras cerraba la tienda.

— Si, no se había dado cuenta que no estaba ahí —

—por qué piensas eso?— pregunto Robin.

— por qué cuendo le llamé me dijo “pensé que estabas en tu habitación” — mencione simple.

— después del partido vas a tu casa? — pregunto mientras caminábamos al auto de Steve

— si mañana iré a ver al Will —

—Es cierto, bueno, pues si nuestro chófer no está ocupado con su cita, te podemos llevar. —

Sonreí en gesto de agradecimiento—me iré en bicicleta, aún así gracias.











La Hermana De Mike (Will Byers y tu 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora