Las Aventuras de Tintín "El secreto del Unicornio"

Episodio: 1

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EL UNIRCORNIO

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En el centro de la ciudad se podía encontrar a un señor sentado en su banco mientras retrataba el rostro de un joven castaño color miel.

—Ya falta poco señor, su rostro me parece familiar ¿ya lo había dibujado? —dijo el señor sin perder la concentración en su obra.

—Algunas veces —respondió el joven.

—Claro lo eh visto en el periódico ¿es periodista?

—Soy reportero —dijo, mientras acaricia a su fiel mascota—. Paciencia Milúr ya falta poco.

Milúr ve aún hombre que con guantes negros que se acerca a unas personas detrás de ellos robando con facilidad sus carteras sin darse cuenta, y fue detrás de él sin que su dueño se de cuenta.

—Listo creo que capte bastante bien su samblaje —dijo al mostrar su obra.

—Nada mal —dijo Tintín para bajar su mirada a su costado— ¿Tu que dices? ¿Milúr? —Al ver que no respondía se dio cuenta que no estaba— ahí Milúr, tenga señor —lo paga para después ir a buscarlo— ¿Dónde se habla ido?

Se encontraba mirando a sus alrededores tratando de localizar al perrito albino por todos lados, hasta que pasa a una tienda donde venden espejos viendo como Milúr sale del lugar acercándose a su dueño.

—¿Dónde estabas? ¿Cazando algunos gastos? —preguntó Tintín, mientras acariciaba, en eso al elevar su rostro logra ver en el espejo un hermoso barco—. Milúr fíjate en eso —se da la vuelta para verlo mejor.

Se va hacia la mesa donde se encuentra posando el barco con increíbles detalles que posen con delicadeza cada lado. No se dio cuenta que una jovencita de su misma edad también estaba embalsamada por la belleza del barco.

—Tres mástiles, doblé cubierta y cincuenta cañones. Es una preciosidad —dijeron al mismo tiempo, sin darse cuenta de sus presencias.

—Además es sumamente especial, era el patrimonio de un viejo capitán.

—El unicornio —dijeron sin despejar sus ojos encima de ello.

—El unicornio, un hermoso barco de vela. Es muy antiguo del siglo XVI.

—Yo opinó el XVII.

—El reino de Luis III.

—Luis XIV.

El señor de la tienda vuelve repetir, contando que es unos de los mejores barcos que habían surgido en los siete mares. 

—No creo que puedan Hallar otro de este jóvenes, solo cuarenta francos.

—¿Jóvenes? —preguntó Tintín confundido

Y dirige su mirada a su costado donde se encuentra una hermosa joven de cabello castaño oscuro ondulado hasta los hombros, y sus ojos celeste como el cielo. Lleva un vestido color rosa pastel acompañado con una gabardina color café claro. 

—¿Ah? Lo siento no me di cuenta que también estabas, me emociones mucho ver este modelo tan increíble.

—No tiene que disculparse señorita ¿está interesada con el barco?

—Siendo sincero si —respondió a volver a mirar el barco con admiración—. Es bello, pero si quieres puedes comprarlo usted no hay problema.

—No sería un descortés hacer eso a una dama —dijo, y dirige hacia el señor— le ofrezco treinta, para la señorita.