Las Aventuras de Tintín "El secreto del Unicornio"

Episodio: 4

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ARCHIVALDO HADDOCK

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—¡Rápido a la camioneta! —Milúr le muerde su trasero— ¡Agh! ¡Suéltame costal de pulgas! —lo lanza adentro del edificio y le cierra la puerta— ¡De prisa!

Milúr correo arriba para llegar al departamento de su dueño, y salta de sillón a sillón hace a el escritorio y sube el borde de la ventana y mira la camioneta donde se llevaba Tintín y Erica, pero del otro lado ve una camión de bomberos decide salta arriba del techo del carro.

Y las personas que secuestraron a los dos jóvenes frenaron. Sin embargo, provocó que la escalera del techo se desliza frente de la ventana del camioneta. Pero Milúr cae arriba del capo y ve a los tipos.

—¡Haz lo que puede! ¡Arrollado ya! 

Milúr se cae, pero tuvo suerte de salir con vida, ve una bicicleta que lleva detrás de él que transporta cosas. Se sube ahí y después salta arriba de una cerca donde hay miles de vacas por todos lados. Y ve la camioneta, salta arriba de la cabeza de una vaca pero le toca el trasero a otra vaca que hizo dar una patada provocando que lanzará a Milúr la suelo.

 Este perro se levantó y por accidente tocó la parte bajo de la vaca, y pasa por los demás. Y va corriendo dónde está la camioneta, pero estaba abierta no estaban ve que la caja donde están los dos jóvenes transportando lo suben abordo del barco.

—¡Quiero esa caja al estribor —hasta que zarpan, mientras que adentró del barco unos hombres se encontraban revisando los bolsillos de las vestimentas de los jóvenes.

 —No hay nada, mira en tu lado —dijo el señor.

 —Espera nada.

 —Revisa ese bolsillo Tom.

 —Agh ya lo revisé, estoy seguro —gruño Tom.

 —Entonces ponte a buscar en sus calcetines.

 —¿La encontraron? —preguntó Sarkharine al ingresar al almacén donde esta Tintín junto con Erica encerrados en una jaula gigante.

 —o lo tiene, lo revisamos jefe no está aquí.

 —¡¿No está aquí?! ¡¿Entonces dónde está?! 

 —¿Dónde está qué? —preguntó Tintín con un tono bajo porque recién se despierta.

Sarkharine golpea la barra de la jaula con su bastón—. Ya me cansé con sus juegos, el pergamino del unicornio un pedazo de papel —saca algo en su traje el mismo papelito amarillento como el otro—, como este.

 —¿Se refiere al poema?

 —Si.

 —¿Escrito en caligrafía antigua?

 —Si.

 —¿Qué estaba en un cilindro?

 —Si.

 —¿Ocultó en el mástil?

 —¡Sí!

 —No lo tengo.

Sarkharine ya se encontraba en el borde de la paciencia que le quedaba, para después estira su bastón a los hombres y le quita la funda mostrando una afilada espada. 

 —Usted conoce su valor porque iba a tomarlo si no.

 —Dos barcos, con dos piezas del rompecabezas. Usted tiene una y necesita la otra, pero no es eso hay algo más.