10

65 14 1
                                    

Aria.

Llego a mí departamento, donde las cajas siguen dispersas y desordenadas alrededor de la sala y la cocina, en una esquina está mi maleta aún sin deshacer, hago mi camino hasta la cama improvisada (que consiste en un saco de dormir, con montón de cobijas y almohadas) y me siento sobre ellas, reflexionando mientras que mis ojos no dejan de inspeccionar el lugar.

Dios, ésto es un desastre. Tengo que tomar el control de mi vida.

Respiro profundo, inhalando por la nariz y sacando todo el aire por la boca.

Estoy triste, ¿Tengo derecho a estarlo? Por supuesto que sí, lo que estoy viviendo no resulta sencillo de asimilar, sin embargo no es razón para autodestruirme.

Debo asumirlo ahora aunque duela, es un hecho, Nathan me dejó. Se enamoró de otra persona, desconozco desde hace cuánto tiempo me estuvo mintiendo, probablemente nunca lo sepa, y quizás así sea mejor.

Es evidente que no regresará corriendo a mis brazos arrepentido, pidiendo perdón, como tanto había fantaseado los días que siguieron a la ruptura, y aún si decidiera hacerlo ahora, yo no lo aceptaría devuelta. 

Algo cambió desde ése encuentro que tuve con Maya, el saber que Nathan tendrá un hijo con otra mujer, terminó con todas mis esperanzas, el sueño de un nosotros murió para siempre. 

Retomar nuestra relación ya no es una opción para mí. Sería la peor decisión, me haría daño teniendo en cuenta todo lo que sé ahora, viviría con desconfianza e insegura, nunca encontraría paz.

Es un hecho, se acabó para siempre.

Siento una punzada de dolor en el pecho y seco las lágrimas que se han instalado en mis mejillas.

Y aunque lo amo, yo debo amarme más, ponerme en primer lugar, porque si no lo hago, nadie más lo hará.

Debo empezar desde cero, dar inicio a una nueva vida conmigo misma... sola.

Un pensamiento fugaz, sustituye mi desaliento por un renovado animo, mis comisuras se alzan ligeramente. No, no estoy tan sola, cuento con la amistad de Kat, Kendall e incluso Evan.

Lo haré, saldré adelante y mi primera resolución será darle forma a éste lugar, lo convertiré en mi nuevo hogar y sé exactamente con quién hablar.

* * *

La puerta se abre, la castaña parece sorprendida por mí visita.

—Ari—Me recibe sonriendo amablemente, su cabello está recogido en un chongo, está usando unas gafas y lleva puesto un delantal—¿Cómo estás?—Se hace a un lado—Vamos, entra.

Entro a la casa aspirando un agradable aroma.

—Huele bien—Digo.

Ella se muestra orgullosa de mí comentario—Estoy horneando galletas para compartirlas en mí reunión de más tarde.

—Suena cool.

—¿Te gustaría comer algunas con café?—Ofrece—Así nos ponemos al día.

Sonrío genuinamente—Te lo agradecería.

—Me dijo Kat que regresaste ayer.

—Sí, llegué en la mañana.

Kendall se dispone a manipular su cafetera, parece profesional. Yo por mi parte sólo sé hacer café instantáneo, debería tomar un curso de barista solo para pasar el rato y tener que ofrecerle a las visitas que tenga en el futuro.

Empezar otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora