Eres Mi Musa

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Capítulo 29

-¡Ya volví! dijo Kim sintiendo como dos manos le apretaban la cintura y recibía un beso en la mejilla.

-me asustaste, dijo Kim con una sonrisa al ver a Jeon atrás de él.

-¿cómo te fue?
-¡Muy bien amor! Todo concuerda dijo haciendo referencia a su mentira para visitar al doctor Min.

-¡Me parece perfecto! Hice la cena, ¿quieres venir? Dijo Jungkook caminando hacia la cocina.

-¡Bésame! dijo Kim de pronto.

Jeon volteó a verlo con sorpresa, -¿seguro? Preguntó, Desde que somos novios no te beso con intensidad porque respeto tus principios y tu espacio, yo no…

No pudo seguir hablando porque los labios de Taehyung lo callaron, fue un beso suave como los anteriores a aquel día, se sintieron plenos, sin embargo Kim llevó sus manos a la espalda de Jeon, bajándolas sutilmente acariciando bajo la camisa hasta las bolsas traseras de su pantalón.

-Tae, amor ¿qué haces? Dijo Jeon sintiendo perder la cabeza.

-No hables, sólo bésame mucho, Dijo Kim, llevando su boca  hacia la oreja de Jeon para luego bajar a su cuello.

-ah! Amor, p- perderé el control, no, no quiero hacer algo que tu no quieres, aquel día me lo dijiste.

-¡Te amo Jeon Jungkook! Quiero que pierdas el control conmigo.

Jeon escuchó aquello lleno de deseo, como una orden, un mandato; así que siguió besando a su prometido.

Bajó su boca hasta el cuello de aquel saboreando con delicadeza, el suspiro y los jadeos de Kim fueron música a sus oídos.

Caminando lo dirigió entre besos a la habitación, sus manos temblorosas fueron al abrigo de Kim, recordando el día que le quitó la ropa al estar herido, después de aquel abrigo, bajó poco a poco el saco dejando a Kim sólo con su tallado chaleco y su camisa impecable, aquella ropa lo hacía ver perfecto.

Poco a poco quitó la corbata y los gemelos de la camisa, desabotonándola por completo, su boca bajó del cuello al pecho, besando aquellos pectorales lentamente; su lengua paso por todo aquello hasta tirar suavemente con sus labios los pezones.

Kim estaba en el paraíso sintiendo todo aquello, sus jadeos y su respiración entrecortada se convirtieron en algunos gemidos casi silenciosos, abrió los ojos lleno de deseo, sus manos las enterraba entre los cabellos de Jeon, la vista de aquel besando su cuerpo lo hacía perder la cordura.

Por iniciativa quitó con suavidad la playera que Jeon tenía puesta quedando ambos sin ropa de la cintura hacía arriba; Jeon lo observó con amor dirigiéndose a su boca, besándola con pasión, empujando a Kim hacia la cama colocándose sobre él, sentir su piel tibias y sus besos era tan adictivo para ambos.

Kim sentía todo aquello, no se imaginaba que así sería, el poco temor que sentía se había ido lejos.

-eres hermoso, dijo Kim entre los jadeos que Jeon le provocaba, sintiendo la presencia de Jungkook entre sus piernas.

-tu lo eres más, eres mi musa, mi inspiración, la fuente de mis creaciones, ¡Calíope te envidia amor mío!...

Horas después descansaban abrazados, sus cuerpos encajaban a la perfección cuando se acomodaban uno en los brazos del otro.

-¿tienes hambre bebé? Preguntó Jeon
-¡mucha! Respondió Kim muy alegre ante aquel apodo.

Ambos salieron de las sabanas, la noche había avanzado, ambos habían olvidado la cena por completo.

Después de vestirse con sus pijamas, dispusieron ir a comer, Kim andaba juguetón, acercaba la comida a la boca de Jeon y cuando este mordía alejaba aquel bocado provocando la sonrisa de conejito que tanto amaba.

-¡si me dejas sin cena, te comeré a ti! Dijo tomando a Kim del brazo.

Kim rio complacido, -te quedarás con hambre entonces, aseguró haciendo una mirada coqueta.

Jeon tomó una cucharada de nutella y con el dedo le dejó un poco en el cuello a Kim.
-¿oye, que haces? Dijo Kim sorprendido al sentir la boca de Jeon donde había dejado la nutella.
-estoy limpiando mi travesura, dijo en un susurro.

Terminaron de comer, y después de limpiar fueron a acostarse, se acomodaron y se abrazaron para dormir.

Ambos descansaron muy felices.

El sol entró en aquel ventanal, los árboles se movían suavemente por el viento, Jeon abrió los ojos, se movió para acomodarse quedando cara a cara con Kim quién aún dormía.

-eres mi musa, la que me consume al escribir, al crear al amar, dijo susurrando al oído.

-¿tu musa? Dijo adormecido Kim feliz de despertar así.

-Si esos seres mitologicos que inspiran al hombre en la creación de las artes... Eso eres para mi, tu sola existencia y presencia me inspiró a seguir con vida.

La musa de JeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora