Necro Sacrament [SasuNaru]

ⅥⅠⅠ

Esta noche ambos serán juzgados por quienes lo abandonaron.

¿Qué lado tendrá la razón?

Sasuke esa noche sin estrellas fue encerrado en la prisión de máxima seguridad al mando de Ibiki y la vigilancia de todos los ninjas de Konoha para evitar su escape.

Sin saber el destino de su amado a manos de una aldea opresiva que solo quería alejarlos y juzgarlos por permanecer juntos como un héroe y un criminal.

En esta fría celda y pendiente al final que le tocara, completamente solo se quedó dormido mientras sujetaba sus rodillas contra sus brazos así, arropado por el ensueño de la luna.

Fue doloroso para Sasuke, sin querer corría a la boca del lobo con un terrible desequilibrio retorcido.

Tal vez sea cierto que la razón por la que existen gente como él es para crecer y madurar, pero, sin embargo, hay algo que le falta y eso es la inocencia.

Si conservara algo como eso probablemente se hubiera convertido en su hermano.

—Lo siento, Naruto, deje atrás nada más que solo palabras confusas para ti.

Mientras miraba la luna entre los barrotes, le dedicaba aquella canción de despedida, sin dejar de pensar en cosas como; "¿Existe un mundo que no esté atado por la sangre derramada y la muerte de compañeros? ¿Hay algo tan bueno para ambos en algún lugar?"

Por primera vez en mucho tiempo volvió a delirar y hundirse en aquella espiral de la que había salido.

—Naruto, cuando tú estabas a mi lado pude olvidar todo. En verdad te ame.

Si esta cosa que floreció dentro de su corazón vacío fuera arrancada, sacrificaría todo de nuevo, justo como ese día.

Sin elegir las palabras correctas de nuevo esas cicatrices que no puede borrar ahora aparecen, si pudiera transmitírtelas, quizás podría decirle a Naruto que fue muy feliz. Incluso con ruinas y trozos de lo que tenía, por muy poco o nada que fuera.

Pero sabe que el lugar donde esta Naruto no podrá alcanzar jamás. Estaba sucio.

Dentro de todas esas estaciones cambiantes, con la puesta de sol borrosa, de alguna manera sus sentimientos vuelven a esos días caóticos.

Y siempre aparece primero la fragancia oxidada que se entremezcla con un suspiro; sangre.

Si ese aroma durara para siempre en sus fosas nasales, estaría aterrorizado cada día de que desaparezca para siempre, sin que quede algún rastro de que alguna vez Naruto existió o fue real.

Solo hay una sombra detrás de sus ojos y algunos sueños al dormir.

—No se puede borrar... —ese dulce dolor es porque no estaba solo, tenía a Naruto su lado; oliendo a sangre y muerte.

El aroma de Naruto desaparece rápidamente entre las cuatro paredes de su prisión, sin poder retenerlo. Era lo último que le quedaba de Naruto.

Había perdido su atrayente calor, su amable corazón palpitante, su brillante mirada azul y su sonrisa.

Nunca pudo escuchar la última frase que había salido de los labios maltratados y llenos de sangre, por eso, en base a lo que Naruto parecía sentir había rellenado el hueco.

Solo quería que alguien lo amara.

Si eso es lo que significa no estar solo, antes de que la luz desaparezca y los separen a los dos de forma definitiva... Hasta que se vuelvan a ver...