El Día de la Libertad

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Narra Cesar:

Ha pasado un año desde la guerra de Marineford y me he convertido en un buen estratega mientras buscaba la forma de escapar, no hemos encontrado una zona segura de escape, pero tenemos la esperanza de que pronto aparecerá.

Nos hemos preparado tomado notas de las zonas que tienen pocos guardias y las posibles rutas de escape. Ha sido realmente difícil, los soldados son muy ágiles y no es tan fácil distraerlos, además no sabemos cuáles son los juguetes que tienen la orden de detenerme. Repasabamos cada día los datos que teníamos, pero parecía inútil, hasta que un día...

Violet: — Toca la puerta — Cesar soy yo ¡Te tengo buenas noticias! — hablaba detrás de la puerta de la habitación.

Cesar: — Se paró de golpe y se acercó — ¿Encontraste una forma de escapar?

Violet: ¡Sí! — el joven se emocionó — La mayoría de guardias se encuentran en una reunión con el resto de la familia en la casa de juguetes, solo está Giolla en el castillo y está ocupada con su arte, los juguetes que tienen la orden de detenerte están dispersos y hay una zona con poca vigilancia ¡Tenemos una oportunidad! ¿Lo intentamos?

Cesar: ¡Sí! Dime que tienes en mente.

Violet: ¡Apártate de la puerta! — ordenó la mayor, el joven se aparta y Violet usó una espada para romper la manija de la puerta, cuando se abrió cortó del otro lado para simular que fue Cesar y no sospecharan que tuvo ayuda — toma este Den Den Mushi, te iré guiando desde aquí. Le pedí ayuda a un soldado de juguete muy confiable para que te llevara al puerto Este, ahí te espera un buque de carga, la tripulacion te llevara con ellos a su proximo destino y se han ofrecido a cuidarte hasta que tengan que zarpar de nuevo, tienes que ir rápido y con cautela.

Cesar: ¡Entendido!

No puedo creer que tengo una oportunidad perfecta para huir, parece un sueño, un sueño perfecto, excepto por el clima, se ve un poco nublado así que tomaré uno de los abrigos de plumas de color blanco, esta será la única vez que use uno de esos, tomé el Den Den Mushi y nos dirigimos a un pasadizo secreto para salir del castillo, cuando llegamos afuera pude ver al soldado que mencionó, le faltaba una pierna pero tenía un buen equilibrio. Me despedí de Violet con unas cuantas lágrimas, ella fue la única persona que vio por mi bien y me escucho en toda mi vida, en cuanto llegará a la otra isla le regresaría el favor a Violet por todo.

Cesar: Te prometo que en cuanto llegue a tierra firme me contactaré con la marina y le daré fin al reinado de Doflamingo y cuando haya caído volveré para ayudarte a recuperar la felicidad de Dressrosa.

Violet: Aprecio mucho tu intención, te estaré esperando ansiosa. – lo abraza – ¡Mucha suerte!

El Soldado y yo seguimos las indicaciones de Violet al pié de la letra y llegamos al puerto sin problemas. Ahí estaba el barco, mi transporte de escape, me sentí muy emocionado de poder salir de ese infierno.

Soldado (Kyros): Listo muchacho, ya está todo preparado para tu viaje. Espero que no existan contratiempos en el viaje.

Cesar: Gracias señor soldado, prometo que pronto será un humano de nuevo y podrá recuperar su vida.

Soldado (Kyros): Gracias, todos contamos contigo, te deseo suerte.

Violet: ¡Cesar date prisa! ¡Unos guardias se acercan!

No perdí más tiempo, subí al barco y partí despidiéndome del soldado con la mano mientras él hacía lo mismo, luego empezó a distraer a los guardias para que no inspeccionarán el buque, pasaron unos minutos y todo estaba listo, ¡Era hora de zarpar!

Cesar: «No puedo creerlo al fin soy libre, no me importa a donde llegaré, lo que importa es que ya no tendré que soportar a los payasos asesinos y al flamenco desquiciado ¡POR FIN SOY LIBRE!»

El hijo de Doflamingo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora