De Camino al Templo

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Narradora:

El ambiente rebosaba felicidad y paz, Cesar por fin había encontrado a la familia que tanto quería, tristemente no tenía a sus padres como él deseaba, pero algo es algo, además ahora sabía que la época de castigos y sufrimiento se había terminado.

Jabari: Mamá, no quiero arruinar el momento, pero debemos informarle a la Sacerdotisa, ella también se quedó preocupada cuando se apagó la esfera y debemos comunicarle pronto sobre esto.

Obelia: Tienes razón *snif* — se separa de Cesar y dice — pero antes creo que debería comer un poco, ¿Tienes hambre querido?

Cesar: Si, un poco — la verdad estaba muy hambriento, pero le daba pena decirlo.

Obelia: No tengas pena, ahora mismo te traigo algo de comer, no tardó mucho.

Makena: Déjeme ayudarla.

Una vez se fueron.

Kárter: Tranquilo primo no tienes de que avergonzarte, sabemos lo duro que fue el pollo rosado contigo, pero ahora puedes relajarte y pedir lo que quieras sin miedo.

A Cesar le salió una pequeña sonrisa por el comentario de su primo hacia Doflamingo, en otras circunstancias Cesar habría recibido un golpe por reírse y su primo estaría muerto por aquella falta de respeto, agradecía que las cosas ya no fueran así.

Pasados unos minutos su abuela y su tía llegaron con la comida, era un gran plato de carne frita con arroz y ensalada acompañado de un jugo de naranja y fresa. El aroma era delicioso.

Obelia: Aquí tienes cariño, come y si quieres más solo dilo, el resto esperen abajo por favor, hay que darle algo de espacio, excepto Kárter y Ángela, quédense conmigo para hacerle compañía.

Elenio: — Dice en tono de broma — Oye querida no me eches, ¡Yo también quiero pasar con mi nieto!

Obelia: — Le sigue el juego — Pues tendrás que esperar un poco más, ¡Yo lo vi primero!

Cesar se divertía con la situación, su abuelo le da un guiño y se retira "indignado". Pasaron unos minutos y Cesar termino de comer, estaba satisfecho, su último castigo fue quedarse sin comida por tres días y constantemente le ponían castigos así, hacía mucho que no comía bien.

Obelia: Bien, ahora si estás listo, debemos ver a la Sacerdotisa.

Cesar: Si, estoy listo , pero quiero saber ¿Quién es la Sacerdotisa?

Obelia: Es la jefa del pueblo, es una mujer amable que también vigilaba la esfera con nosotros y también se preocupó cuando se apagó, es necesario que sepa que estás aquí y además ella y tu abuelo te enseñarán lo principal sobre el pueblo.

Cesar se levantó de la cama, se puso sus botas y fue llevado a la entrada.
Todos lo esperaban en la sala de la casa, cuando lo vieron bajar, se pusieron de pie y fueron a la entrada.

Kárter: ¡Esperen! — le pone una capa con capucha a Cesar — así te cubres del frío y le daremos una sorpresa a la Sacerdotisa.

Ángela: ¡Buena idea!

Salieron de la casa con destino al templo, mientras caminaban Cesar pudo apreciar un poco el pueblo el cual desbordaba de colores brillantes provenientes de las casas y se podía observar a muchos jóvenes y niños hechiceros que practicaban con su magia y algunos que jugaban con ella. Mirando hacia arriba podía ver linternas flotantes que se elevaban a corta distancia iluminando las calles, era un lugar hermoso y claramente mágico. Pasadas unas calles, llegaron a un enorme castillo blanco con decoraciones doradas.

Elenio: — Posa su mano en el hombro del joven — Este es el templo del pueblo, aquí todos los hechiceros entrenamos nuestro poder y nuestro conocimiento, también se encuentra el altar para honrar a todos nuestros hermanos y hermanas hechiceros caídos.

El hijo de Doflamingo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora