Desde la cocina escuché el placentero sonido de un demonio gritando de dolor. Ya no podría hacer daño a nadie.
Al llegar al comedor pude comprobar el gran talento que tenía mi esposa para matar.
Si no fuera por el charco de sangre que manchaba el inmaculado mantel, Parecería que el loco al que había invitado a mi casa estuviera durmiendo, con la cabeza recostada en él.
-córtale los brazos y la cabeza – le dije.
- ¿se lo daremos a la bestia?- pregunto con una maliciosa sonrisa.
- Nos lo comeremos nosotros. No hará falta que compremos carne en días- respondí con una voz agradable- yo nunca me he comido una persona- la repugnancia que sentía se reflejó en su rostro.
A pesar del evidente desagrado que sentía por la idea de ingerir a un ser humano, empezó a cortarle el brazo.
Su cara de felicidad era como la de un niño al que le habían regalado un juguete nuevo.
Por la facilidad con la que ella lo hacía, supuse que lo había hecho varias veces y lo del mendigo no fue la primera vez.
La primera vez que yo ampute una extremidad tuve muchas dificultades.
- Ves seccionando sus extremidades, las que no cocinemos los meteremos en la nevera- le comenté con una gran sonrisa de satisfacción.Estaba feliz de que mi esposa me ayudara a cazar criminales, en aquel momento nunca hubiera imaginado que ella me decepcionaría.
Mi tío dejó de hablar por un momento. Su rostro tenía tal expresión de sufrimiento y sus ojos reflejaban una amarga tristeza.
- Bueno, la tristeza es el precio que tenemos que pagar por momentos inolvidables- comentó con una sonrisa amarga en su rostro.En ese momento sentí un gran odio y unos celos incontrolables por mi tía.
- Bueno, continuemos con la historia – comento con voz grave.
Cuando me dio el brazo, lo lleve a la cocina. Allí fui cortando la carne hasta que se vio el hueso, luego la puse en la sartén.
Mientras la freía, ella puso el muslo, la tibia y el cuádriceps de las piernas en un taper. Al acabar, lo metió en la nevera.
- Puedes ir calentando el arroz en el microondas, entretanto yo iré Poniendo la cena-
- Claro – dijo con una dulce voz. Escuchando la nadie diría que era la misma que había disfrutado troceando a mi paciente.
Al cabo de un rato nos sentamos en la mesa y parecía que Laura no quería comer.- ¡¡¡¡Por muy loca que estuviera, es normal que no quisiera comerse a una persona¡¡¡¡¡- gritó María leyendo el diario.
Temerosa de que alguien hubiera escuchado sus gritos, salió de su habitación. Pero recordó que en su casa no había nadie y volvió a sumergirse en aquella perturbadora lectura.
En él, estaba escrito lo que marco le estaba contando de su esposa a Marta.
- Porque no comes- le dije
- No me apetece comer este tipo de carne- respondió con una voz entrecortada.
- Antiguamente, los humanos cazábamos nuestros alimentos, actualmente lo hacen otros por nosotros. Al que hemos cocinado no es una persona, ni tampoco un animal. Los humanos somos los seres más inteligentes del mundo y, sin embargo, hay individuos que la usan para hacer el mal.
- Ellos merecen un trato peor que a los animales, tú le has dado una muerte rápida. Pero conmigo no lo hubiera sido, ellos no la merecen. Tienen que sufrir y los minutos restantes de su vida será un infierno. Ellos necesitan entender antes de morir que te los vas a comer, que tendrán el peor de los finales.Cuando pienso en todo lo que han hecho o lo que podrían llegar a hacer, su carne se vuelve el más delicioso manjar que pueda saborear. ¡Ya que estoy devorando a un demonio vestido con piel humana, el cual he cazado yo¡-
Después de oír esto, ella comió, no dejo nada en el plato y con una gran sonrisa respondió: - Estaba delicioso, amor-
Dio otro sorbo a su coctel especial.
- El tipo al que le he cortado la oreja, antes de desmayarse por la perdida de sangre, entendió que iba a hacer con él. Antes de morir, tienen que sentir el miedo verdadero. Lo que anteriormente le dije a tu tía, quiero que tú también lo entiendas- comentó con su típica sonrisa diabólica.
-Lo entiendo – respondí con una sonrisa forzada.
- Me está entrando sueño, me voy a dormir. – mentí
- ¿No vas a ayudarme a trocearlos?- preguntó extrañado.Sin contestarle me he ido al dormitorio, he tenido suficiente por hoy de situaciones e historias macabras.
28 de febrero.Me desperté atada en una silla, mi amado me miraba fijamente con sus grandes ojos verdes.
- Has cruzado la línea querida, eres igual que los monstruos que juraste cazar- habló mientras una perversa sonrisa se dibujaba en su ⁶rostro.
- ¿De qué estás hablando?- lágrimas llenas de tristeza cayeron por mi rostro.-¿No eres tú quien ha matado a esa mujer?-
Pude ver de reojo un cadáver en el suelo. -¡No he sido yo de que estás hablando¡- Grité atemorizada.
- Bueno, hasta que confieses te iré amputando partes del cuerpo-
Horrorizada, vi cómo con una macabra sonrisa me empezaba a cortar la mano.
Me desperté en la cama, solo había sido un sueño. Dicen que en ellos se reflejan nuestros más profundos pensamientos. ¿Inconscientemente pensaré que me quiere devorar?
Bajé a la segunda planta y antes de entrar en el comedor dudé un momento, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Allí había visto un repugnante banquete dignó de las profundidades del infierno.
Al entrar, cuál fue mi sorpresa al no encontrar rastro alguno de aquella macabra cena, ni siquiera una gota de sangre quedaba en aquella sala.
Fui a por leche a la nevera y allí tuve una visión tan escalofriante, que no pude evitar vomitar.Piernas y brazos estaban en ella, no había duda que pertenecían a los vendedores de drogas.
Al acabar de limpiar el vómito fui a una cafetería cercana y comí todo lo que pude. No quería comer más en todo el día, así no tendría que ver el asqueroso contenido que había ella.
Estuve estirada en la cama viendo videos por internet, hasta que cayó la noche y escuche como llegaba mi amante.
Subió al dormitorio.
- ¿Qué tal te encuentras?-
- Bien- respondí con voz entrecortada.- -Esta ciudad fue corrompida por las drogas, antes de que yo llegara de Italia ya estaba así.-
- ¿A dónde quieres llegar?- le pregunté sorprendida.- A que yo soy un mal necesario. En la religión cristiana el demonio se le representa como un ser malvado, pero también es el que castiga a los pecadores que van al infierno. En esta ciudad corrompida, donde leyes están a favor de criminales, los policías pueden hacer poco. Ha habido varios casos en que el que fue detenido por cometer crímenes denunció al agente. Mi esposa me decepcionó, en ayudarme a llevar la justicia a esta metrópolis maldita y tengo la esperanza que tú no lo hagas. Castigo a los que la ley no puede, hago lo mismo que él, soy el demonio y necesito que tú también te vuelvas uno. Por eso te cuento todo esto- me explico con una agradable voz.
Entendí la razón por que lo hacía, pero no lo de las leyes.
- ¿De qué leyes hablas?- pregunté extrañada.
- ¿Eres de este país y no las sabes? La ignorancia hace que el mal triunfe sobre el bien, es unas de las razones por que hay tanta maldad y tan poca bondad esté mundo. Sin embargo, el desconocimiento es perdonable, la falta de sed de él no lo es. Como una mujer nacida en este país deberías leerte las leyes del código penal.
- Tienes razón, lo haré. Dicen que el diablo, sabe más por viejo que por diablo. - le respondí con una sonrisa
- ¿Me estás llamando viejo?- bromeó
- No se te nota la edad- respondí y nos besamos apasionadamente.- A los políticos que mueven los hilos, les dio igual que la ciudad se llenará de drogas, que la gente de mente débil cayera en ellas. No me extrañaría que las legalizaran en el futuro, por dinero ellos venderían a su propia madre.-
Puede que lo justifique por el amor que siento por él. Pero a pesar de los horribles actos que ha cometido, los hizo para proteger a los demás.
- Bueno, continuemos la historia de porque le hice eso a mi esposa.- comentó con una siniestra sonrisa.
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Se comió a su amante.
HorrorUna mujer acomplejada por su peso se enamora de Marco. Pero el guarda un terrible secreto que pondrá su vida en peligro. Todo el que está cerca de él se enferma e incluso algunos llegan a morir. Un diario que revela sus más atroces actos llega a su...