Piel de serpiente

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La puerta se abrió de par en par tras los suaves toques de lo que parecían ser unas grandes aletas:

-Lobo, ¿quieres probar mi nuevo pastel de manzana? - preguntó cierto tiburón con ánimo.

Su líder se encontraba en pijama, acostado en la cama, de espaldas a él, por lo que era imposible distinguir su expresión

-Ahora no, Tiburón. No tengo hambre... - sin embargo, su tono ya hablaba por él.

-Oh, ya veo... - el más grande se retiró de la habitación del mamífero cerrando la puerta.

-¿Nada? - preguntó la tarántula, quien estaba posicionada sobre la cabeza del escualo.

El Sr Tiburón negó con la cabeza, su mirada solo dejaba entrever preocupación. 

-Oh, Dios mío. Serpiente ha sido capturado y Lobo está fatal, y todo por mi culpa - se lamentó la arácnida entre lloros.

-Oye, oye, no es culpa tuya - trató de consolarla la piraña mientras andaban hacia la cocina.

-Sí lo es, si no fuera por *snif* si no fuera por mí ahora estaríamos todos juntos, todos aquí *snif* ¡pero no! ¡Tuve que dejarme manipular por esa astuta y estúpida hija de papá!

Comenzó a llorar, a lo que ambos animales acuáticos intercambiaron una mirada, apresuradamente partieron un trozo del pastel y metieron una cucharada en la boca de la hacker.

-Está delicioso - dijo con la boca llena y lágrimas cayendo de sus ojitos.

-Gracias - apreció el Sr Tiburón.

Mientras tanto, en la habitación del lobo, este solo podía pensar en las múltiples cosas que debía haber hecho y no hizo, presa del miedo, los nervios y la confusión.

-Serpi, amigo mío. Te prometo que te rescataremos. Iremos a por ti. - susurró para si mismo, abrazando fuertemente la almohada.


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-... que lo tengáis vigilado. Y os juro que como pase algo que no este previsto, ¡OS CONVERTIRÉ EN PERRO A LA BRASA! ¿Entendido?

-¡Sí, señora! 

Unas voces ahogadas y lejanas sonaban dentro de los tímpanos de cierta serpiente, que acarició su cabeza adolorido, tratando de ponerse en pie. 

Sin embargo, lo único que consiguió fue golpearse con las barras de la jaula en la que estaba encerrado.

-Au... - se quejó.

-Oh, no, no, no, no, no te muevas reptiliano amigo. O te harás daño. - reconoció aquella molesta voz al momento.

-¿Dónde estoy? - preguntó sin pensar demasiado pero temeroso de la respuesta.

-Estás en mi casa, pequeño. Bueno, no literalmente, pero es como un hogar para mí, así que cuenta igual - habló Lynx con expresividad.

-¿Dónde están Lobo y los demás? ¿Qué les has hecho? - su tono empezó a subir y su sangre a hervir (cosa que es una buena ironía ya que las serpientes son animales de sangre fría pero nah)

-Oh, pobre animalito. La verdadera pregunta es: ¿que te han hecho ellos a ti? - le señaló con el dedo índice, causando que la serpiente alzara una ceja - Es una pena que el dardo solo te alcanzara a ti, pero es lo que pasa cuando ofreces sacrificarte por otros y hacer su trabajo sucio. 

-¿De qué narices hablas? ¡Ellos no me han hecho nada! Eres tú la única enemiga aquí.

-Jo,jo, me temo que eso no es del todo cierto... Dime, ¿qué tanto los consideras tus amigos? - la lince se agachó para quedar cara a cara con el reptil.

Este frunció el ceño y puso su típica cara de "te voy a matar"

-No entiendo a que quieres llegar...

-¡Solo responde! Vamos, ¿qué tanto los consideras tus amigos?

La serpiente, pensativa, empezó a recordar sus buenos momentos, sus risas, sus bromas y sonrió inconscientemente.

-Pues...mucho, tanto que siento que moriría por ellos - una imagen del lobo cruzó su mente y se ruborizó al momento - quiero decir ¿por que moriría por ellos? No es como si alguno me gustara o algo, ¡en absoluto! Pero a veces Lobo es tan molesto, y tan bueno... ¡Digo mendrugo! Y solo moriría para no tener que aguantarlo más, obvio... 

Miró a los lados, notablemente nervioso.

-Hmm - la mujer se puso en pie y le dio la espalda al animal - ya veo... pues, tal y como los describes... especialmente a ese tal... Lobo... supongo que los aprecias mucho, casi tanto como ellos a ti.

-¿Ajá? - el reptil aún no entendía las intenciones de la mayor, pero empezaba a hartarse, por lo que, con su cola, trató de hacer la forma de la cerradura y trucarla para salir.

-Y... ¿no crees que si te quisieran tanto no se habrían marchado sin ti?

El Sr Serpiente se detuvo y miró fijamente la nuca de la chica.

-¿Perdón?

-Oh, ¿no lo he mencionado? Mis disculpas, pues resulta que ellos no están aquí, ellos huyeron. Pero te dejaron a ti aquí, para huir... - volvió a agacharse a la altura del animal, mirándolo con ojos repletos de tristeza.

O esa era su intención.

-¿Crees que voy a tragarme algo así? Conozco perfectamente a mis amigos, señorita Lynx, y ellos jamás me abandonarían, así que ya puede decirme dónde los tiene. ¡Por qué si no le juro que...!

-No necesito que creas mis palabras, si puedes fiarte de tus ojos. - respondió, serena.

-¿De mis ojos? 

La chica se levantó y con un control remoto encendió una televisión que colgaba sobre sus cabezas.

-Esto es de las cámaras de seguridad, aproximadamente de hace cuatro horas.

El animal alzó la cabeza y vio todo lo que no esperaba encontrar.

Su líder, dejándolo atrás y escurriéndose por los tubos de ventilación mientras los demás corrían y subían al vehículo, dejándolo atrás, abandonándolo, tal y como la lince había dicho. 

En cuanto acabó la reproducción, se quedó pensando por unos breves segundos, con los ojos bien abiertos.

-Sé lo mucho que duele, Serpiente, que un amigo te deje tirado en el peor momento posible, pero esto te ayudará a recapacitar sobre en quien confías. Lo peor de una traición es que nunca viene de un enemigo.

El reptil respiraba algo aceleradamente, confundido y con un agudo sentimiento de dolor. Quería llorar y gritar, pero no iba a mostrarse tan vulnerable. Quería pensar que era mentira, que nada era verdad. 

Pero se fiaba más de sus ojos que de su razón.

-Con todo mi respeto, aunque la serpiente cambie de piel, serpiente se queda. Escúchame y únete a mí. Capturaremos a esos traidores embusteros y bravucones y me aseguraré de que no caigan cargos sobre ti. 

La serpiente alzó al vista y la miró directamente.

-Piensa en tus prioridades. ¿Un amigo que te ha traicionado o un enemigo que te tiende la mano? 

Silencio. La serpiente bajó de nuevo la cabeza, muchas emociones se cruzaban entre sí y muchos pensamientos invadían su mente. 

La lince se levantó y se alejó lentamente.

-Creo que necesitas un tiempo para pensarlo. 

Y cerró la puerta.

Ambos perros miraron fijamente al reptil, que seguía en estado de shock.

Su estómago burbujeaba. Pero no era amor. Era un intenso dolor y una inmensa rabia.

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Nuevo cap, genteeeee.

Espero que os guste mucho, realmente Lynx es la reina de la manipulación 👀 

Muchas gracias por leer, sois magníficos 💕

Atte: Cinammon

ᗷᑌᖇᗷᑌᒍᗩSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora