Que empiece el atraco

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- Bien, - comenzó la araña - que empiece...

-... el atraco... - la lince observaba todas las cámaras, a la espera de lo que sucediera a continuación.

¿Cuál sería su primer movimiento?

La tarántula se limitó a pulsar un botón que causó que la alarma de emergencia se activara, haciendo que todo se tiñera de un color rojizo.

- ¿Que? ¿Cómo? - preguntaba la señorita Lynx, confundida, mirando a todos lados.

- ¡Señoría, han hackeado el sistema de seguridad!

- Por el amor de Dios, ¡arregladlo, YA!

Mientras tanto, en un lugar no tan lejano, cierto mamífero, al escuchar la señal, se deslizó sutilmente entre la gente, que corría, presa del pánico, pensando que se trataría de alguna clase de delito mayor o de algún incendio.

Aprovechando el bug, se medio chocó con una señora y le arrebató su anillo, para llevárselo al dedo con una mirada de admiración ante el brillante objeto.

Por otro lado, el tiburón, hizo de ayudante, gritando y haciendo señas para que la gente fuera saliendo, solo para ganar tiempo.

-Vale, vale, vale. Está todo controlado - la piraña frotaba sus rodillas nerviosamente, bajando de vez en cuando la mirada al suelo desde lo alto de la lámpara.

-Tranqui, colega, tú deja esto a Lobo - le contestó la araña crujiendo sus nudillos.

El lobo corrió entre la multitud hasta encontrar un servicio en el cual pretendía esconderse, aunque al abrir la puerta un grupo de gente salió a toda prisa, casi llevándoselo por delante, cosa que le dejó un rato reiniciando el windows.

En cuanto entró y se deshizo de su traje se colocó correctamente su auricular y avisó al equipo de que se dirigía a los tubos junto a la serpiente.

-Señoría, el Sr Lobo se ha metido en los conductos de ventilación - avisó un sujeto a la mujer.

-Bien, es momento de pasar a la fase 2. Que no haya ningún láser encendido, quiero probar mi nuevo juguete - su mirada apuntaba a cierto botón, el cual veía con emoción de probar.

- ¿Cuál será su uso? - preguntó Jeremy a su compañero.

-No tengo ni idea, pero tengo entendido que costó unos cuantos miles, así que ya puede ser poderoso.

-¿No que se lo regaló su padre?

-O puede ser eso, sí. Tiene más sentido.

-Cerrad el hocico ahí atrás - la lince se volvió con el ceño fruncido y ambos callaron y se irguieron de golpe - Va a empezar lo realmente bueno. Demos comienzo a la caza.

El lobo se escurría por los tubos, en busca de su reptiliano amigo, mirando frenéticamente bajo sus patas, controlando por las rejillas que no hubiera nadie.

Por suerte ya todos iban despejando el lugar, perfecto para que su robo se pudiera llevar a cabo sin ningún impedimento y que nadie saliera demasiado herido. Solo por si las moscas.

- ¡Eh, Serpi! - en cuanto vio a su compañero delante suyo, se acercó rápidamente y se posicionó detrás suyo.

El animal de sangre fría le saludó con la cabeza.

- Hasta que llegas, llevo un rato esperando - habló con una media sonrisa, tratando de esconder su extraño nerviosismo que había surgido de la nada.

- Ya, perdona, estaba...ocupado - sacó el anillo que había robado y se rió, después se lo colocó en su dedo anular - ¿Sabes? El plan de Redes está siendo una pasada, creo que debería dejarla planificar los robos más seguidos, ¿no te parece?

ᗷᑌᖇᗷᑌᒍᗩSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora