Durante la mañana, se encontraba el Sr Tiburón acabando de sacar brillo a aquella joya tan especial, la cual relucía con tanta intensidad que hasta consiguió verse a sí mismo reflejado, cosa que le hizo sonreír.
En cuanto terminó de pulir aquel precioso objeto, salió directamente de la sala y se dirigió al salón, donde estaban Redes y el Sr Piraña mirando la televisión. Se sentó disimuladamente entre ambos y leyó el reportaje:
"Aquí Tiffany informando desde el palacio del deporte, donde reside el gran premio que será entregado a los ganadores de las Olimpiadas de este año. La Secretaria de Estado, la señorita Lynx, nos dará unas palabras sobre este tan ansiado acto" a continuación, la reportera se retiró, dejando entrever a la anteriormente mencionada lince, haciendo unas pocas señas para que cesara el parloteo, y así poder abrir la boca.
"Este evento se celebra una vez al año, no solo en nuestro país, si no en todo el mundo. Sin embargo, los deportes escogidos para esta temporada consisten en unas actividades mucho más extremistas para comprobar la valentía y agilidad de los mejores campeones en las últimas elecciones. Por supuesto, hablando del premio, este estará bajo una infalible protección, solo para asegurar que ninguna clase de criminal mediocre y patético pueda traspasarlo. Estará a salvo en el palacio del deporte, en unas salas a las que nadie ni nada podrá acceder"
-No me puedo creer que nos esté diciendo exactamente donde está - comentó la tarántula alzando los brazos, como señal de incredulidad - parece que esté pidiendo a gritos que lo robemos.
-A mí no me parece un mal plan - habló esta vez el Sr Piraña con tono emocionado.
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El lobo abrió vagamente los ojos a causa de los molestos rayos de sol que se colaban por la ventana. ¿Acaso nadie corría las cortinas en aquella casa?
Pronto se dio cuenta de que esa no era su habitación, se enderezó de golpe, mirando a su alrededor pero no había nadie más en el cuarto. ¿Dónde estaba el Sr Serpiente?
Frotó sus ojos repetidas veces para después dar un largo bostezo. Se levantó y se dirigió a la puerta, la cual abrió, encontrándose directamente con la piraña, que le miraba con los ojos bien abiertos y las cejas alzadas.
-¿Qué haces en la recámara de Serpiente, colega? - preguntó, curioso.
-Ehh....pues...yo no... - se quedó en blanco, sin saber qué responder, tenía que pensarlo bien, si decía lo primero que le viniese a la mente su amigo podría malinterpretar la situación.
-Yo le pedí que viniera - a su lado sonó una conocida y gruñona voz, se giró y vio al reptil, con dos tazas de café, posiblemente - necesitaba un modelo para quejarme exclusivamente de las malditas rendijas. ¿Ves, Lobo? Te dije que chirriaban como el demonio.
Le extendió la taza, a lo que al principio el líder lo miró un poco extrañado, pero enseguida se dio cuenta de su intención.
-Oh, si, si, si, tenías razón, son horribles, creo que deberíamos hacer un cambio en las rendijas - y bebió un largo sorbo.
-Ya veo - habló el Sr Piraña. Parecía convencido. El Sr Lobo dio un suspiro mental - en cualquier caso, venid a ver esto.
Se largó corriendo hacia el salón y los otros dos, tras intercambiar una mirada de confusión, fueron tras él.
-¡¿Criminales mediocres y patéticos?! ¡Oh, va a ver esa tal Lynx, creyéndose tanto por ser la hijita del vice presidente! - casi gritaba la más pequeña, indignada.
-¿Qué narices pasa aquí?
-Redes ha estado así desde la noticia de antes, está realmente molesta por los comentarios de esa Secretaria de Estado - contestó el Sr Tiburón al Sr Serpiente.
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ᗷᑌᖇᗷᑌᒍᗩS
FanfictionUn solo acto es suficiente para que alguien capte tu atención; un beso, un gesto, una linda palabra, un considerado regalo. Pero, incluso conociendo a esa persona ¿un pequeño acto bastará para que lo único que invada tu cabeza sea ese personaje? El...