Todo mi cuerpo era un hervidero de energía mientras entraba a ese estudio.
Los gritos de los fans me ayudaron a concentrarme. Me trajeron de vuelta a mí mismo. Me encontraba en el escenario, en frente de una audiencia. Estaba en casa. Sonreí a las mujeres animando y les lancé besos, demorándome mientras me preparaba para encontrar la mirada de Yoon.
Me pavoneé hacia Connie, rezumando tanta confianza como era posible. Sabía que lucía arrogante, pero no mostraría ningún temor. Era Park JiMin. Era capaz de manejar a un hombre, incluso si era el infame Virgen Yoon.
Después que Connie me dio la mano y me dio la bienvenida a su show, puse a YoonGi de pie y lo envolví en un abrazo antes de que tuviera la oportunidad de hacer o decir algo. Lo aplasté contra mí con tanta fuerza que estaba seguro que sintió el latido irregular de mi corazón.
Tembló un poco mientras regresaba mi abrazo con uno suave y vacilante. Froté la mano por su espalda, con la esperanza de calmarlo, y se derritió en mi contra. Apoyó la cabeza en mi hombro y soltó un suspiro del que dudé fuera consciente.Me deshice. Cada sentimiento que he tenido por YoonGi —y créanme, eran muchos— se elevó a la superficie de mi piel. Me sentía vivo de nuevo, como antes. Yoon encendía algo en mí que no podía ignorar, no podía controlar. Siempre lo hacía.
Cuando Yoon y yo nos separamos, me obligué a concentrarme. No fue fácil; él había revuelto por completo mi cerebro.
Tuve que agarrarme con fuerza.Su madre biológica se puso de pie, mirándome deslumbrada.
—Es un honor conocerla —dije, tendiéndole la mano en modo de saludo—. Tengo que darle las gracias por traer a mi virgen favorito al mundo.
La mujer se echó a llorar, pero pensé que eran lágrimas de felicidad porque se reía mientras lloraba.
—No sé si darte las gracias por tu parte en traer a mi hijo de vuelta en mi vida —dijo—, o darte una bofetada por la forma en que lo trataste.
Me concentré en sonreír, así no pondría los ojos en blanco. A menudo se me acusó de ser un idiota para Yoon, pero, honestamente, no vi nunca que lo que hice estuvo tan mal. Yoon siempre supo que sólo me liaba con él. Creo. Se enamoró de mí de todos modos, así que no podría haber sido así de horrible.
—Bueno, si me da una opción —dije, forzando una sonrisa—, prefiero el agradecimiento. He recibido una bofetada en televisión nacional antes y no todo es tan divertido.
Bueno, tal vez, en raras ocasiones, fui un poquito idiota.Lo que sea. Todavía le gustaba.
YoonGi y su mamá se sentaron en el sofá, dejándome un espacio en el extremo más cercano a Connie. Yoon se deslizó un poco demasiado lejos para mi gusto, así que cuando me senté, lo jalé hacia mí, cerrando todas las distancias entre nosotros. Me lanzó una mirada nerviosa, haciéndome saber exactamente cuánto lo afectaba.
Sonreí y lo metí apretadamente a mi costado. YoonGi se puso rígido, como si lo pusiera nervioso, pero no me importaba. Se sentía bien. Habían pasado años, pero la química entre nosotros seguía allí, todavía lo suficientemente espesa como para ahogarse.
Besé un lado de su cabeza y susurré:
—Ha pasado demasiado tiempo, Yoon. —No estoy seguro si trataba de calmarlo o sacarlo de quicio.Mi atención se alejó de él cuando Connie se aclaró la garganta y dijo:
—Así que, JiMin, Yoon nos contaba que estaba seguro de que te habías olvidado por completo de él, ¿es eso cierto?
Connie sonrió tanto que tenía que doler. Se veía extasiada cuandosus ojos saltaban entre YoonGi y yo, obviamente orgullosa de habernos reunido.
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A es de Abstinencia [ j i m s u ]
FanfictionEl músico ganador por sexta vez del Grammy Award, Park JiMin lo tiene todo: dinero, fama, talento, buena apariencia y un trabajo que ama. Lo único que lamenta en la vida: alejarse de cierto notable virgen porque era demasiado orgulloso, terco, e inc...