La Fundación "No Todo El Mundo Lo Está Haciendo" rentó una oficina del tamaño de una caja de cereal en un centro comercial en Pasadena que había visto días mejores. Me sentía deprimido simplemente al mirar el lugar y eso fue antes de que juntara el valor suficiente para entrar.
Todavía no me encontraba seguro de si hacía lo correcto —mis representantes pensaban que estaba loco— pero no sabía que más hacer para llamar la atención de Yoon.
Había pasado más de una semana desde el Programa de Entrevistas de Connie Parker, y nunca llamó. No me sorprendía. Había estado demasiado atrapado en el momento para reconocer ese beso por lo que era hasta horas más tarde, cuando fui incapaz de dormir.
Me besó con ganas, pero me hallaba bastante seguro que para él ese beso había sido algo que nunca conseguimos del todo hace cuatro años: un cierre.
Al principio, me sentí herido cuando no me llamó. ¿Cómo podía querer el cierre después de ese beso? ¿Cómo podía permanecer alejado?
Entonces me enojé. No merecía ser ignorado. Por último, decidí seguir determinado. No había manera de que la conexión que sentí entre nosotros fuera unilateral. He estado con demasiadas personas en mi vida como para no saber que química como la nuestra era real: una energía tangible e innegable. Diablos, no. Lo sintió. Lo sabía. E iba a hacer que lo admitiera.
La fase uno de El Plan yacía al otro lado de la sucia ventana frente a la que me estacioné. Bajé la gorra de béisbol sobre mis ojos y me dirigí hacia el interior, antes de que alguien me reconociera.
No necesitaba ser acosado antes de que estuviera listo para responder preguntas sobre lo que hacía en una organización que promueve la abstinencia.
La oficina parecía aún más pequeña por dentro, al estar repleta, con cajas de panfletos y sobre todo folletos, desde la concientización de las ETS, evitar el embarazo adolescente, la celebración de la virtud.
Había todo un tablero en la ventana delantera dedicado a V es por Virgen y el desafío de abstinencia de Yoon. Había un ordenador allí para que la gente pudiera navegar por el sitio web y registrarse para el desafío.
Sobre el escritorio y todas las paredes había fotos de personas con sus nombres y compromisos de abstenerse de tener sexo.
En cierto modo entendía ahora —un poco— por qué alguien podría tomar la decisión de esperar para tener sexo, pero ¿por qué todas esas personas parecían tan malditamente felices por ello? Podía abstenerme del sexo casual sin sentido, pero no saltaba de alegría sobre mi celibato recién descubierto. De hecho, prácticamente era una mierda.
—¿Park JiMin?
Me las arreglé para no saltar ante la voz inesperada, pero todavía me sentía como un idiota simplemente por estar aquí.
—Uh, sí. —Me saqué el gorro y pasé los dedos por mi pelo—. ¿Supongo que tengo que hablar con la persona a cargo?
—Esa sería Darla. Ya se ha ido por hoy. ¿Hay algo en que pueda ayudarte?
Estuve a punto de decir que no y utilizar esto como una excusa para irme cuando reconocí al hombre frente a mí.
—Te encontrabas en la entrevista la semana pasada.
Asintió.
—Estuve allí.
El chico, cuyo vientre parecía como si estuviera a punto de reventar, me miró con una mezcla de desconfianza y diversión que sólo podía significar que me conocía. Bueno, conocía mi reputación y no sólo mi estatus de celebridad. Apostaría dinero a que este chico conocía personalmente a Yoon, y por lo tanto, conocía mi historia con él.
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A es de Abstinencia [ j i m s u ]
FanfictionEl músico ganador por sexta vez del Grammy Award, Park JiMin lo tiene todo: dinero, fama, talento, buena apariencia y un trabajo que ama. Lo único que lamenta en la vida: alejarse de cierto notable virgen porque era demasiado orgulloso, terco, e inc...