Por mucho que odiara tener que levantarme solo a la mañana siguiente, tener mi propio lugar para dormir mientras me encontraba en la ciudad era un mal necesario para poder salir con un hombre con el que no tenía permitido tener sexo.
Pensé que entendía la tentación. Había estado tentado de botar mi pulsera un montón de veces en los últimos ocho meses y me las arreglé para mantenerme fuerte. Pero esas veces simplemente había rechazado sexo ocasional con extrañas.
Yoon no era un extraño y no había nada casual sobre la conexión que sentía con él.
Cuando lo dejé en la puerta de su casa al final de nuestra cita, un deseo tan intenso se estrelló contra mí que casi me puso de rodillas. Me quedé allí, apoyado en el marco de la puerta, con miedo a dar un solo paso hacia el interior mientras le daba un beso de buenas noches.
Le advertí que cerrara la puerta con doble seguro una vez que me fuera, por si acaso cambiaba de opinión en unas pocas horas, cuando todavía sufriera los dolorosos efectos secundarios de nuestra abstinencia.
Los ojos se le pusieron todo llorosos y me dijo lo mucho que apreciaba mi comprensión y mi voluntad para intentarlo. Fue entonces cuando me dirigí directamente al hotel más cercano y tomé una buena ducha fría.
Ahora era por la mañana y me pregunté si sería capaz de tomar una ducha caliente de nuevo.
El hotel más cercano a la casa de Yoon no tenía servicio de habitación, pero sí desayuno gratuito. Nadie nunca rechazaría comida gratis. Bajé alrededor de las ocho y media a la caza de lo que esperaba fuera una galleta y algunos huevos.
Acababa de servirme una taza de café cuando oí la voz de Yoon. Me tomó un minuto encontrarlo, porque no pensé en comprobar la televisión.
—Lo siento, pero ¿qué hacen ustedes aquí? —refunfuñó.
La televisión en el vestíbulo del hotel transmitía las noticias locales. Un YoonGi con un aspecto altamente molesto se encontraba de pie en su puerta delantera en pijama con el cabello revuelto.
—Hemos visto tu foto en la portada de la revista Celebrity Gossip de esta mañana —dijo el periodista—. ¿Es cierto que te has reconciliado con Park JiMin y ahora estás saliendo con él?
Me eché a reír. Así que los fans que conocimos anoche eran de la clase emprendedora. Debería haber pedido una parte del dinero que ganaron vendiendo nuestras fotografías a los tabloides.
—JiMin y yo reconciliamos nuestras diferencias hace más de cuatro años y sí, tuvimos una cita anoche. Todavía no entiendo por qué eso requiere una conferencia de prensa en mi casa a las ocho y media de la mañana del sábado.
Me reí de nuevo. Así que Yoon no era una persona mañanera. No me hubiera imaginado eso de él. Había asumido que era uno de esos chicos que siempre estaban alegres y completamente arreglados.
—¿Dónde está JiMin? —preguntó un hombre con una gran cámara—. ¿Podemos hablar con él? ¿Qué te hizo decidir romper tu promesa de esperar hasta el matrimonio?
Los ojos de YoonGi se ensancharon cuando finalmente se dio cuenta de por qué estaban todos tan inquietos. Dejó escapar un suspiro y se frotó la cabeza indicando que le dolía.
—No he roto mi promesa —dijo—. Fui a una cita. Eso es todo. JiMin me llevó a cenar y me trajo a casa alrededor de las 23:30. Me fui directamente a la cama. Solo.
—¿Entonces de quién es ese coche en tu camino de entrada?
—Tengo una compañera.
Me olvidé del desayuno cuando vi el dolor en los ojos de Yoon. Él necesitaba ser rescatado. Hacía todo lo posible para mantener la compostura delante de las cámaras, pero se sentía insultado por las preguntas.
ESTÁS LEYENDO
A es de Abstinencia [ j i m s u ]
FanfictionEl músico ganador por sexta vez del Grammy Award, Park JiMin lo tiene todo: dinero, fama, talento, buena apariencia y un trabajo que ama. Lo único que lamenta en la vida: alejarse de cierto notable virgen porque era demasiado orgulloso, terco, e inc...