Reconciliación

3.7K 366 75
                                    

Espero que les guste~

Ambos jadearon, cansados por la extraña lucha que había tenido, con la boca seca y las gargantas ardiendo por los gritos llenos de insultos y acusaciones, cada quien dolido por las palabras ajenas. Había un horrible silencio tenso entre ellos, del tipo de tensión que casi podías cortar con un cuchillo y sin mucho problema.

-N-No me gusta estar solo- confeso Wukong de repente, los ojos del otro mono agrandándose ante eso. -N-Nunca me ha gustado estar solo- las lagrimas corrían por sus mejillas. -L-Lo odio- no sabía por qué estaba confesando eso pero ahora no parecía poder detenerse. -¡DETESTO ESTAR SOLO! ¡Lo odio con cada fibra de mi ser!- sollozo, su cuerpo temblando. Había lagrimas corriendo por las mejillas de Macaque también, quien no hizo amague de intentar detenerlas. -¡No quiero volver a estar solo nunca más!- jadeo, una horrible tensión en su pecho, cayendo de rodillas. -¡Sé que soy un inútil! ¡Sé que arruino todo lo que toco! ¡Sé que soy malo pero no quiero estar solo, no me importa si me odian!- sollozo, una lenta y rota sonrisa dibujándose en su rostro, Macaque sintiendo como su corazón se detenía al ver al otro tan triste y roto de repente. -Sé...que voy a estar solo...para siempre...- el mono de pelaje oscuro apretó los dientes con fuerza, nervioso e indeciso, dolido y molesto. Había muchos sentimientos en su interior pero se sentía peor al ver al dios tan mal.

-...lo siento...- porque alguno de los dos debía decirlo en algún momento. -Lamento que te hayas sentido tan solo...lamento haberte dejado solo, incluso si no fue mi intención...- se estaba tragando su orgullo con todas sus fuerzas, era extraño tener que disculparse. -...lamento haber ensuciado tu nombre...lamento lo que dije, si tu estuvieras muerto, yo ni siquiera existiría...- hizo una mueca. -...lamento todo, Wukong- el mencionado miro a su contraparte, anonadado y asombrado, limpiándose ligeramente las lagrimas.

-...yo también lo siento...- murmuro Wukong después de lo que parecieron horas de silencio, cuando en realidad fueron unos pocos minutos. -Lamento haber dejado que te sintieras como un inútil...lamento no haber sido un mejor amigo...- se rasco ligeramente la nuca, algo incomodo con todo el asunto. -...lamento haberme ido sin decirte nada...lamento haberte lastimado...- miro a su contraparte. -...lamento todo, Macaque- era la primera vez que decía aquel nombre en voz alta en mucho tiempo.

-...somos un maldito desastre...- ambos soltaron una risa algo hueca y triste ante eso, aunque era la cruel realidad. Ambos era un desastre, uno muy peculiar y con kilos de trauma de todo tipo, que por primera vez en mucho tiempo estaban hablando, se habían golpeado y gritado pero también se habían disculpado, eso era un gran avance.

-Si...- sonrío ligeramente. -...te extrañe, loco de las sombras...- admitió. Ya que ya había confesado tantas cosas, podía confesar una más.

-...yo también te extrañe, obsesionado con los duraznos...- sonrío Macaque, aliviado, sin poder creer del todo lo que estaba sucediendo. Se miraron y se sonrieron mutuamente, acercándose y abrazándose por puro impulso, ambos aferrándose al otro, dándose cuenta de lo mucho que habían extrañado el abrazo ajeno. El de pelaje oscuro oculto su rostro en el hombro ajeno, al mismo tiempo que el de pelaje claro también imito, ambos aferrándose al otro, llegando a rodearse con sus colas. Se había extrañado, se habían extrañado tanto que dolía y ahora poder abrazarse después de todo, era casi un milagro de algún tipo.

Mientras tato, Celestia suspiro de alivio al verlos abrazarse, relajándose en su lugar, volviendo su mirada rápidamente al chico tirado en el suelo al sentirlo removerse un poco en su lugar.

-¿MK?- el mencionado abrió lentamente los ojos, haciendo una mueca, quejándose entre dientes. El chico se sentó lentamente, haciendo una mueca, sintiendo un fuerte dolor de cabeza y una puntada de dolor en su nariz, saboreando la sangre en su boca seca y oliendo eso mismo con mucha fuerza, sintiendo algo pegajoso en su mejilla.

-¿Me desmaye?- murmuro suavemente, casi solo moviendo los labios y sin decir realmente las palabras.

-Te deje inconsciente, pensé que era lo mejor- el menor tenía sangre seca por debajo de su nariz y algo en su boca, con una gran mancha en una de sus mejillas por haber estado de costado en el suelo.

-¿Ya dejaron de pelear?- incluso inconsciente, juraba que había escuchado los gritos de ese par. -Ho...- parpadeo al notar la escena entre los monos, una ola de alivio inundándolo de repente. Había salido bien, no exactamente como había esperado, pero había salido bien, se estaban abrazando. -Auch...- se toco suavemente la nariz, no parecía estar rota y si tenía algo de suerte, solo seria un simple moretón. Se toco las mejillas, rozando la sangre seca que ahora manchaba su rostro y sintiéndose algo asqueroso, debía limpiarse. Miro a los monos, decidido a darles un tiempo a solas, y se levanto, tambaleándose sobre sus pies, aun algo aturdido por el golpe anterior.

-No deberías levantarte- y a pesar de sus palabras, ella se levanto, sujetándolo suavemente y ayudándolo a estabilizarse. MK simplemente tarareo, empezando a alejarse a paso lento y cuidadoso, agradeciendo que ese par estaba demasiado ensimismado como para prestarle atención. Quería limpiarse antes de que los monos lo vieran y se pusieran todo preocupados.

Monkie Kid: Arreglando el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora