Cap_3 "Una tarde típica"

40 4 0
                                    

Día 18 de marzo

Corea del Sur
16:35 p.m.

Estaba tarareando una canción de la que ya olvidé el nombre mientras pintaba poco a poco el lienzo frente a mí.

Lo cierto es que no sabía dibujar ni pintar, no como tal, sabía cómo usar pinceles, crayones, acuarelas y varias técnicas, pero no sabía crear nada, nada que me gustara. Al día de hoy imitaba cuadros por entretenimiento. De vez en cuando los regalaba a alguno de mis familiares, si no, los dejaba simplemente en casa amontonados por ahí.

Ahora mismo llevaba un 70% de la obra "La débâcle" de Theodore Robinson aunque no me estaba agradando el resultado.

—¿Nara? Mi linda Nara ¿Cómo vas? —Era mi padre entrando, traía una taza de café que terminó tendiéndome.

—No muy bien. Me duele un poco la espalda y ni siquiera me está quedando bien.

Di un sorbo con rapidez y sentí el dulce amargor por toda mi boca. El calor me recorrió el cuerpo y solté un suspiro de satisfacción.

—El café es la mejor bebida, no hay nada mejor que él.

—Por la forma en que lo tomas, no tengo duda de ello —Me sonrió y se apoyó junto a mi frente al cuadro­—. Se ve bastante bien.

—Mientes, sólo no quieres dañar mis sentimientos —Dije mientras me deprimía un poco más. Intenté sonreír, pero no se sintió del todo bien.

—No miento, lo digo muy enserio —Su mirada se llenó de convicción.

—En fin, estoy bloqueada —Cerré los ojos y apoyé mi cabeza en la pared con el rostro en dirección al cielo.

—Quizás deberías ir a tomar aire, salir con amigos o algo así.

Aunque su tono fuera desinteresado, podía notar su mirada preocupada sobre mí, incluso si no le miraba. Conocía muy bien a mi padre, quizás, mejor que todo el mundo.

—Papá, estoy bien. Además, tengo clases a las seis.

—Aún es temprano ¿Por qué no sales con Miyu? No han salido hace mucho ya. Son mejores amigas.

—Miyu...

Habían pasado varios años ya, y aun así no encontraba la forma de decirle a mi padre que Miyu no era mi mejor amiga, bueno, si lo era. El problema era que la mejor amiga de Miyu no era yo, era mi hermana. Compartíamos padre y mejor amiga, nuestras diferencias no eran la cuestión, era el hecho de que yo fuera la segunda para ambos. Mi hermana parecía ser el número uno de todo el que la rodeara, era sumamente penoso para mí.

Antes de poder seguir lamentándome internamente, mi celular sonó.
Al revisarlo vi la llegada de un mensaje de Miyu《¿Es enserió? La mala suerte me persigue》. Ignoré mi teléfono un instante y volví a mirarlo viendo esta vez el mensaje.

Miyu😊:
Hola Nara ¿Cómo estás? Hace tiempo no hablamos ni nos vemos. Deberíamos reunirnos ¿Sabes? Tengo mucho que contarte.
🤭🤭🤭

17:02

Eso sólo podía significar dos cosas, que quería hablar de su novio o que necesitaba quejarse conmigo de la antipatía de Ji. No sabía que cosa era peor. Quizás, ambas.

—¿Sucede algo hija?

Apegué el teléfono celular a mi pecho.

—Parece que Miyu te ha oído —Vacilé mientras un nudo se creaba en mi garganta.

—¿Por qué actúas así? —No se veía alegre.

—Sólo...Me he sorprendido.

Me dispuse a escribir un minuto después.

Nara:
Hola Miyu. Estoy bien, gracias por preguntar. ¿Cómo estás tu?
Por cierto, tienes toda la razón. Lamento haberme desaparecido, tu sabes como soy.
Cuando tengas tiempo juntémonos.

17:05✔✔

Miyu😊:
Estoy... Bueno, ya hablaremos de eso. ¿Tienes libre mañana? Se que en los fines de semana sueles estar desocupada ¿Qué te parece a las cinco y media?

17:05

Claro, olvidaba que según Miyu, mi trabajo era sólo de lunes a viernes.

Miyu😊:
Te diría que fuese hoy pero me encuentro demasiado ocupada. Tú sabes, trabajar con esta gente es de lo peor. 😭

17:06

Nara:
Bien, entonces veamos mañana

17:07 ✔✔

Miyu😊:
Encontrémonos en el café del centro, al que fuimos el mes pasado.
Nos vemos allá. 😊

17:07

Y así, esa conversación había acabado. Incluso si le escribía cualquier tipo de mensaje, lo típico era que no lo viera, no importaba cuantos días pasarán. Ella se disculparía y me escribiría como si mi mensaje anterior no hubiese existido.
En fin, no podía hacer nada, yo no tenía ningún tipo de control sobre lo que los demás sentían.

—Nara —Sentí la mano de mi padre apoyada en mi hombro—. No te ves nada bien, si quieres puedes irte a casa antes. Yo cancelaré-

—No es necesario —Le interrumpí—. No canceles la clase. Les prometí que hoy comenzaríamos a trabajar con arcilla, no quiero desilusionarlos.

***

Al entrar al salón, todo el ánimo que perdí se recuperó rápidamente. Los jóvenes siempre me ponían de buen humor.

En un apartado de la galería había una gran habitación con buena iluminación. Mi padre y yo la arreglamos para que fuese un salón de arte bastante versátil, y así poder efectuar clases dentro de él.

Estudié arte en la universidad hace un tiempo, lo que me convertía en alguien capacitada para impartir talleres recreativos para jóvenes y niños, miércoles y viernes respectivamente.

—¿Señorita Kim? —Vi como una de mis estudiantes se asomaba por la puerta.

—Hola Sun hee, has llegado antes que todos ¿Qué ha sucedido para que hayas ido contra la naturaleza? —Le sonreí. Ella siempre era una de las últimas o directamente la última en llegar.

—Es que esperé tres semanas por llegar a esta parte del taller —Me sonrió emocionada, hizo una pequeña inclinación de cabeza y dejó su bolso en una de las mesas—. Miré señorita Kim, compré la marca de arcilla que nos recomendó y traje esto también.

Sacó dos bolsas de arcilla que puso sucesivamente en la mesa para después sacar herramientas de modelado.

—¿Qué opina? ¿Creen que funcionen? —Me miró con tanta ilusión que no pude evitar emocionarme al igual que ella.

—Si, son perfectas ¿Quieres que te muestre un pequeño adelanto de lo que vamos hacer mientras llegan todos? —Pregunté animada, como si fuésemos a compartir alguna especie de secreto.

—No tiene que preguntarlo. Claro que quiero.

Escúchame (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora