Reencuentro [DekuKatsu (Omegaverse)]

I

—Señor — dice una uniformada mujer mientras mueve el hombro del alfa.

Izuku abre sus ojos y observa su alrededor —¿Ya llegamos? — pregunta somnoliento mientras frota sus ojos.

La mujer sonríe y asiente —Llegamos hace un par de minutos —

Izuku mira por la ventanilla del avión y observa el aeropuerto —Gracias por despertarme — dice mientras regresa su vista a la mujer.

—No hay de qué — dice para después retirarse y seguir despertando a los pasajeros dormidos.

El pecoso estira sus brazos para tratar de quitar la pereza de su cuerpo y en un movimiento hace tronar los huesos de su espalda.

—Volví por ti — dice sonriente para después levantarse y sacar su equipaje de mano.

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Japón es tal como lo recuerda, ruidoso y llenó de gente, la mezcla perfecta entre cultura y avances tecnológicos.

No sabía cuánto extrañaba el país hasta que volvió a recorrer sus calles.

—Debo conseguir un auto — dice mientras sigue su recorrido a pie.

Antes de salir de América, Izuku reservó una habitación en un hotel económico, no consideró necesario conseguir transporte, le agradaba caminar por la ciudad y utilizar el transporte público, pero había olvidado lo mucho que debía caminar en su país de origen, el caminar no es una molestia, pero siente que consume mucho de su valioso tiempo.

Sonríe cuando logra reconocer su antiguo vecindario, observa con ternura el parque donde solía jugar con los otros niños, incluído su adorado rubio. Observa con nostalgia el antiguo edificio de departamentos donde solía vivir, se da cuenta de lo pequeño que era el lugar en comparación con la casa americana dónde vivía con sus padres.

Sigue su camino hasta llegar a una acogedora y familiar casa, no puede evitar sonreír con emoción al reconocer la casa de los Bakugo, sigue tal y como la recuerda. Camina por el pequeño camino de piedra que conduce hasta la puerta de la casa, siente a sus manos sudar por los nervios y la emoción de ver de nuevo a su destinado crecer en su pecho, extraña tanto a Kacchan que está seguro que lo abrazara por largas horas en cuanto lo vea, no piensa soltarlo de nuevo.

Respira profundamente antes de tocar el timbre de la casa, escucha movimiento dentro del lugar seguido de la inconfundible voz de Mitsuki Bakugo, escucha los pasos acercarse y puede sentir su corazón acelerado. La perilla de la puerta gira, la puerta se abre y una mujer de cabello rubio lo recibe mientras lo observa confundida.

—¿Se le ofrece algo? — pregunta con seriedad en su voz mientras sus ojos lo observan con confusión.

Izuku sonríe, feliz de ver a la mujer, le alivia que la familia siga viviendo en la casa —Hola tía, hace mucho que no nos vemos — dice con timidez.

La sorpresa invade la mirada de la rubia y su cuerpo parece tensarse —¿Izuku? — pregunta incrédula.

El pecoso asiente y casi de inmediato la rubia cierra la puerta en su cara.

Izuku se sorprende por la acción de la mujer, no sabe qué hacer y opta por volver a tocar el timbre.

—Tía Mitsuki, por favor abra — dice mientras toca la puerta con su mano.