VII

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Izuku siente que su vida ha dado muchas vueltas en los últimos años.

Y no se refiere al simple hecho de mudarse.

Pues el haber buscado a Katsuki se sintió como estar atrapado dentro de un laberinto sin fin y encontrar a su destinado fue como encontrar un manantial después de correr en el desierto.

Después de su reencuentro con Kacchan y que este aceptara volver a intentar estar con él, Izuku se mudó oficialmente a Yokohama.

No tiene una casa o departamento propio, pero Mikumo aceptó rentarle una habitación a cambio de que trabaje en la panadería con él.

Izuku aceptó pues vivir en Aomori significó renunciar a su trabajo en la constructora.

A pesar de los cambios, siente que por fin las cosas son como deberían, aunque su relación con el Omega no ha avanzado mucho.

Pero él lo acepta.

Está dispuesto a ir al ritmo de su destinado.

De él y el pequeño Hiro.

Justo en este momento él y el hijo de Katsuki están juntos en la sala de la casa de ambos.

Mikumo y él habían terminado sus labores en la panadería. Siempre, después de cerrar, iban directo a la florería Akatani para ver al rubio y a su pequeño.

Justo ese día, Katsuki los había invitado a almorzar a su casa y ambos aceptaron.

La florería y panadería quedaban dentro de la zona turística del pueblo, pero la casa del rubio (que había pertenecido a la abuela de Mikumo) quedaba retirada del pueblo, en una zona poco habitada y que no solía ser visitada por turistas.

La casa era grande pero acogedora y, a diferencia de la zona turística, las casas estaban distanciadas por grandes zonas de vegetación.

A Izuku le encantaba visitar el lugar.

Dirigió su atención al pequeño niño que estaba recostado en el suelo mientras coloreaba alegremente con crayones.

Hiro es un niño adorable y muy amable, no puede evitar sonreír al pensar en el maravilloso trabajo que ha hecho Katsuki como padre.

Izuku se levanta y aquello llama la atención del menor.

—Iré por un poco de agua — explica mientras se pone de cuclillas frente al infante —¿Quieres algo? — pregunta mientras alborota los cabellos del pequeño.

Hiro sonríe ampliamente, adora los mimos que ese alfa le da —¿Puedo tener un poco de jugo? Por favor — pide sin borrar su sonrisa.

Izuku sonríe igualmente —Claro, sólo si tu mamá está de acuerdo —

Hiro asiente con su cabeza.

Izuku no dice nada más y se levanta para caminar a la cocina.

Camina tranquilamente hasta la cocina, lugar donde Kacchan y Mikumo se encuentran preparando el almuerzo, pero disminuye poco a poco la velocidad de sus pasos al escuchar los murmullos provenientes de la cocina.

No se considera una persona chismosa o entrometida, pero no puede evitar sentirse curioso ante aquel tema.

—¿De verdad no le has dicho nada? — murmura Mikumo con molestia.

El mayor de los Akatani se encuentra de pie frente a la barra que está en el centro de la cocina, sus manos están apoyadas sobre dicha barra y observa atentamente al rubio frente a él.

Katsuki continúa friendo las chuletas de cerdo para el katsudon, sabe lo mucho que su destinado adora ese platillo y a él le gusta ver a Izuku feliz.

—Deja de ignorarme — habla Mikumo sin murmurar.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2024 ⏰

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Reencuentro [DekuKatsu (Omegaverse)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora