Izuku siente que su vida ha dado muchas vueltas en los últimos años.
Y no se refiere al simple hecho de mudarse.
Pues el haber buscado a Katsuki se sintió como estar atrapado dentro de un laberinto sin fin y encontrar a su destinado fue como encontrar un manantial después de correr en el desierto.
Después de su reencuentro con Kacchan y que este aceptara volver a intentar estar con él, Izuku se mudó oficialmente a Yokohama.
No tiene una casa o departamento propio, pero Mikumo aceptó rentarle una habitación a cambio de que trabaje en la panadería con él.
Izuku aceptó pues vivir en Aomori significó renunciar a su trabajo en la constructora.
A pesar de los cambios, siente que por fin las cosas son como deberían, aunque su relación con el Omega no ha avanzado mucho.
Pero él lo acepta.
Está dispuesto a ir al ritmo de su destinado.
De él y el pequeño Hiro.
Justo en este momento él y el hijo de Katsuki están juntos en la sala de la casa de ambos.
Mikumo y él habían terminado sus labores en la panadería. Siempre, después de cerrar, iban directo a la florería Akatani para ver al rubio y a su pequeño.
Justo ese día, Katsuki los había invitado a almorzar a su casa y ambos aceptaron.
La florería y panadería quedaban dentro de la zona turística del pueblo, pero la casa del rubio (que había pertenecido a la abuela de Mikumo) quedaba retirada del pueblo, en una zona poco habitada y que no solía ser visitada por turistas.
La casa era grande pero acogedora y, a diferencia de la zona turística, las casas estaban distanciadas por grandes zonas de vegetación.
A Izuku le encantaba visitar el lugar.
Dirigió su atención al pequeño niño que estaba recostado en el suelo mientras coloreaba alegremente con crayones.
Hiro es un niño adorable y muy amable, no puede evitar sonreír al pensar en el maravilloso trabajo que ha hecho Katsuki como padre.
Izuku se levanta y aquello llama la atención del menor.
—Iré por un poco de agua — explica mientras se pone de cuclillas frente al infante —¿Quieres algo? — pregunta mientras alborota los cabellos del pequeño.
Hiro sonríe ampliamente, adora los mimos que ese alfa le da —¿Puedo tener un poco de jugo? Por favor — pide sin borrar su sonrisa.
Izuku sonríe igualmente —Claro, sólo si tu mamá está de acuerdo —
Hiro asiente con su cabeza.
Izuku no dice nada más y se levanta para caminar a la cocina.
Camina tranquilamente hasta la cocina, lugar donde Kacchan y Mikumo se encuentran preparando el almuerzo, pero disminuye poco a poco la velocidad de sus pasos al escuchar los murmullos provenientes de la cocina.
No se considera una persona chismosa o entrometida, pero no puede evitar sentirse curioso ante aquel tema.
—¿De verdad no le has dicho nada? — murmura Mikumo con molestia.
El mayor de los Akatani se encuentra de pie frente a la barra que está en el centro de la cocina, sus manos están apoyadas sobre dicha barra y observa atentamente al rubio frente a él.
Katsuki continúa friendo las chuletas de cerdo para el katsudon, sabe lo mucho que su destinado adora ese platillo y a él le gusta ver a Izuku feliz.
—Deja de ignorarme — habla Mikumo sin murmurar.
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Reencuentro [DekuKatsu (Omegaverse)]
FanficIzuku y Katsuki son destinados que se conocen de casi toda la vida, han logrado construir una relación bastante armoniosa y envidiable para cualquiera. Hasta que un obstáculo enorme se atraviesa en sus destinos. Izuku debe irse de Japón. A pesar de...