10| REGRESO A CASA |JK

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Transcurrieron varios días

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Transcurrieron varios días.

Jungkook había perdido por completo la noción del tiempo.
No sabía cuántos días llevaba sin alimentarse ni dormir.
Se refugió con los samoyedos esperando el regreso de su amado niño rojo.
Esperó por largas semanas pero Jimin nunca volvió.
Cuando ya se había quedado sin corazón, sin lágrimas y con su alma totalmente desecha emprendió el regreso a la aldea de los lobos.

No podía comprender cómo era que el pelirrojo había decidido entregarse a sí mismo como ofrenda para que la niña fuera curada cuando el trato con el druida había sido otro.

Las tres lunas hasta llegar a su aldea parecieron eternas.
Al llegar a TangBan, fue recibido por Trueno y por Jin quienes lo condujeron a la cabaña, donde Maikoh se recuperaba perfectamente.

La brutal herida en su cabeza estaba cicatrizando y ella había recobrado el conocimiento.
Él se negó cuando quisieron que entrara a ver a la niña, con excusas de cansancio.

Trueno lloró sobre el hombro de su chico perro y lo abrazó fuerte dejándolo casi sin respiración.

—Lo lograron, Jungkook, Jimin lo logró. ¡Salvó a mi niña!

Trueno era un maremoto de emociones y palabras.

—Presenciamos todo. Vimos el milagro cara a cara. Igual que cuando lo revivieron a él —retiraba las lágrimas ante cada palabra— Se elevó, hubo colores y perfumes, pudimos sentir el caramelo de azúcar de tu amado...

Trueno detuvo su monólogo por un segundo.

—Pero... ¿Dónde está él? Necesito abrazarlo hasta caer rendido a sus pies.

Jungkook intentó mantener compostura frente a su líder pero cuando comenzó a relatar lo ocurrido, apoyado contra una de las paredes, se deslizó hasta el suelo y abrazó sus piernas sobre su pecho. Ni siquiera lloró. Él siente que ya no le quedan lágrimas.

Jin y Namjoon se le acercaron muy preocupados de verlo en ese estado y acariciar la cabeza y espalda del chico que comenzaba a sollozar. Con lujo de detalles les contó paso a paso lo que él y el rojo habían vivido desde el instante mismo que dejaron su hogar para ir al encuentro del druida.

Al llegar al punto donde el xolo le dio la fatídica noticia, estalló en un llanto profundo que ni Namjoon ni Jin podían contener.

—Me dejó una carta —sonrió con pena.

—¿Una carta? ¿Tú lees Znaka?

—No, ni una letra, por eso dudé que fuera cierto, pero el xolo me mostró la carta y era la letra de mi Jimin. Puedo distinguirla de acá a la luna.

—Muéstrame la carta, cuando Yoongi, Hobbi y Tae regresen podrán leerla para nosotros.

—¿Regresen de dónde?

Niño Rojo Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora