23 | TRIGAL

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Con el mapa entre las manos, se preguntaban cómo harían para abarcar tanto recorrido sin llegar extenuados y ambos se lamentaban de no tener a sus samoyedos para esto.
Entre ellos se encontraba Trigal, que ya casi era parte del equipo de logística del viaje. Jimin de a poco iba cediendo a que el omega se acercara a ellos para dar ideas y consejos sobre el camino a tomar.

Era cierto aquello que Jungkook ya se había percatado sobre los celos de Jimin solamente con Trigal. Él no podía determinar por qué ocurría. La aldea de lobos estaba repleta de omegas que claramente se le insinuaban a Jungkook estuviera o no Jimin, presente. Pero el siberiano era tan seguro de sí mismo y del amor que se tenían, que jamás sintió celos de esas situaciones. Y eso que las lobas eran bellísimas y los lobos eran osados y apuestos, más de uno de esos omegas, ya habían pasado por la cama de JK. Pero el rojo no sentía celos de ellos.
Simplemente los dejaba en ridículo cuando Jungkook sellaba sus labios con un profundo beso delante de todo el mundo, dejando por sentado que no tenía ojos más que para su omega de caramelo.

Pero con Trigal, era distinto.

¿Que tenía este lobo que hacía a Jimin sentirse inseguro y molesto ante su presencia?

Él tampoco lo tenía claro. Sabía que esa persona le caía mal y no podía determinar por qué. Hasta un día en que, de la manera más inusual, lo descubrió.

El chico se encontraba junto a ellos cuando se les unió una alfa, cabellos albinos, de ojos rosados y belleza sin igual. Jimin nunca había visto una mujer tan hermosa.
Ella se sentó sobre el regazo de Trigal sin mediar palabra y sin tener consentimiento.

—Hola, blanquito hermoso —le dijo al oído del rubio.

Los dos híbridos vieron a Trigal tragar con dificultad y ponerse nervioso ante la actitud avasallante de la alfa.

Trigal dejó fluir sin darse cuenta sus feromonas y en ese preciso y maldito momento, a Park Jimin casi le da un ataque.

Corrió para alejarse del grupo. Jungkook venía detrás de él, preocupado y desconcertado.

—¿Jimin, que pasó allí adentro?
El rojo, no levantó su cabeza, el llanto le impedía contestar.

—Amor, ¿Qué pasa? Déjame ayudarte por favor.

—Trigal… Trigal —repetía una y otra vez.

—¿Qué ocurre con Trigal, Jiminah?

—Su olor, ¿Sentiste su olor?

—Sí, cuando llegó la chica sentí que él descargó su esencia. No tiene nada de malo eso, kras.

—La acción no tiene nada malo, Kook, pero el limón que emanó, me-e me…

Era su olor. Trigal olía a limón y manzanilla. Y el aroma del cítrico tan predominante sobre la hierba aromática, indefectiblemente le trajo al xolo a sus narices. Se sintió desdichado. Llevaba meses trabajando la autosuperación y se había permitido abordar la aceptación de los dolorosos hechos por los que transitó con Uxmal. Aquel dolor que él necesitaba que habitara en su cuerpo ya estaba desalojado de su sistema. Bueno, eso creyó, pero con tristeza descubrió en ese momento, que el xolo seguía mordiendo sus entrañas sin autorización alguna.

—Huele a él. Huele al xolo.

Kook cerró sus ojos ante lo que escuchaba y se formó en su rostro una mueca de dolor que no pudo disimular ante su hombre.

—Perdón amor, perdón que aún no haya podido ser fuerte…

—No pidas perdón, Jimin, ya hemos hablado de esto.

—No te canses de mí, Jungkook, por favor. Te juro que voy a olvidar lo que me pasó y…

—Nunca vuelvas a decir eso, Jimin, ¿Cómo crees que voy a cansarme de ti, por algo que nos sucedió a los dos. Y que además fue ajeno a nosotros. Ya lo hemos hablad…

Niño Rojo Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora