15. La conversación!

17 6 0
                                    

Caminé directamente hacia ellos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caminé directamente hacia ellos. Con una sonrisa que no se exactamente cómo era, algo torcida porque estaba feliz de verlos pero al mismo tiempo tenía ese nudo en mi garganta.

Mientras avanzaba le si un vistazo a mi celular... Nada, ni una notificación.

Seguí avanzando hasta llegar junto a mis padres.

—Hola preciosa, que ganas tenía de verte.—habla mi madre dándome un abrazo.

—Y yooo.—respondí pasando a abrazar a mi padre.

—¿Cómo te fue el viaje?—habla este.

—Bien, ya sabes lo normal.

Después de darnos otros abrazos mi padre cogió mis maletas y se adelantó al coche, más atrás veníamos mamá y yo.

—¿Que ha pasado?—pregunta está.

—Nada, estoy perfecta.

—No mientas, te conozco.—me mira de medio lado.—Se que pasó algo cuéntamelo todo.

—No ha pasado nada mamá. —digo firme.—Ya hablaremos tú y yo en casa.

—Si, ya lo haremos.—habla algo dudosa.

Estoy cansada de tanto misterio. No aguanto ni una excusa más.

El camino en el auto fue algo tenso. Papá hablaba de vez en cuando para hacerme algunas preguntas relacionadas con la universidad pero no más de ahí. Por otro lado mi madre no mencionaba palabra.

Llegue y ver mi casa me causó algo de nostalgia. Es lindo volver, entrar y sentir ese olor característico que desde niña estás adaptada es maravilloso, no me había dado cuenta cuánto extrañaba  mi casa hasta que estoy aquí frente a frente.

Los cuadros, los colores, todo. Siento un olor que proviene de la cocina. Me adelantó y me doy cuenta que es mi dulce favorito.

—¡Bienvenida a casa!—habla mi madre por primera vez después salimos del aeropuerto.

—Gracias mamá, sabes que me encanta.

—Lo mejor para mí pequeña.—menciona mi padre.

—¿Y bueno cuál es la famosa sorpresa que me tenían?—pregunto recordando sus palabras.

—¡Pués te va a encantar!—habla papá.

—Pues tu padre y yo hemos decidido que puedes quedarte.

—¿Cómo?—no entiendo.

—No tendrás que regresar más al instituto, podrás estudiar aquí volver a reunirte con tus amigos, estar en casa. Justo todo lo que querías.

—No.—salió de mi boca un no rotundo.

—¿Qué?—pregunto papá desconcertado.—Pero si eras lo que más querías, aún recuerdo todo lo que peleaste por no ir.

La Gran Decisión ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora