20. Nos cogió!

24 8 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Me siento algo extraña, estoy triste por todo lo que está pasando en mi vida, pero al mismo tiempo tengo ese pequeño brillo en mis ojos que reflejan felicidad.

Estar con él es eso que hace que estando en el peor momento de mi vida pueda sonreír. La verdad no me arrepiento de haber tenido mi primera vez con él, porque no hay otro hombre en este mundo que pudiera ocupar su lugar. Me gusta cada parte de él y eso es lo que me enfurece, que incluso después de que me mintiera aún pienso en perdonarlo.

Eso que hizo no tiene perdón y aquí estoy yo sonriendo como una tonta después de tener sexo con el hombre que me ha mentido y traído a está pesadilla.

¿Pero qué puedo hacer? El amor es complicado y yo no puedo controlar mis sentimientos, mi mente dice que no, que pase página y me aleje de él porque será lo mejor; pero por otro lado tengo a mi corazón dejándome claro que eso sería imposible, que no podría alejarme.

Salgo de mis pensamientos al ver mi foto en las noticias. Subo el volumen y presto atención.

—Se encuentra desaparecida la joven que ven en la foto, la autoridades están haciendo todo lo posible para encontrarla. Su familia está debastada.—habla el periodista mientras presentan a mis padres, mamá está llorando abrazada de mi padre.—Les rogamos que si alguien la ve nos informen de inmediato.

No puedo seguir viendo porque alguien ha apagado la tele. Doy media vuelta y ahí está. Leonardo.

—Dejame escuchar.—le reclamo.

—Ya escuchaste suficiente y yo también. —habla serio.—Nos vamos.

—¿Nos vamos? ¿A donde?—pregunto confusa.

—Tu madre conoce esta casa si sospecha algo enseguida enviará a la policía, nos vamos a mudar a la casa que tengo en la finca en la parte sur de la ciudad.—comenta tranquilo mientras prende un cigarrillo.

Yo me quedo mirándolo fijo.

—No tengo todo el día, solo coge algo sencillo te comprare más ropa luego.—diciendo esto me dirijo a mi habitación.

Entrando por la puerta me encuentro un espectáculo tremendo. Está Matt acostado totalmente desnudo con una rosa en la mano.

—¿Me perdonas?—dice coqueto.

—No tengo tiempo.—digo haciéndome la dura, aunque en realidad si no tenía tiempo.

—¿Me vas a rechazar?—hace un puchero.—Mira que no soy de andar rogando.

—Ni yo de estar perdonando.—digo mientras miro bien el paisaje que tengo delante.

—Puedes hacerte la dura todo el tiempo que quieras pero no te vas a ir de aquí sin una buena follada.—esto último lo dice mientras se acerca para besar mi cuello.—Recuerda que eres mía.—susurró en mi oído.

—Matt...—trate de advertirle todo lo que había pasado y que Leonardo me estaba esperando, pero no me dejó me calló con un beso; de esos que te dan ganas de ya tú sabes.

No pude contenerme más. Tuve que seder porque en realidad me estaba castigando a mi misma por no disfrutar de la persona que me gusta.

Todo era muy intenso, gimo de placer, el besa mi cuello, mientras va introduciendo su pene en mi. Dejó salir un pequeño gruñido cuando siento el impacto de su miembro en mi vagina. Todo está bien, corrección todo está súper bien hasta que Leonardo aparece.

Yo soy la primera que me doy cuenta de su presencia así que aparto a Matt a un lado y, me tapo con la sábana.

—¡Sal!—grita el viejo mirando furioso a Matt.

—Leonardo.—trato de hablar este pero callo solo al ver la cara de este dirigirse hacia el.

—¡Y tú, vístete!—me grito mientras salía cerrando la puerta en su espalda.

Y ahora que, no se qué pasará, y si le hace algo a Matt y si ya no me deja verlo. Que no venga a hacer papel de padre porque no le pega.

Me visto rápidamente con lo primero que encontré en el clóset, es una lastima que hace un día me compro toda esta ropa linda y tener que dejarla sin usarla me castiga. Pero bueno dinero tiene para hacer estas cosas. Cojo una mochila y hecho unas botas que me encantaron y no las iba a dejar por nada de este mundo. Me acomodo un poco el pelo y salgo rápidamente.

Al llegar a la sala estaban los tres, Matt, Leonardo y Michael. Todo estaba en silencio, parecía un funeral.

—Ya estoy lista.—hable para romper el silencio.

—Bien, nos vamos.—menciona Leonardo.

Salgo caminando detrás de este y después de Michael pero y Matt, está sentado justo donde estaba hace unos minutos. ¿A caso no vendrá?

Hola mis bomboncitos ✨

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola mis bomboncitos ✨

Espero y les guste este nuevo capítulo.

Déjenme saber en los comentarios ❤️

No olviden votar un beso enorme.

Milena,♥️

La Gran Decisión ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora