O17

1.1K 115 135
                                    

-La rampa estaba lisa, ¡obviamente me iba a resbalar!- Wonwoo alzó la voz, agitando un poco el vaso con limonada entre sus dedos, las carcajadas de Soobin escuchándose por el lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-La rampa estaba lisa, ¡obviamente me iba a resbalar!- Wonwoo alzó la voz, agitando un poco el vaso con limonada entre sus dedos, las carcajadas de Soobin escuchándose por el lugar. El hermano del medio había estado contándole lo que sucedió ese mismo día cuando estaba con su madre haciendo las compras; caminaban tranquilos por las calles de la ciudad, en el centro, mirando las tiendas, Wonwoo iba detrás de Hyobi, pasaron por una de las rampas para las personas discapacitadas que habían al final de la acera, cuando resbaló por lo listo que estaba y: -Entonces que logré agarrarme de mi mamá, hasta di una vuelta para mantenerme de pie, ¡pero ya medio Geochang lo había visto! Casi hice un pasito de quebradita en media calle.-

Soobin solo podía seguir riéndose al imaginarse esa cómica escena de Wonwoo intentando estabilizarse y sujetarse de su madre en medio de la calle rodeados de gente. A lo lejos, Yeonjun estaba apoyado en el marco de la puerta trasera con las manos escondidas en los bolsillos de sus bermudas, sonriendo al escuchar las joviales risas. Su novio de veía relajado, en paz, divirtiéndose junto a su hermano en medio del jardín trasero, sentados en una mesa larga de madera, con el sol ocultándose. Dentro de poco cenarían fuera, porque el calor había estado un poquito insoportable durante la tarde y decidieron sacar una mesa alargada para acomodarla sobre el césped, así que Soobin ayudó a Wonwoo a instalarla, aprovechando en sentarse para descansar.

-Debe gustarte mucho.- Sunwoo susurró en cuanto se colocó a su lado, mirando la misma escena de Soobin retorciéndose de la risa junto a Wonwoo. -Lo miras como si fuera un filete grande y jugoso.-

Yeonjun se rió por la interesante comparación. -Supongo que sí, me gusta mucho.-

-¿Tanto como para arriesgarte?-

-Tanto como para arriesgarme.- ni siquiera lo pensó, el murmullo salió solo. -Él lo vale.-

-No sabemos cómo vayan a reaccionar, quizás lo hagan como hicieron con Riki cuando se enteraron que gustaba de hombres también.-

Oh, cierto. Riki fue tan querido en la familia, como un miembro más de los Choi, hasta que se enteraron que salía con un chico hace un año atrás, cuando seguían en Seúl. No fue una relación seria, duraron menos de dos semanas, casi experimental, pero fue suficiente para que la voz se corriera en su colonia y llegara a los oídos chismosos de su familia. Sus padres lo rechazaron como tirarían una fruta podrida, de pronto no se vio bienvenido en la casa de los abuelos Choi si no estaba Sunwoo para intervenir. Comentarios como los de esa mañana siempre estaban presentes, no faltaba cuando era nombrado, siempre tan desagradable que las ganas de mencionar a Nishimura se reducían cada vez más para evitar mal sabor de boca. Para suerte de ese hyung, los Nishimura no estaban sorprendidos, en realidad se lo habían visto venir por lo que no hicieron demasiado alboroto.

Pero no fue lo mismo con su familia.

¿Y si pasaba exactamente lo mismo con él? ¿Qué si de pronto no era bienvenido? ¿Y si era exiliado? Si antes Yeonjun se aterraba de ello siempre, ahora aumentó cuando empezó a gustar de Soobin. Cuando decidió arriesgarse con él sabía las consecuencias que se le venían encima, pero incluso así el rechazo de su familia nunca sería algo para estar preparado. Les prometió nunca decepcionarlos, pero también le prometió a Soobin no ser como ellos, en no hacerlo sentir como su rata de laboratorio. Era como tener dos armas apuntándole la cabeza, una de las dos tendría que disparar.

kmlnw | yeonbin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora