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《Quiero pintarlo en todas las paredes, gritarlo de arriba abajo en los pasillos, quiero ponerlo en luces brillantes, porque no puedo mantenerlo callado

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《Quiero pintarlo en todas las paredes, gritarlo de arriba abajo en los pasillos, quiero ponerlo en luces brillantes, porque no puedo mantenerlo callado.》

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-¡Espera, espera! ¿A dónde vas así?- Sunwoo lo detuvo del brazo antes de que pudiera avanzar más. Yeonjun se miró completo, soltando un quejido al recordar que seguía en bañador y con el jersey de Soobin todavía puesto cubriendo el resto de su desnudez. Por suerte ya estaba relativamente seco, ya que en su maleta había una toalla que pasó con su cabello y la colocó sobre el asiento del auto para no mojarlo.

-¿Q-qué quieres que haga? ¡no puedo cambiarme ahora!-

Yeonjun estaba tan alterado que comenzaba a trabarse al hablar, incluso verlo temblar como si fuera un perro chihuahua nervioso. Se agitaba el cabello en ese gesto característico, dando saltos sin despegarse del suelo, podía ver sus ojos comenzando a brillar por las lágrimas que se acumulaban. Conocía tanto a su hermanito, que Sunwoo sabía que si no trataba de, al menos, quitarle algo de su angustia solo un poquitín, tendría alguno de sus leves ataques de ansiedad ahí mismo. Odiaba cuando eso sucedía, porque él también se desesperaba y entonces los dos estaban tan histéricos que era un completo caos.

-Oye, oye, mírame.- así que, suspirando, lo sujetó de los hombros, mirando sus ojos. El menor imitó la forma en que tomó aire y lo dejó salir, hasta que los dos estuvieron un poco menos tensos. -¿Traes ropa de cambio ahí?- al ver la afirmación, continuó: -Entonces ponte una camiseta y después entramos, ¿de acuerdo? Voy a estar ahí.-

-¿N-no me vas a dejar solo?-

-No.- sonrió un poquito, tocándole la cabeza como si fuera un cachorro. -No vas a estar solo, ¿uhm?- Yeonjun asintió, por lo que Sunwoo le dio un par de palmaditas en los hombros, hablando suave. -Anda, vístete y entremos.-

Tomando una bocanada de aire para tratar de calmar la ansiedad, el menor se acercó a la camioneta de nuevo para abrir su maleta y sacar de ella la camiseta grande y simple que llevaba de cambio, quitándose el jersey antes de ponérsela con manos temblorosas. Pensó en cambiarse el bañador, pero siendo honestos, entre más rápido termine todo, más rápido podrían irse.

Sus ojos enfocaron el jersey en el asiento, sintiendo el pecho pesado al recordar la sonrisa tan sincera y hermosa en los labios de Soobin, con ese destello radiante en sus ojos al dársela, la manera tímida de pedirle que la usara en el partido. Le dolía el hecho de estar ahí, a dos horas de la cuidad, en un asunto delicado, en vez de estar en las gradas apoyando a su novio. Solo esperaba que el partido no hubiese comenzado y así al menos llegar en la mitad, lo que le importaba, incluso en un momento como ese, era no decepcionar a Soobin.

A pesar de que eso signifique decepcionar a su familia.

Cerró la puerta del coche, tratando de reunir valor, y entonces siguió a Sunwoo dentro de la casa.

kmlnw | yeonbin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora