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[Tom Ridgewell]

Titulo: Con el corazón en manos de un pecado.

Au: Blessworld.

El campanario de aquella iglesia tocaba la gran campana dando su indicación del cierre de aquella, la lluvia caía en aquel lugar cercano y el viento soplaba a casi apagar las flamas de las velas de cera. El cura, Tom Ridgewell, caminaba por los pasillos de esa gran iglesia donde algunos de los monjes y sacerdotes dormían, y para su suerte, cerca de ahí estaba una joven vestida de monja despidiéndose de uno de los niños huérfanos alojados temporalmente. Salía de aquella habitación con una biblia en sus brazos y miró a Tom con una sonrisa. Era __________, una de las más recientes durante unos meses y vino de intercambio, Tom anhelaba su belleza frágil como una muñeca de porcelana, y aunque muy bien sabía que era mal visto estar juntos por sus reglas, deseaba estar todo el tiempo a su lado. Él sentía una atracción hacia ella pero nunca se acercó a decírselo, pues era un pecado estar juntos por su propia religión.

Aunque eso sí era una joven rebelde y grosera en su momento como le han dicho, su padrastro la golpeaba y su mamá se suicidó por depresión, pero un padre de su iglesia donde vivía la alojó y la llevó al camino de Dios, ahora que es adulta, es como la belleza de aquella creación del ser de arriba.

Tom: Hermana ________. ¿Que tal le fue con el huérfano José?

__________: Ya va mejorando con sus pesadillas, le leí un rato la biblia y le asombró mucho acerca de la historia de Abrahm con su hijo Isaac. Es su favorita.

Tom: Vaya, al parecer va mejorando contigo que con las demás hermanas. ¿Hay algo que te haya dicho sus razones de ir contigo?

_________: Dijo que era más bonitas que las demás y parecía un ángel de Dios. Es un niño muy adorable. —dijo aquella joven—.

Tom: ¿Y quien no pensaría en eso? —Dijo enamorado lo cual le llevó a reaccionar lo que le había dicho— A-ah, quise decir... Sabes que los niños son así, inocentes y tierno.

La joven solo se sonrojó de aquella respuesta del muchacho de cuencas negras. Aquella hermana sólo sonrió y miró abajo con nerviosismo, ella igual sentía algo por él desde que la conoció, pero jamás se atrevió a decírselo, no tenía miedo de que los vieran juntos, pero si de que no la correspondiera.

__________: Bueno si los niños dicen la verdad, ¿no deberías de decirlo también? —Preguntó sonrojada—

Tom: Si, pero sabes que esta prohibido... ¿Sabes? No tengo tanto sueño esta noche, ¿te gustaría dar una vuelta?

___________: ¿No dirá nada el padre Ricardo al vernos?

Tom: No si vamos a confesar en el salón.

La chica sonrió y aceptó ir con él. Ambos caminaron hacia el salón de las confesiones donde cada persona iba a confesar de sus problemas y pecados. Algunos monjes pasaban por ahí cerca y los muchachos cambiaban de tema como si nada hablando acerca de cosas de la religión. Rieron, bromearon un rato, y como si nada, se incaron en el suelo disimulando que confesaba de algunas cosas.

Tom: Dime, ¿hay alguna confesión que quieras decirme?

_________: Bueno, solía comer tierra cuando tenía 11 años y mamá me regañaba por eso, me hicieron un lavado de estómago y falté dos días a la escuela. Fue algo que volví a repetir cada vez que quisiera para no ir.

|𝑂𝑛𝑒-𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠| ⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆ 𝐸𝐷𝐷𝑆𝑊𝑂𝑅𝐿𝐷 𝑌 𝑇𝑈 ⋆⁺₊⋆ ☾⋆⁺₊⋆  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora