El murciélago

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Entrecerré los ojos, y logré distinguirlo a pesar de la pobre iluminación nocturna. Estaba allí, de cuclillas en el borde del tejado con la silueta de un murciélago, tal como implicaba su nombre. Verlo por la televisión no era lo mismo, no causaba esa sensación de adrenalina y emoción que sentía ahora al verlo ahí tan cerca, tan tangible y quimérico a la vez.

Supuse que me había visto por la forma en que ladeó la cabeza, a pesar de que me fuese imposible distinguir su rostro. Levanté ligeramente una mano a la altura de mi pecho y le dirigí un saludo silencioso desde la puerta trasera del local donde trabajaba.

Miré sobre mi hombro porque creí que me llamaban, y cuando volví la vista hacia Batman, ya no había nadie ahí. Arrugué la nariz y me giré para entrar al restaurante, y por poco me dio un infarto. Él estaba ahí, medio perdido entre la oscuridad, pero a pocos pasos de distancia. ¿Cómo había llegado tan rápido y en silencio?

—¿Qué hace aquí? —pregunté, porque era lo más coherente en lo que podía pensar.

—Vigilo la ciudad —contestó con una voz gutural y salvaje que me hizo saltar de manera bastante visible. No parecía que tal tono fuese a salir de su boca, no encajaba del todo, y ciertamente no parecía natural.

—Oh. Uhm... —respondí, intentando encontrar conversación—. ¿Y está todo bien por aquí? ¿Ningún delincuente dando vueltas?

—Eso parece —dijo, y se movió de modo que su rostro quedó iluminado por una lámpara. Estaba cubierto hasta la nariz con una máscara negra de murciélago, pero sus labios y su mentón quedaban descubiertos. Esbozó algo parecido a una sonrisa ante mi suspiro exagerado de alivio, y podría haberlo reconocido en cualquier lado. De pronto, ya no sabía ni dónde meterme. Tenía más que claro que el hombre detrás de Batman era aquel que se sentaba todas las tardes en la barra de este mismo restaurante, pidiendo bebidas de alto tenor alcohólico.

No me enorgullecía de admitírmelo a mí misma (y a Liv, chismosa número uno del barrio), pero conocía cada gesto de Bruce Wayne, cada movimiento que hacía con su rostro cuando sonreía o estaba molesto. Ninguna máscara a medias podría confundirme. ¿Qué se suponía que hacía alguien en un caso así? Si yo lo había descubierto tan fácilmente, ¿quién más conocía la identidad de Batman? Era demasiado peso para mis nervios, y desde luego que también para mi lengua. No iba a poder callarme frente a Liv, desde ya lo sabía.

ISA ✵ Batman & Loki & OCsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora