Todo el tiempo del mundo

230 25 4
                                        

         Estaba muy confundida. No sabía cómo ni cuándo pero este sentimiento había aparecido y la estaba arrastrando como una ola.

Charles la había confundido, con esos besos, esas miradas. Tenía un tambor en el pecho a pesar de que ya habían pasado horas. Estaba preparándose para ir a clase, y le iba a explotar el corazón. No podía parar de rememorar esos besos sutiles, ese gran beso.

Ya de camino al garaje se encontró con Kata, parecía contenta.

— Hola Sylver. Su sonrisa no podía ser más grande.

— Hola Kata. ¿Estás bien?

— Perfectamente. ¿Por?

— Nada, pareces muy feliz.

— ¿Y? estoy viva, tengo unas grandes amigas y ahora mismo no estamos en peligro inminente. ¿No debería estarlo? Kata miró con verdadera curiosidad.

— No si, pero hace rato estabas más cabreada que un mono.

— Digamos que he cambiado de iluminación.

— ¿Qué?

— Vale te lo digo. — Con un gran suspiro Kata detiene a Sylver en el pasillo, mira para todos lados y luego abraza a la pelirroja para acercarse a su oído. — Soy novia de Mita.

— Eso es... genial.

Sylver se lanza a abrazar a Kata.

— Pero según parece somos novias desde hace tiempo y yo no me había enterado. — Kata se rasca la cabeza avergonzada.

— Bueno mientras todo lo malo sea que tienes novia y no te enteras.

Mientras seguían andando por el pasillo vieron a Lucy caminando en su dirección.

— ¿A dónde vas? Llegamos tarde a clase.

Lucy se queda mirando desconcertada a Sylver como si fuera un ordenador en carga.

— ¿Eh?

— Clases, Universidad. ¿Te suena? Tenemos que preparar la entrevista de la tarotista.

De repente la cara de Lucy se ilumina.

— Si claro la de cuarto milenio.

— Oye ¿Dónde está Gabby? Estaba contigo. — Se volvió hacia Kata con una sonrisilla.

— Ya nos alcanzará. Tenía algo que aclarar. Voy corriendo a mi cuarto, cojo mis cosas y nos vamos.

Dicho eso sale corriendo.

— ¿Ok?

Siguen andando. Pero justo cuando estaban llegando al portal, se escuchan pasos. Era Charles. Con su sombrero alto y una sonrisa de disculpa.

— Perdón que os interrumpa. Pero me preguntaba si podría tener unas palabras con Sylver.

Kata vio perfectamente como al hablar, aunque parecía que se dirigía a las dos solo miraba a Sylver. Y esta le devolvía la mirada.

— Pues yo casi que me voy yendo, para adelantar en el club y eso.

Y con esas palabras se fue pensando que entre esos dos había algo que antes no estaba.

— Hola.

— Hola.

— Yo quería hablar de lo de antes, pero creo que no es un buen momento.

— No. La verdad es que no.

— Ya tienes clases. ¿No?

— Exacto.

Poco a poco, sin darse cuenta como si estuvieran imantados se fueron acercando.

— Ya. Pues cuando tengas un momento deberíamos hacerlo.

— ¿El qué?

Sylver estaba como hipnotizada. No podía ni quería apartar la vista de Charles. Su corazón se transformó en un tambor. Solamente podía pensar en volver a probar esos labios, esos tentadores labios que eran como el canto de una sirena. Y si la mirada furtiva de él a sus labios era un indicativo el también.

— Hablar, de lo que pasó.

— A sí si por supuesto.

Sus cabezas se acercaban, sus cuerpos se rozaban y sus caras se encontraban. Sus labios estaban a un suspiro de distancia. Y de repente un torbellino arrasó con Sylver.

— Au. Casi me mato yo sola.

Lucy se levantaba del suelo, donde había caído solo ella, pero por poco.

— No casi me matas a mi también. — Sylver se acomodó el pelo.

— ¿Qué? Ah lo siento Syl. Hola tito Charles no te había visto.

— Esta claro, y Lucy creo recordar que te he pedido que no me llamaras así.

— Perdón es que te queda tan bien.

— Preferiría que no lo hicieras.

En ese momento aparecen Gabby y Sebas caminando tranquilamente por el pasillo, pero con sonrisas radiantes.

— Hola chicas.

— Hola Charles.

— Hola Sebas. ¿Cómo te encuentras? He oído que has tenido una aventura.

— Si supongo. Bueno yo ya he cumplido te he traído a salvo al portal. Nos vemos.

Y con las manos en los bolsillos se fue.

— Ok. Vamos Syl, deberíamos irnos.

— Si claro. Ya hablaremos más tarde.

Lucy cogió la mano de Sylver y con Gabby al lado cruzaron el portal.

— Tranquila. Tengo todo el tiempo del mundo para esperarte.

Charles se dio la vuelta y echó a andar con una pelirroja, una conversación y unos labios en la cabeza.







Espero haya sido de vuestro agrado.

Por favor comentad y votad.

Todo el tiempo del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora