Capitulo 10

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//Gracias por los +3000! Creo que tengo que ponerme mas atenta a actualizar(?).

No podía creerlo, ¿Le gustaba un chico?...¿Eso era posible? ¿Acaso no se supone que los chicos solo pueden amar a otras chicas?.

...¿Estas hablando en serio? - Pregunté casi en voz baja, simplemente no podía creerle.

Claro que hablo enserio...Ahora supongo que dejarás de ser mi amigo, ¿No?... —Estaba cabizbajo, la voz le temblaba un poco.

Bueno, una cosa era que fuera extraño, pero, ¿Dejar de hablarle solo por eso? Sería una completa estupidez, era algo nuevo para mi, pero no podía juzgarlo, porque aunque me pareciera muy raro...¿Era amor, o no?...

Pero...Bruno...No puedo dejar de hablarte, ¡Eres mi mejor amigo! No has hecho nada malo para que me aleje —Levanté un poco su mirada la cual seguía baja y sonreí leve — No tenías porque ocultarlo...Sabes bien que nunca te juzgaría...

— Pero...¿No crees que es extraño? —Unas cuantas lagrimas salieron de su rostro—. ¡¿Cómo es posible que me llegue a gustar un chico?! Se supone que los chicos aman a otras chicas, ¿O acaso has visto 2 hombres agarrandose de las manos?...Ademas, al chico que me gusta nunca le voy a gustar, a el le gustan las chicas—

No lo sé...Nunca he visto eso, pero...Creo que esta bien, es amor, no creo que hayas escogido a quien amar — Acerqué una de mis manos a su rostro y limpié sus lagrimas — Ya te dije que no importa, aun si te gustaran las sillas no dejaría de ser tu amigo y lo sabes—.

Alejó mi mano y miró a otro lado, luego me agarró por los hombros y me alejó, rió leve luego de unos segundos.

—...Bueno, la verdad es que ¡Me gustan las sillas, hermano! — Su comentario había sido tan inesperado que solo me limité a reír como un loco, luego recordé que aunque me haya dicho que le gustaba un chico no me había dicho quien.

Oye...No me vas a hacer olvidar mi pregunta, eh...¿Qué chico te gusta?.

—No te lo diré, es secreto.

—Pero, ¡No es justo! Dímelo.

—Nunca, tu mismo lo sabrás algún día, no hoy, ni mañana, pero algún día lo descubrirás por ti mismo.

—No se vale — Le agarré el cabello y lo jalé un poco-. ¡Eres un tonto!.

Alejó mi mano de su cabello y se encogió de hombros.

— Simplemente no puedo decirlo.

Bueno, que podía hacer, no iba a cambiar de opinión solo por ser mas insistente.

Agh, como detesto que seas difícil de convencer...— Lancé un suspiro —Al menos dime como supiste que estabas enamorado de él. — Me miró con algo de duda y luego asintió.

Creo que eso si te lo puedo decir...Bueno — Tomo aire — Supe que estaba enamorado de el porque...Cuando estaba con el no podía dejar que mi corazón estuviera acelerado...No podía dejar de querer abrazarlo...Bueno, eso no es todo, eh?...Eso solo era una parte...Lo verdadero es que él es una persona increíble, divertida y única, siento que es la única persona que puede entenderme —Bajó la mirada y rió leve

—¿Eh?...¿Única persona? ¿Que hay de mi? Yo...Te puedo entender, no?...

Si, tu también...Perdón, solo me había equivocado, tu y él pueden entenderme.

Me sentí algo satisfecho con su respuesta, al menos había respondido porque estaba enamorado de el, quizás con eso podría descubrir quien era...Aunque me la había dejado difícil, porque podía ser cualquiera.

Bueno, ya te dejo de molestar —Comenté y luego me acosté en la cama en donde el estaba leyendo, cerré los ojos y le di la espalda. No tenía sueño, pero no quería seguir incomodandolo.

Buenas noches — Dijo en voz baja y escuche luego como pasaba una hoja de su libro con algo de cuidado.

En menos del tiempo esperado, caí dormido.

—¡Vamos a jugar, Oliver!.

Escuché como un eco en mi cabeza, un a figura oscura me agarraba la mano y me guiaba a un bosque.

¿Jugar a que?.

A lo que siempre jugamos, ¿O es que no recuerdas?..¡Al escondite!

¿Al escondite? Pero...¿Quien cuenta?.

Yo, ¿Tampoco recuerdas? Yo siempre lo hago, eres bueno escondiéndote, nunca te encuentro...Y si lo hago te daré una sorpresa.

¿Una sorpresa?...

Si...Son las reglas, si te encuentro...¡Me llevo tu alma!.


Y justo dicho eso, desperté.

—¡Oliver! — Escuché a Bruno gritando — Hora de despertar

—...¿Eh?...¿Tan temprano?

— ¿Temprano? Pero si son las 10 AM. Bueno, no sé si sea temprano para ti, para mi no lo es, recuerda que en una hora tengo que ir a trabajar

— ¿A trabajar? Que aburrido, no sé ni para que trabajas, de todas formas puedes vivir sin hacerlo.

— Ya lo sé, pero me gusta hacerlo — Respondió y luego jaló mis piernas para tirarme de la cama, y así pasó, me caí al suelo y mi cabeza fue la que tocó con mas fuerza el suelo.

— ¡Oye! ¿Que te sucede?

— Si no lo hacía seguro te dormías, ademas...¡Me vas a acompañar a trabajar!

— ¿Uh? Y como estas seguro, no quiero ir, dile a Dick que te acompañe.

— Está dormido, ademas, tu eres mi mejor amigo, anda, una vez no te hará daño.

— No me hará daño, pero me hará bañarme temprano

—...Pues entonces no te bañes y ya, hace frío, si hueles mal no se notará casi. —Se encogió de hombros y soltó mis piernas, me extendió la mano para ayudarme y me levanté con su ayuda.

Esta bien...Al menos déjame cambiarme de ropa. —Salió de mi habitación y cerró la puerta tras el, fui hasta mi armario y escogí un suéter de color azul, junto a unos pantalones caqui, me puse guantes y unas botas marrones y abrí la puerta, miré a Bruno justo al lado de ella, y sin previo aviso, agarró mi mano y corrió a la puerta de entrada algo animado, la abrió, luego al salir la cerró y me soltó la mano.

Bueno, ¡Me alegra que me acompañes!

Hm...No te emociones mucho, quizás no este todas las horas que trabajas ahí...Me parece que el lugar en donde trabajas es algo aburrido.

— ¿Cómo es posible eso? ¡Es una tienda de juguetes! A nadie le puede aburrir eso.

— Si, pero no es "Mi" tienda de juguetes, no de mi tipo, ¿Entiendes? En la que trabajas no venden videojuegos ni nada que tenga control remoto para ser manejado, solo venden juguetes aburridos para niñitos.

— Bueno bueno, no son aburridos, solo que estas acostumbrado a lo que se "mueva" con un control, ¡Y no son para niñitos! — Se cruzó de brazos.

Meh, de todas formas me parecen aburridos...Ahora que lo pienso, si tanto te gustan los libros, ¿Por qué no trabajas en una biblioteca?

— Bueno, había pensado en trabajar en una, pero no estaban buscando empleados,

Ya veo...

Luego de hablar, el camino a la tienda de juguetes se volvió largo, las calles por donde caminábamos estaban casi congeladas y había mucha gente en ella, algunos jugaban con la nieve, otros solo quitaban nieve del suelo para limpiarlo.


GundurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora