Capitulo 3: ¿Qué?

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"A veces lo que parece imposible se cumple..."

Dijo él con aquella voz tan delicada.

Después de estar un tiempo en sus brazos lo solté y me limpié las lágrimas que aún tenía en mis ojos. Sonreí leve.

-¿Lo prometes? - Pregunté casi sonrojado y viéndolo aún con una sonrisa.

-Lo prometo... - Dijo él agarrando mi meñique y cruzándolo con el suyo. -o más bien, lo juro

-Bien...- Me levanté del suelo y lo miré -¿Quieres desayunar algo?- Dije dejando de lado las cursilerías.

Bruno asintió y luego se levantó viéndome algo molesto.

-Espera...Tu no te has bañado- Dijo agarrando mi brazo, no quería bañarme, era aún muy temprano para eso.

-¿Y? Estamos en clima frío, no es como si estuviera sudado u oliera mal-

-¡De todas formas es anti-higiénico! Ven, vas a entrar al baño quieras o no- Dijo jalándome del brazo, el era más alto y más fuerte que yo, sabía que no podría ganarle en fuerza, aun así, yo caminaba para el lado contrario tratando de que se rindiera.

-¡Déjame tonto! No me bañaré- Aún dicho esto el seguía jaloneándome del brazo, a veces Bruno llegaba a ser muy molesto, no un poquito ni un poco, muy, MUY, molesto.

-Vamos Oliver, no seas tan terco... ¡Es por tu bien!- Dicho el esto me jaló completamente del brazo y me cargó como princesa. Qué vergüenza estaba pasando en ese momento.

-Ugh, ¡Bájame! - Movía mi piernas rápidamente pero él no me bajaba, de hecho, solo caminaba hacía el baño. Llegando ahí me bajó justo al frente de la bañera, con una leve sonrisa, se paró al lado de la puerta.

-Cerraré la puerta...Pero me quedaré sentado afuera hasta escuchar el agua, y no te preocupes por la ropa, yo mismo la escogeré luego de que te hayas bañado- En ese momento no lo estaba viendo, quería golpearlo con todo mi corazón. -¿Entendido?.

-...Esta bien... - Justo luego dicho eso él salió del baño y cerró la puerta con llave.

-Bueno...Toma el tiempo que necesites- Habló tras la puerta. Su tono de voz era burlón.

Abrí la llave de la bañera y comencé a quitarme la ropa. Tomé un corto baño, realmente odiaba bañarme, simplemente era como un gato, no soportaba el agua.

Cerré la llave y salí de la bañera, poniéndome una toalla y tocando la puerta.

-Tráeme ropa- Le dije a Bruno algo seco, por obligarme a bañarme.

-¿Cuál es la palabra mágica? -Golpeé la puerta con fuerza.

-¡Que me traigas la ropa tonto! - Luego dicho eso, el solo rio fuertemente y se levantó.

-Ok, ok, ya vengo.-

Tardó unos 10 minutos hasta que lo escuché tocar la puerta. La abrí y agarré la ropa. Había escogido unos pantalones largos, un suéter que me quedaba bastante grande, y si hablamos de ropa interior...Escogió lo más vergonzoso, unos bóxer de conejitos que realmente no recordaba.

Me puse la ropa de mala gana y salí del baño, esta vez con una toalla en el cabello, la cual el quitó enseguida que la vio.

-¡Yo te peinaré! - Me iba a negar, pero sabía que él iba a ganar en la discusión, así que solo asentí.

Primero me quitó los delicados nudos del cabello y luego comenzó, con una peinilla, a peinarme el cabello hacía un lado. Agarró un ganchito y con las pinzas de este recogió un poco de cabello que me cubría un poco el ojo. Me veía ridículo pero no le dije nada, solo me encogí de hombros.

Salimos de casa, y comencé a dudar hacía donde caminar.

-¿En dónde quieres comer? - Le pregunté parando en el camino.

-Hm... ¿Pancakes está bien? - Asentí, sabía de un lugar en donde vendían pancakes y waffles.

Cuando llegamos al lugar (Que no quedaba del todo lejos) el solo miró este algo asombrado, entró rápidamente agarrándome la mano. Miró una mesa y corrió hacía ella. Nos sentamos y para mi sorpresa, la chica que más detestaba era la mesera, Amaia.

-Bienvenidos a... ¿¡Tú!? ¿¡Es que no me puedes dejar tranquila al menos un día!? - Dijo notablemente irritada, aunque la verdad creo que no había notado a Bruno.

-Ha...No es mi culpa que estés en todas partes... ¿Y así es como me hablas en frente de mi mejor amigo? - Dije riéndome leve.

-Eso no es... ¿Mejor amigo? - Miró a Bruno y se sonrojó hasta las orejas. Por alguna razón ella siempre se sonrojaba cuando lo veía desde que éramos más pequeños. -B-Bruno...H-hola- Se tapó la cara apenada, luego, aún roja, sonrió leve. - ¿Qué deseas ordenar? - Preguntó como si él fuera el único en la mesa.

-Hum...Solo pancakes- Dijo sin notar realmente que la otra estaba roja, luego me miró -¿Tú que vas a ordenar?

-Eh...Pues...Lo mismo. -

-Entonces 2 órdenes de pancakes para los dos-

Ella volvió a su estancia y le hizo saber al chef las órdenes, luego mira a Bruno entrecerrando los ojos.

-Oye...¿No notaste que estaba más roja de lo normal? -

-¿Lo estaba? Quizás me distraje un poco...A lo mejor tenía fiebre o algo así, a veces el clima frío le afecta a las personas- Se encogió de hombros, vaya que Bruno era realmente un tonto.

-No...Ella estaba normal, pero cuando te vio se enrojeció-

-¿En serio? ¿Por qué?.-

-No lo sé...A lo mejor le gustas- Dije encogiendome de hombros, era la razón mas lógica.

-¿Gustarle? No creo...Además, si le gustara...Sería una pena-

-¡Claro que le gustas!...¿Una pena?- Miró a otro lado y luego me miró a mi, sonrió leve.

-Sería una pena porque...a mi me gusta otra persona..Si se llegara a declarar me daría algo de pena tener que rechazarla...- Realmente no creía lo que había dicho, conocía a Bruno, pero nunca, NUNCA, me había dicho que le gustaba alguien. No solo estaba sorprendido, estaba molesto. ¿Por qué nunca me lo dijo? ¿Acaso no era yo su mejor amigo?

-...¿Te gusta alguien? ¡Por qué no me dijiste! Bruno, soy tu mejor amigo...Puedes confiar en mi...- En ese momento el solo suspiró y miró a otro lado.

-Sé que puedo confiar en ti...Pero simplemente no puedo decirtelo, ¿Entiendes? Es algo que prefiero no decirte...- Bajé la mirada y negué, ¿Acaso el no confiaba en mi? Había dicho que confiaba, pero si no me decía era porque no confiaba. No había otra razón.

GundurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora