¿Se puede cambiar? (Fred x TN)

Capítulo 37

— Pff... Ese chico se lo pierde –habló el de cabellos morados sin ver a la chica– hiciste bien en dejar en claro tu lugar frente a ese chico.

— Bon y sí, supongo que fue lo mejor, Owwyn –su mirada se clavo en la arena húmeda del parque donde ellos estaban–. El problema es que poco a poco todos se están alejando de mí y temo quedarme sola, no lo soportaría, tuve que hacer mucho para poder encajar.

Recordaba las secas palabras que dijo en la discusión con su antes mejor amigo, Bon; luego su mente le dio la mala jugada de recordar a la chica japonesa que antes también consideraba su amiga.

— Tal vez y ellos sí tengan la razón, aunque deteste admitirlo. Sé que puedo comportarme con mucha inmadurez en algunas ocasiones, tal vez... –sentia cómo su corazón se apletaba cada vez más, nunca le había gustado el dudar de sí misma pero en algunas ocasiones le gustaba tirarse tierra a sí misma para que el dolor que ya tenía fuera más grande aún, para que, si en algún momento lloraba, llore con más fuerza, siempre lo creía mejor ya que, si lloraba más de lo que puede, todo su dolor se desvaneceria junto las lágrimas que se secan.

Owwyn se levantó de su columpio y se agachó frente la casi deshecha chica, apoyo las manos sobre sus rodillas y le sonrió con amabilidad.

— Hey, nunca cuestiones lo que tú hagas, ninguno de nosotros somos monedita de oro, siempre que hagamos algo habrá alguien a quien no les guste nuestras acciones y eso, eso no debería importar –le tomo la mano y jugó con sus pequeños dedos, los cuales eran más pequeños que los suyos mismos, al verlo le dio algo de ternura–. Ahora bien, tus amigos te están dando la espalda ¿Y qué? Puedes ver en eso que realmente nunca fue una amistad sincera y deberías estar agradecida de haberte dado cuenta aún si fue a la mala, porque, ya pudiste salir de ahí. No te lamentes más, que yo trataré de apoyarte lo más que pueda de ahora en adelante.

____ miró con sus ojos ya rojos de tanto llorar a su amigo, no sabía que decir, ¿Gracias? Le parecería demasiado seco para ese momento, así que lo más que pudo hacer fue secar sus lágrimas y tratar de sonreír hacia él.

—¿Vas a estar para mí? Eso debería de ser reconfortante ¿No es así? –el contrario le miró ofendido y así vez con algo de gracia lo cual le dio risa a _____.

— ¡Todavía trato de consolarte y vienes tú de pesada! –fingió estar molesto, exagerando por mucho la situación– no me busques, dile a a tu maleta –se levantó y le dio un beso al aire meintras se alejaba poco a poco con las maletas de ambos.

— ¡Owwyn!

Río divertida mientras se levantaba del columpio para perseguir al chico de larga cabellera morada.

Todo ahí ya era risa y risa mientras que del otro lado de la ciudad se encontraban un grupo de jóvenes, algunos llorando y otros realmente desesperación. Estaba la banda de los Toys en la debida y conocida sala de espera de un hospital.
»¿Cómo está? ¿Por qué tuvo que ocurrir? Si hubiéramos estado con ella«. Los accidentes ocurren casi a diario y uno no siempre puede estar preparado por si se presenta alguno, el día más feliz de tu vida puede ser arrebatado en unos cuantos segundos.

Un chico de sudadera color olivo y cabellera rubia había llegado recién al hospital, siendo acompañado de un chico pelirrojo, más alto que él.

— Hey, tú, ¿Dónde está ella, dónde está Meg? –el pelirrojo estaba siendo consumido por la ira e impotencia, sabía que debía mantener la compostura pues, estaban en un hospital y lo que menos deben de hacer es armar un escándalo– se supone que eres la mejor amiga de mi hermana ¿Dónde estabas tú?

— Foxy, primero que nada cálmate.

— No necesito que me digas lo que debo hacer porque ya lo sé, ahora, responde mi pregunta, Joy, ¿en donde estaban ustedes dos ¿Por qué la dejaron sola? Eres su mejor amiga.

La rubia frunció el ceño, en sus ojos azules se podía apreciar claramente el enojo y frustración que ella estaba manteniendo en sí, guardado muy en su interior.

— Sí, soy la mejor amiga de Meg, yo estaba atendiendo otros asuntos, ser su mejor amiga no significa que deba estar siguiéndole a todos lados, deberías saberlo, soy su amiga, no su guardaespaldas –con su dedo índice le picaba con brusquedad en el pecho sin dejarle de ver directo a los ojos–. Soy su mejor amiga, tú eres su hermano, ahora dime ¿en donde estabas tú?

— Joy... Baja la voz, por favor –Habló el peliturquesa, él aún no podía asimilar todo lo que estaba sucediendo frente suyo, era demasiado para el pobre chico.

De pronto un señor de bata blanca se se hizo presente en aquella sala.

—Los familiares de Megan the...

—Yo soy su hermano.

— ¿No hay ningún adulto acompañándole? –miró incómodo hacia Foxy, no esperaba poder darle una explicación detallada a alguien tan joven que capaz, según él, no comprendería.

— No doctor, ahora mismo yo me hago responsable de mi hermana, por favor dígame, ¿Cómo se encuentra ella? –caminó para acercarse hacia el doctor, sus pasos eran algo temblorosos, era claro que temía por lo que le pudieran decir en aquel mismo momento.

— Bien, la señorita ha sufrido varias heridas, desde algunas lesiones, hasta fracturas debido al impacto –comenzó a hablar mientras leía en sus notas el informe de Meg– pudimos denotar que el golpe que tuvo en la caída debido al impacto del auto causó fracturas en el claneo. Ella ahora mismo ha estado respondiendo a las medicinas, sin embargo está muy débil y no despertara, ella está en coma, lo lamento mucho, en un momento más cuando la enfermera les avise, podrán ir dos a ver a la señorita, con permiso.

— Meg... Ella –miraba en shock hacia donde el doctor se marchaba perdiendose entre los pasillos del hospital–.

— Rojo, ella va a estar bien, Meg es fuerte, podrá recuperarse –habló el rubio quien se abrazaba a si mismo con un brazo y con su mano libre, la apoyaba sobre el hombro del pelirrojo en nuestra de apoyo.

—No puedo creer que esto esté sucediendo.

Bon miraba con lágrimas sus manos mientras que Joy, estaba apoyada en el hombro del chico en completo silencio.

Nadie sabía a qué se debía el descuido de la albina pero era en lo que menos pensaban en aquel instante. Ella podría despertar en algún momento o tal vez nunca lo haría, eso solo lo deparará el amargo tiempo.

AWK:3