Everything will come true [Vixx]

Capítulo 9.

Sarang

Fui al último cuarto, donde estaba el mayor de ellos. Toqué la puerta, como un aviso de que pasaría, y entré. Lo encontré recostado en la cama, transpirando y con una mirada de dolor. Me partía el alma verlo así. Me acerqué a él, apoyé el té en la mesa junto a su cama. Apoyé mis labios en su frente para comprobar si tenía fiebre. Estaba ardiendo.

Mojé una toalla en el baño con agua helada para luego apoyarla en su frente, intentando bajar su temperatura corporal.

-Necesitaba de tu ayuda para algunas cosas, pero necesitas descansar mucho Te limpiaré la herida del brazo, lo lamento mucho si te duele...

Hice todo el proceso y lo oí gemir y hasta vi una lágrima deslizarse. Por más que intentaban ocultar su dolor, sabía que se le volvía imposible ante semejante lastimadura. No lo culpaba. Con delicadeza limpié su lágrima. Sin darme cuenta comencé a hablar en voz alta.

-Lamento mucho que tengas que pasar por todo esto. Debe ser muy difícil para ustedes. Me gustaría entenderlos mas, entrar en su mundo, y no solo por el trabajo...en serio me importa su bienestar.

Mi mirada no se movía de su brazo.

Hakyeon

Creí que estaba alucinando a causa de la fiebre. Miré sus ojos. No mentía. Ella no era como Elizabeth, ella hablaba en serio. Por alguna razón le importabamos. Pero, ¿por qué? ¿Qué los hombres no están creados para sufrir y servirles a las mujeres? ¿Por qué ella era tan distinta a mi ama?

Algo había en ella que hacía que pudiera confiar en ella. Podía sentirme con apoyo. Era sincera. Una pequeña sonrisa se asomó en mi rostro adolorido, pero ella no la vió.

-Gracias...

Logré susurrar con la poca energía que tenía dentro de mí. Su mirada inmediatamente se volvió a mi sorprendida. Unas lágrimas salieron de sus ojos. Claramente no se esperaba eso. Yo tampoco. Las palabras simplemente se habían deslizado de mis labios.

Normalmente Elizabeth me obligaba a agradecerle, incluso luego de lastimarme. Jamás lo había hecho por mi cuenta. Y esta chica hacía todo esto por nosotros y sin embargo no nos estaba pidiendo nada a cambio.

Sarang iba a ser nuestra salvación. Nos iba a sacar de nuestro infierno, lo presentía. Pero no se le haría fácil. Con Elizabeth de por medio, podríamos terminar todos muertos.

Sarang

Sus palabras me golpearon. No estaba esperando que alguno de ellos me agradeciera. Me sorprendí mucho, y mi corazón se llenó de felicidad. Estaba shockeada, no podía hacer nada por más que quería abrazarlo. Noté mis mejillas mojadas.

-¿Cuál es tu nombre?
-Hakyeon-luchó para lograr decirlo.
-Gracias a ti, Hakyeon. Han estado aquí por un par de horas y ya me han cambiado la vida -tomé su mano-. Les prometo que los voy a cuidar y que daré mi todo para que su estado físico mejore y para que nadie vuelva a tratarlos así. Pero necesitaré mucha ayuda de ustedes. Para que sean libres necesito terminar de resolver el misterio, y nadie conoce esto mejor que ustedes. ¿Me prometes que cuando se sientan mejor van a cooperar?
-Lo haremos...
-No sabes lo que significa esto para mi, Hakyeon. Muchas gracias.

Esta vez si lo abracé y le sonreí.

-Descansa.

Me fui del cuarto. Me senté en mi escritorio y escribí lo sucedido con él. Releí toda la información que había recaudado de ellos, aunque era poca. Cerré el cuaderno. Busqué la bolsa con las muñecas de tela y las acomodé sobre mi escritorio, pegadas a la pared. Las miré por un tiempo largo.

-¿Qué tienen que ver ustedes en todo esto?

Hablé en voz alta y suspiré. Adam me llamó.

-¿Hola? -atendí.
-¡Sarang! ¿Cómo vas con los chicos?
-No va a ser nada sencillo pero ya están comenzando a abrirse. Si ellos nos ayudan será mucho mas rápido el trabajo.
-Genial, esta paga es la única que me falta para poder comprarme mi auto nuevo.
-¿Y ellos no te importan?
-Sarang lo único que quiero es resolver esto.
-Solo por la plata, ¿no por la satisfacción de que alguien estará bien gracias a ti?
-No seas tan así...
-Adam eres muy egoísta. ¿Tienes o no tienes información para darme?
-No. Lo único que se nos ocurre es que la o el desaparecido pudo haber viajado. Vas a tener que pedirle más información a los chicos para saber a donde fue.
-¿Y sobre las muñecas?
-Nadie sabe nada. Alguien propuso que podían ser muñecas Voodoo.
-Eso no existe. La persona estaba loca, fin. Gracias igual. Nos vemos.

Corté y continué mirando a las muñecas. Tomé a la de brazos largos y la acaricié con cuidado. Bostecé y me quede dormida con la tela bajo el brazo.

Leo

De golpe sentí un calor agradable. Compañía. Comodidad. Era la primera vez que sentía estas cosas, pero siempre había soñado con tenerlas. Me sentí bien. Sentí que alguien se preocupaba por mí. Me quedé dormido como un niño...