Capítulo 3.

319 33 0
                                    

Sarang

      La ambulancia se llevó a los seis chicos ahora anestesiados. Tuvieron que llamar a dos mas para poder llevarlos mas rápido ya que no entraban muchos pacientes por auto. Adam y sus compañeros clausuraron la casa, mientras yo me subía mi coche y me dirigía al hospital. Paré en un semáforo y miré la bolsa de cartón que estaba en el asiento del copiloto, a mi lado. Dentro de ella había puesto los misteriosos muñecos. Era todo tan extraño, nada tenía algún sentido. ¿Qué clase de alma infeliz encerraría a seis chicos en un sótano, los torturaría de esa manera, quemaría la casa y desaparecería, dejando en su lugar muñecos de tela? ¿O tal vez los muñecos ya estaban? Apoyé mi cabeza en el volante y suspiré. Miré el semáforo que ya estaba en verde y pisé el acelerador.

        Ya estaba amaneciendo. El cielo estaba naranja y rosa, con algunas manchas violetas. Odiaba despertarme temprano, pero tal espectáculo era digno de observar y hacía que valiera la pena. Me pregunté si los chicos se derretirian o algo al estar a la luz del sol, parecía que no habían salido de ese lugar por mucho tiempo. Rodeé los ojos ante el pensamiento estúpido de que se derretirían. Yo misma había comprobado con las yemas de mis dedos que eran personas. Que sentían dolor aunque no les gustara mostrarlo, que tenían piel y pensamientos. O eso suspuse. Ninguno me dirigió ninguna palabra. Y parecían muy confundidos, como si nunca hubiesen tenido la ayuda de nadie, o alguna compañía mas que ellos mismos y la desaparecida.

        Estacioné el auto rápidamente -no quedo exactamente perfecto- y me bajé. Entré casi corriendo al hospital y no supe qué preguntar. Me acerqué a la secretaria de todas maneras.

        -Que tal, buen día. Mi nombre es Cheon Sarang, soy detective y acabo de ser entregada a un caso donde hay seis chicos que los transladaron aquí. No sabemos sus nombres ni sus edades pero todos estaban muy lastimados y parecían de entre 18 y 25. 
        -Si, los acaban de mandar a limpiar, porque estaban cubiertos de sangre, ceniza, polvo y otras cosas que podrían hacer que sus lastimaduras se infecten. Luego van a coser las heridas mas abiertas, poner yesos si es necesario y vendar todas las lastimaduras. Una asistente social llegará con usted en unos segundos. Pongase cómoda.
        -Muchas gracias.

        Fui a sentarme en la pequeña sala de espera, y mi mente aún pensaba en esos chicos. No tenían a nadie. No tenían ropa, ni casa. Posiblemente tampoco tenían plata y con el estado en el que se encontraban, no podrían salir a buscar trabajo. Mi unica opción era cuidarlos hasta que esten un poco mas sanos y termine de resolver el caso. Además, más que claro estaba que ellos y las muñecas eran la clave para encontrar a la desaparecida y meterla presa que se pudra en la cárcel por el maltrato que habían tenido estos chicos. Una mujer alta, de al rededor de 40 años, vestida de enfermera se acercó a mi.

        -Hola, me llamo Kim Minji, voy a ser su asistente social -me dedicó una sonrisa tranquilizadora y se sentó a mi lado-. Primero voy a necesitar tus datos, linda. ¿Nombre?
        -Cheon Sarang.
        -Mhm. ¿Edad?
        -22 años.

        Perdí la cuenta de todas las preguntas que me hizo para llenar una absurda planilla en blanco con mis datos, y cuando estaba perdiendo mi paciencia, me dijo que habíamos acabado con las preguntas personales.

        -¿Relación con los pacientes?
        -Ninguna. Los encontré en una investigación en un sótano, maltratados como usted los vé. Mire, no creo que necesite de usted, puedo arreglarme sola.
        -Un poco de ayuda nunca hace falta.
        -Puede ayudarme a averiguar sobre sus historias y todo eso, personalmente puedo encargarme de que se hospeden en mi casa y cuidaría de ellos como si fuesen mi familia. Estan en buenas manos.
        -Muy bien, como usted desee señorita Cheon. Los chicos en este momento estan en un estado delicado, pero mañana por la tarde ya podrá transladarlos a su casa. No olvide de cambiarle las vendas cuando pueda. No cada cinco minutos pero intente no dejarla mas de 8 horas. Confiamos en usted.
        -No se preocupe.

        Despues de llamar a un médico para que me indique todo lo que necesito saber para cuidar de estos misteriosos chicos, por fin me dejaron sola. Tenía un poco de miedo. Llevaría seis desconocidos a mi casa. Pero ellos eran la clave para resolver todo. Sin ellos, no podría. Lo unico que necesitaría es que aporten, que hablen y que participen. Y parecía una tarea un poco difícil.

      

Everything will come true [Vixx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora