𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝑩𝒍𝒂𝒎𝒆 𝑴𝒆▭▬ ೋ ❀๑· ·୧๑❀ ೋ▬▭
Calliope Potter es la hermana melliza de Harry Potter. En el mundo mágico son llamados los niños que sobrevivieron a la maldición asesina del mago tenebroso: Lord Voldemort, siendo también quienes acabaron con los tiempos de oscuridad.
Durante toda su corta existencia vivieron con sus tíos Muggles, por parte de la hermana de su madre: Petunia Dursley. Aunque no se podría decir que tuvieron una vida de la calidad, dado que por sufrían de mucho acoso y maltrato, verbal y físicamente, de su tío Vernon Dursley. Pero se tenían uno al otro todo ese tiempo, siendo la única familia que tenían, así que soportaban las dificultades juntos, se curaban y se ayudaban mutuamente, eso hasta que de pronto Harry empezó a verla diferente, su comportamiento empezó a ser diferente, y unas veces parecía odiarla y otras veces amarla.
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ఌ︎1992
ᑕalliope veía a su hermano muy contento mientras caminaban por aquel extraño lugar llamado el Callejón Diagon, un lugar donde comprarían los útiles escolares que usarían en su nuevo colegio llamado Hogwarts.
Compraron sus libros en Flourish y Blotts; sus calderos y balanzas en una tienda especializada en pociones, también compraron un telescopio plegable para sus clases de astronomía. Fueron a la droguería donde compraron las plantas y hierbas que requería, Hagrid los llevó a comprar sus regalos de cumpleaños, Harry escogió una hermosa lechuza blanca y Callie un pequeño gato negro.
Después se dirigieron al lugar que tanto estaban esperando, donde comprarían su varita. El lugar era estrecha y de mal aspecto. Sobre la puerta, en letras doradas, se leía: «Ollivander: fabricantes de excelentes varitas desde el 382a.C.». En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única varita.
Cuando entraron, una campanilla resonó en el fondo de la tienda. Era un lugar pequeño y vacío, salvo por una silla larguirucha donde Hagrid se sentó a esperar. Callie miró a su hermano con una sonrisa nerviosa que él correspondió, mirándola a los ojos por primera vez desde que salieron de aquella casa en medio del mar.
—Buenas tardes —dijo una voz amable.
Un anciano estaba ante ellos; sus ojos, grandes y pálidos, brillaban como lunas en la penumbra del local.
—Hola —dijeron los hermanos con torpeza.
—Ah, sí —dijo el hombre—. Sí, sí, pensaba que iba a verlos pronto. Calliope y Harry Potter. —Sus ojos miraron a Harry—. Tienes los ojos de tu madre. Parece que fue ayer el día en que ella vino aquí, a comprar su primera varita. Veintiséis centímetros de largo, elástica, de sauce. Una preciosa varita para encantamientos.
» Tu padre, por otra parte, Callie, prefirió una varita de caoba. Veintiocho centímetros y medio. Flexible. Un poquito más poderosa y excelente para transformaciones. Bueno, he dicho que tu padre la prefirió, pero en realidad es la varita la que elige al mago.
El señor Ollivander estaba tan cerca que él y Harry casi estaban nariz contra nariz. Harry podía ver su reflejo en aquellos ojos velados.
—Y aquí es donde... —El señor Ollivander tocó la luminosa cicatriz de la frente de Harry, con un largo dedo blanco, dirigió sus ojos plateados al hombro descubierto de Callie, donde tenía marcado la misma cicatriz— Lamento decir que yo vendí la varita que hizo eso —dijo amablemente—. Treinta y cuatro centímetros y cuarto. Una varita poderosa, muy poderosa, y en las manos equivocadas... Bueno, si hubiera sabido lo que esa varita iba a hacer en el mundo...
Negó con la cabeza y entonces fijó su atención en Hagrid. Callie espero impaciente a que terminará con su platica y se enfocará a lo que realmente habían venido: a comprar sus varitas. El primero en pasar a probar la que sería su varita fue Harry, quién tuvo que pasar por al menos quince de ellas antes de encontrar a la suya.
—... Me pregunto... sí, por qué no, una combinación poco usual, acebo y pluma de fénix, veintiocho centímetros, bonita y flexible.
Harry tocó la varita. Levantó la varita sobre su cabeza, la hizo bajar por el aire polvoriento, y una corriente de chispas rojas y doradas estallaron en la punta como fuegos artificiales. Hagrid lo vitoreó y Callie aplaudió y el señor Ollivander dijo: —¡Oh, bravo! Oh, sí, oh, muy bien. Bien, bien, bien... Qué curioso...Realmente qué curioso...
Puso la varita de Harry en su caja y la envolvió en papel de embalar, todavía murmurando: «Curioso... muy curioso».
—Perdón —dijo Harry—. Pero ¿qué es tan curioso?
—Recuerdo cada varita que he vendido, Harry Potter. Cada una de las varitas. Y resulta que la cola de fénix de donde salió la pluma que está en tu varita dio otra pluma, sólo una más. Y realmente es muy curioso que estuvieras destinado a esa varita, cuando fue su hermana la que te hizo esa cicatriz. —Harry tragó, sin poder hablar. —Sí, veintiocho centímetros. Ajá. Realmente curioso cómo suceden estas cosas. La varita escoge al mago, recuérdalo... Creo que debemos esperar grandes cosas de ti, Harry Potter... Después de todo, El-que-no-debe-ser-nombrado hizo grandes cosas... Terribles, sí, pero grandiosas
Finalmente llegó el turno de Callie, quién nerviosa se acercó a que el señor le hiciera las mismas revisiones que a su hermano. La primera varita que tocó era de fibra de corazón y al agitarlo, las vidrieras estallaron, dando a entender que no era la suya. El proceso se repitió más veces que la de su hermano, que hubo un punto en el que se frustró.
—No te preocupes, la indicada llegará —dijo el señor Ollivander muy contento—. Mmm, veamos, tal vez, podría ser... —murmuro con aire misterioso, dirigiéndose al interior de la tienda y segundos después volvió con una caja color blanca; saco una varita negra con relieves verdes en el mango y se la entregó.
Callie tomó la varita, sintiendo un súbito calor en sus dedos. Alzó la varita haciendo un suave movimiento y de la punta salió unas chipas verdes como fuegos artificiales que iluminaban toda la estancia. Hagrid aplaudió y su hermano solo sonrió.
—¡Grandioso! —exclamo maravillado el señor Ollivander—. Esta varita, Callie, ha estado en este lugar durante muchos siglos; madera de sauce y su núcleo mágico proviene de un ente poderoso, no puedo decirte más sobre su origen, pero que sepas, que estas destinada a hacer grandiosas cosas Calliope Potter.
Ella miró la varita con cierta fascinación, pues podía sentir un extraño cosquilleo en sus dedos desde que esa varita llego a sus manos, era una energía que se extendía en todo su ser y la hacía sentir poderosa.
Contenta le entregó la varita que envolvió en su caja. Una vez que pagaron los 12 galeones, se retiraron de la tienda.
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Don't blame me [Tom Riddle]
Fiksi Penggemar▭▬▬▬▬ Tom Riddle ✦ . * ˚ ✦ · · -don't blame me, love made me crazy. [Calliope Potter creció en un lugar abusivo y carente de amor. Su hermano de un momento a otro parece...