Cuando Earth volvió al hotel encontró la suite vacía.
Fue de una habitación a otra y abrió los armarios, pero no encontró a Mix por ninguna parte. Lo llamó. Saltó el buzón de voz. El pánico le atenazó la garganta, dificultándole la respiración. ¿Dónde estaba? ¿Se habría encontrado mal y habría ido al hospital? ¿Habría salido y lo habrían acosado los paparazzi? ¿Lo habría atropellado un autobús? ¿Lo habrían secuestrado?
Una lista de posibilidades pasó por su mente como si sufriera una súbita fiebre. El corazón le latía con tanta fuerza como si dentro de su pecho se estuvieran realizando obras de demolición.
Llamó a recepción y preguntó si habían visto a su prometido.
–No, señor Pirapat–dijo el recepcionista–. Puede que haya ido a una de las tiendas para novios que hay en esta misma manzana.
Earth colgó el teléfono y se pasó la mano por la sudorosa frente. Tenía que calmarse. Seguro que había una explicación lógica que justificara la desaparición de Mix.
Aun así, Earth sentía la misma espantosa sensación de impotencia que el día del accidente. ¿Dónde estaba Mix? ¿Por qué se había ido? ¿Volvería? ¿Lo habría asustado con su insistencia en que se casaran? Claro que casarse representaba un gran paso y quizá él no iba a ser el marido perfecto, pero tampoco sería desconsiderado ni cruel con él. Lo llamó de nuevo, pero volvió a saltar el buzón de voz.
Earth apretó con fuerza el móvil, hasta que temió que le estallara en la mano. ¿Debía llamar a los hospitales para preguntar si había sido ingresado? ¿O pedir al personal del hotel que revisaran los vídeos de seguridad para ver si había salido con alguien?
La puerta se abrió súbitamente y Mix entró.
–Ah, ya has vuelto.
Earth sintió una mezcla de alivio y enfado.
–¿Dónde demonios estabas? –preguntó–. Casi me vuelvo loco de preocupación. ¿No te había dicho que me esperaras aquí?
Mix dejó lentamente el bolso en una mesa de la entrada.
–He ido al trabajo para organizar mi baja.
–Podías haber llamado.
Mix miró a Earth desafiante.
–Prefería hablar directamente con Gun. Es mi mejor amigo y quería explicarle lo que había pasado entre nosotros.
–¿Qué te ha dicho?
–Alberga dudas respecto a que nos casemos.
–Tiene gracia que sea precisamente él quien diga eso.
–Eso mismo le he dicho yo. Pero al menos él conocía al hombre con el que iba a casarse.
Earth tomó aire prolongadamente para ralentizar su corazón.
-Mix, tendremos tiempo para conocernos. Estamos en una situación peculiar que exige una solución peculiar. ¿Te ha seguido la prensa?
–No, he salido por una puerta lateral y he tomado un taxi
–dijo Mix con petulancia–. He vuelto de la misma manera.
–Me has dado un susto de muerte. ¿Por qué no me has dejado una nota aunque sea o porque no me has llamado?
Mix cambió el peso de un pie al otro, como un niño al que hubiera sorprendido haciendo una travesura.
–Pensaba que volvería antes que tú.
–Espero que en el futuro me obedezcas –dijo Earth–. No he insistido en que te quedaras aquí para castigarte, sino porque estaba preocupado por ti. Los paparazzi no tienen principios. Podrías haberte hecho daño al tratar de escapar de ellos.
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Deseo sin control - Earth Mix
Roman d'amourEl conocido y reconocido Playboy Earth Pirapat no conseguía sacar de su cabeza su noche con el dulce e inocente Mix Sahaphap. Pero cuando llegó a encontrarse con el, para ofrecerle una relación pasajera, descubrió que su noche de pasión había tenid...