Cuando Mix bajó al primer piso, a la mañana siguiente, Earth llevaba ya varias horas levantado. Lo había dejado en la cama, después de llevarle té y tostadas y de hacerle prometer que descansaría tanto como quisiera.
Mix lo encontró en su despacho, trabajando en el ordenador. Al verlo entrar, fue hacia él y le tomó ambas manos.
–¿Cómo te encuentras?
–Muy bien, la verdad –dijo Mix –. El desayuno me ha sentado fenomenal.
Earth le apretó las manos suavemente con gesto esquivo.
–Mix, he concertado una cita con mi abogado para redactar un acuerdo prenupcial. Vendrá dentro de una hora.
Mix hizo girar los labios y desvió la mirada más allá de Earth.
Un acuerdo prenupcial le recordaba que tenían una relación peculiar. Tenía todo el sentido que Earth quisiera firmar un documento de ese tipo, como lo haría cualquiera dentro de una pareja que tuviera riqueza y bienes que deseara proteger, pero era una prueba más de que estaba dando un paso muy alejado del que siempre había soñado que daría cuando dijera «sí, quiero».
–Muy bien. Es mejor dejar las cosas claras desde el principio.
Earth le alzó la barbilla.
–Comprendo que te incomode, pero prometo ser generoso si nos divorciamos.
–¿Quieres decir «cuando» nos divorciemos?
Earth apretó los labios y dejó caer la mano.
–Cometería un error si diera por hecho que deseas quedarte conmigo indefinidamente. No es lo que queremos ninguno de los dos.
«¿Y si es lo que yo quiero?».
«Vaya, vaya. Me lo temía».
«¿El qué?».
«Te estás enamorando de él».
Mix ahuyentó ese pensamiento como si quisiera esconderlo en la parte de atrás de un armario. Ya lo pondría en su sitio más tarde. Mucho más tarde. Claro que no estaba enamorado de él. ¿Cómo iba a estarlo? Que el sexo entre ellos fuera espectacular no significaba que fueran los señores Felices Para Siempre. Solo quería decir que había química entre ellos.
–Claro, por supuesto –dijo–. Aunque es un poco raro casarse asumiendo que el divorcio no es una posibilidad, sino una certeza.
–Al menos podrá ser un divorcio perfectamente civilizado.
Earth hacía que sonara como algo impersonal y aséptico.
¿Podía alejarse más aquel plan de su sueño de una relación de cuento de hadas? No. Pero tenía que pensar en el bebé. Solo había accedido a seguir adelante por la criatura que habían creado entre los dos. El bebé se merecía tener la oportunidad de que su padre formara parte activa de su vida. Actuando como lo hacía, permitía que Earth construyera una sólida relación con su hijo, sin que a ellos los atara entre sí.
En ese momento sonó el teléfono de Earth , él lo sacó del bolsillo y contestó después de pedirle disculpas con la mirada. Mientras Mix lo oía hablar en griego, observó su impecable escritorio, tan distinto al de él, que siempre parecía el de un niño que acabara de tener una pataleta. Estaba lo bastante cerca como para ver lo que tenía en la pantalla y le dio un vuelco el corazón. Se trataba de una página sobre embarazo que él también había consultado. Le emocionó que Earth mostrara interés en el desarrollo del bebé.
Cuando colgó el teléfono, dijo:
–Perdona. Era una llamada importante.
Mix indicó el ordenador.
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Deseo sin control - Earth Mix
RomanceEl conocido y reconocido Playboy Earth Pirapat no conseguía sacar de su cabeza su noche con el dulce e inocente Mix Sahaphap. Pero cuando llegó a encontrarse con el, para ofrecerle una relación pasajera, descubrió que su noche de pasión había tenid...