Mix No había tenido noticias de él, excepto por un frío mensaje para asegurarse de que había llegado a casa sin contratiempos. Mix se había planteado escribir, especialmente porque no encontraba la llave del joyero, pero no quería que Earth creyera que era una excusa para hablar con él. Debía de haberla perdido en el aeropuerto, o se le habría caído del bolso una de las múltiples veces que sacó un pañuelo de papel para secarse las lágrimas.
Pero en cierta medida, el joyero representaba su desesperación por la incapacidad de Earth de amarlo. Su corazón estaba tan cerrado como el joyero.
Los días habían ido pasando y Mix había mirado el teléfono anhelante, confiando en que la siguiente vez que sonara fuera Earth. Pero esa llamada no se había producido. Fue precipitadamente hasta la puerta de entrada, pero el corazón se le desplomó al abrirla.
–Ah... mamá... Ahora mismo no puedo hablar...
–Acabo de salir de un retiro de ocho días de yoga y al conectar el teléfono he leído que has roto tu compromiso. ¿Qué está pasando?
Para Mix había sido insoportable tener que afrontar con la desilusión que todos le manifestaban, por no hablar de la suya propia, así que no había mandado a su madre un mensaje hasta el día anterior, por temor a que decidiera tratarlo como a uno de sus pacientes y hacerle terapia.
A Gun se lo había contado en cuanto volvió a casa, pero su amigo, aunque estaba preocupado y entristecido por él, conocía lo bastante bien a Earth como para saber que no tenía sentido confiar en que cambiara.
Mix no pudo evitar que le temblara el labio inferior.
–Oh, mamá, mi vida es un completo desastre.
Su madre entró y cerró la puerta, y tras una leve vacilación, lo abrazó.
–Cuéntamelo todo.
Mix se acurrucó contra el pecho de su madre, cuyo abrazo le resultó menos tenso e incómodo de lo habitual, y, sin parar de llorar, le relató lo que había pasado.
–Solo quería casarse conmigo por su sentido del deber. Pero yo estoy enamorado. ¿Cómo voy a casarme con él sabiendo que no me ama?
Su madre le frotó la espalda a la vez que emitía sonidos de consuelo y compasión, como si intentara calmar a un bebé inquieto.
–No puedes. Has hecho lo correcto al romper con él.
Fueron a sentarse al sofá y su madre le fue pasando pañuelos de papel.
–No te preocupes, cariño. Lo superarás.
–¡Pero me siento tan desgraciado!
–Lo sé. Yo me sentía igual cuando rompí con mi prometido. Quería morirme, literalmente.
Mix levantó el rostro de sus manos y miró a su madre.
–¿Tu prometido? ¿Cuándo estuviste prometida?
Su madre sonrió con tristeza.
–Un par de meses antes de ir al festival de música. Se llamaba Mark. Estábamos locamente enamorados, o, al menos, yo lo estaba. Él, por lo visto, no tanto. Íbamos a casarnos, pero una semana antes de la boda rompió el compromiso. Unas semanas más tarde se casó con otra. Ella era muy rica. Yo prácticamente perdí el juicio.
Dejó escapar un profundo suspiro antes de continuar: –Drogas, sexo y rock and roll... Lo hice todo. Pero quedarme embarazada de ti me cambió la vida –apretó la mano de Mix –. Sé que no soy la mejor madre del mundo. Pero después de que Mark me rompiera el corazón, no conseguí comprometerme con nada por temor a que me fuera arrebatado. Por eso me convertí en la persona que dejaba atrás a las personas y las cosas antes de que alguien hiciera lo mismo conmigo. Hasta te mantuve a ti a distancia por temor a perderte.
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Deseo sin control - Earth Mix
RomansaEl conocido y reconocido Playboy Earth Pirapat no conseguía sacar de su cabeza su noche con el dulce e inocente Mix Sahaphap. Pero cuando llegó a encontrarse con el, para ofrecerle una relación pasajera, descubrió que su noche de pasión había tenid...